ECONOMíA › EN EL PRIMER TRIMESTRE AFECTO AL 41,6 POR CIENTO DE LAS PERSONAS OCUPADAS

El trabajo en negro baja, pero paso a paso

En un año cayó casi 3 puntos, pero el nivel actual todavía es superior al que existía antes de la crisis de 2001. El empleo informal es uno de los principales problemas del mercado laboral. Esos trabajadores ganan 60 por ciento menos que los registrados.

 Por David Cufré

Después de que la tasa de desocupación cayó a un dígito, la informalidad laboral aparece como uno de los principales problemas del mercado de trabajo. Aunque la tendencia es de recuperación, la drástica reducción del desempleo no fue acompañada a la misma velocidad por el trabajo en negro. En el primer trimestre del año, el 41,6 por ciento de los trabajadores revestía esa condición, contra el 42,9 por ciento del trimestre anterior y el 44,3 de igual período de 2006, según datos que presentó ayer el Indec. El nivel actual todavía es superior al que existía antes de la crisis de 2001. En mayo de aquel año, la informalidad alcanzaba al 39,0 por ciento de los trabajadores, mientras que a principios de los ’90 la tasa era de 28,0 puntos y en los ’80 promedió los 20,0.

Un análisis en perspectiva, sin embargo, muestra que a lo largo de la década pasada la situación se agravó año tras año, mientras que desde principios de 2005 se afianzó la tendencia contraria. Entre 1991 y 2001 el empleo no registrado creció en forma explosiva y al mismo tiempo hubo destrucción neta de puestos en blanco. En promedio, se crearon 101 mil empleos informales por año y se perdieron 16 mil formales. Así lo señala un informe del Ministerio de Trabajo, elaborado por Emilia Roca, directora de Estudios y Estadísticas Laborales. “No hay que perder de vista que eso sucedió en el marco de la flexibilización laboral, de la creación de los contratos precarios y de la reducción del 50 por ciento de las cargas patronales”, apuntó la funcionaria a Página/12.

Por el contrario, desde fines de 2002 al primer trimestre de este año la economía generó 3,4 millones de empleos. De ellos, el 85 por ciento fueron registrados. Ese crecimiento de la demanda laboral achicó rápidamente la tasa de desocupación, que en el primer trimestre fue de 9,8 por ciento. Pero como el stock de trabajadores en negro era significativo, su caída se torna más lenta.

El pico del empleo informal fue de 49,7 por ciento en octubre de 2003. De allí en más empezó a caer: en el cuarto trimestre de 2004 era de 48,9 por ciento, un año después era de 45,5 y en el cuarto trimestre de 2006 era de 42,9. El objetivo del Ministerio de Trabajo para este año es que retroceda a menos de 40 por ciento, según anticipó a este diario durante el verano el responsable del plan de fiscalización de esa cartera, Julio Casavelos

Las personas que trabajan en negro sufren sus consecuencias en distintos planos: por un lado, carecen de cobertura médica, están privados de las asignaciones familiares, no tienen derecho al seguro de desempleo, no aportan para su jubilación y no tienen garantizadas las vacaciones pagas ni el aguinaldo. Pero lo que es tanto o más grave es que a igual cantidad de horas trabajadas, los empleados no registrados ganan 60 por ciento menos que aquellos contratados en blanco, según indicó Roca en base a datos del Indec del cuarto trimestre de 2006 (los últimos disponibles). Los sueldos promedios en aquel momento eran de 535 y 1330 pesos, respectivamente. Esa diferencia explica por qué la baja del nivel de pobreza es más lenta que la caída de la desocupación.

La información del Indec señala que la Patagonia es la zona con menor empleo informal, con 26,2 por ciento. En el otro extremo se ubica la región Noroeste con 49,1 por ciento. Le siguen el Nordeste con 46,6, Cuyo con 44,4, el Gran Buenos Aires con 41,9 y la región Pampeana con 39,1. La ciudad de Buenos Aires registra 33,0 por ciento. Sobre una Población Económicamente Activa en 31 aglomerados que releva el Indec de 11,1 millones de personas, 4,6 millones están en negro. Si los datos se extienden a todo el país, sobre una PEA de 17,4 millones, 7,2 son empleados informales.

Por otra parte, el informe oficial detalla cómo se estructura el mercado de trabajo según el tipo de actividad: el sector servicios encabeza las cifras de personal empleado con 26,3 por ciento, seguido por Comercio, restaurantes y hoteles con 23,5, industria manufacturera (13,8), Finanzas y servicios empresarios (10,5), construcción (9,2), servicio doméstico (8,0) y transporte y almacenamiento (6,6).

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La informalidad laboral creció en forma sostenida durante los ’90 y estalló con la última crisis.
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