ECONOMíA

La pobreza bajó al 26,9 y la indigencia al 8,7

Según cifras del Indec, quedan en el país 9,5 millones de pobres, de los cuales 3 millones son indigentes.

La pobreza se redujo del 33,8 por ciento de la población a fines de 2005 al 26,9 por ciento en el segundo semestre de 2006. A su vez, la indigencia –que mide a las personas que no alcanzan a comprar siquiera una canasta básica de alimentos– retrocedió a un dígito: del 12,2 por ciento al 8,7 por ciento de la población, después de haber alcanzado a principios de 2003 el pico poscrisis de 27,7 por ciento. Los datos, difundidos oficialmente ayer por el Indec, habían sido adelantados por el propio presidente Kirchner, un día antes. De acuerdo con los cálculos del Ministerio de Economía, en el último año, 2,3 millones de personas abandonaron la pobreza y 1,3 millones dejaron la indigencia.

Aun así, la magnitud de la pobreza en la Argentina todavía es enorme. En base a las cifras del Indec, en Economía estiman que en todo el país todavía hay 9,5 millones de pobres, de los cuales más de tres millones son indigentes. Más aún, las tasas de pobreza en algunas regiones del país todavía continúan en niveles exorbitantes: 45,7 por ciento en el Noreste y 39,1 por ciento en el Noroeste. Gran Resistencia es el aglomerado urbano con mayor proporción de pobres del país, con el 48 por ciento, seguido por Corrientes, con el 46 por ciento. En el otro extremo, Río Gallegos y Ushuaia presentan los menores niveles: con 5,8 y 7,6 por ciento, respectivamente. A fines del año pasado, era considerada pobre aquella familia tipo –matrimonio y dos hijos– que no llegaba a adquirir una canasta de bienes y servicios valuada en unos 900 pesos mensuales. En tanto que la indigencia por ingresos se mide en relación con una canasta integrada exclusivamente por alimentos, cuya valuación para la misma familia rondaba los 415 pesos mensuales.

Tanto pobreza como indigencia muestran mejoras sustanciales en relación con fines de 2002, cuando los indicadores sociales mostraron la parte más salvaje de la crisis posdevaluación. Desde entonces, el proceso tuvo el siguiente resultado:

- La pobreza cayó desde el pico del 54,0 por ciento en el primer semestre de 2003 al 26,9 por ciento de fines del año pasado. Sin embargo, todavía se mantiene por arriba el promedio de la década del noventa, que rondaba el 24 por ciento.

- La indigencia disminuyó del 27,7 por ciento en la primera mitad de 2003 al 8,7 por ciento que marca el último dato disponible, un nivel levemente superior al promedio de la década pasada.

- En relación con el primer semestre de 2003, 8,7 millones de personas lograron salir de la pobreza y 6,3 millones superaron la indigencia.

- Según el Ministerio de Economía, en el Gran Buenos Aires la caída de la pobreza en el último año fue todavía más marcada que a nivel nacional: del 30,9 al 25,5 por ciento, alcanzándose el valor mínimo para la región desde 1997. También fue notable la baja en los llamados “aglomerados del interior”: del 37,2 al 28,4 por ciento.

En cuanto a la distribución por regiones, los datos son los siguientes: en el Noreste cayó en el último año del 54,0 al 45,7 por ciento; en el Noroeste del 48,0 al 39,1 por ciento; en la región pampeana, del 30,7 al 22,6; en Cuyo, del 36,9 al 26,3; y en la Patagonia, del 21,5 al 15,9 por ciento. En el Gobierno aseguran que, además del sostenido crecimiento económico (8,5 por ciento en el 2006, por cuarto año consecutivo) y la sensible caída en la desocupación (el año pasado disminuyó del 10,1 al 8,7 por ciento), la persistente reducción de la pobreza y la indigencia se explica por una serie de políticas que contribuyeron a mejorar los ingresos. Entre ellas se destacan el aumento en el salario mínimo (a 800 pesos en noviembre); la ampliación de la cobertura de la clase pasiva a través del “plan de inclusión previsional”, que contribuyó a reducir los niveles de pobreza entre los “adultos mayores”, y el incremento en las asignaciones familiares. También mencionan el hecho de que las negociaciones salariales implicaron el año pasado aumentos de salarios del orden del 19 por ciento, duplicando la inflación.

Sin embargo, todavía queda un largo camino por delante. Argentina tiene hoy menos desocupación que en los noventa, pero niveles de pobreza incluso superiores, lo cual se explica, según los expertos, por las bajas remuneraciones de los ocupados. Y en particular a causa de la precaria situación de los trabajadores en negro, que representan todavía el 43 por ciento del total de los asalariados. El salario promedio de estos trabajadores ronda los 480 pesos, por encima de la indigencia, pero muy lejos de la línea de pobreza.

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