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Gritos del Gobierno para bajar la tasa, pero los bancos no escuchan

Las entidades financieras subieron las tasas de los créditos y desde Néstor Kirchner para abajo salieron a cuestionarlas. El Banco Central dispuso medidas monetarias para liberar fondos.

 Por Claudio Zlotnik

El Gobierno incrementó la presión para que los bancos bajen las tasas de interés. Miguel Peirano acusó ayer a las entidades financieras de llevar a cabo una “sobreactuación” frente a las turbulencias en los mercados. Y Alberto Fernández las instruyó a “volcar” fondos hacia el sector productivo. Desde el Palacio de Hacienda aseguran que están monitoreando la actividad bancaria y no descartan abrir una investigación para determinar si existió cartelización en el aumento de los costos de los créditos. A la vez, el Banco Central dispuso ayer medidas adicionales para que las tasas disminuyan.

La ofensiva oficial se produce después de que el propio Néstor Kirchner reclamara a los financistas una caída de las tasas de interés. “Vamos a tomar las medidas necesarias. Los bancos tienen que entender que el país tiene que ser viable para todos. Algunos integrantes del sector financiero siguen sin entender este tema”, había dicho el Presidente horas antes de viajar a Nueva York.

Desde que se iniciaron las turbulencias de los mercados, hacia fines de julio, hubo bancos líderes que retocaron las tasas de los préstamos. Los que más subieron fueron los hipotecarios y los prendarios y, en menor medida, las líneas personales (consumo, de corto y mediano plazo). Algunas entidades ya ajustaron las cuotas a los clientes que suscribieron créditos a tasas variables. Las que realizan revisiones trimestrales lo harán a fines de este mes. Los créditos subieron entre dos y cuatro puntos porcentuales. En un préstamo a cinco años de plazo, un incremento de cuatro puntos en la tasa implica un salto en la cuota del 10 por ciento. En uno a 20 años, el aumento alcanza al 25 por ciento.

Los bancos subieron los costos en medio de la crisis, pero no reaccionan en sentido contrario ahora que la situación de los mercados se tranquilizó. Varios de los argumentos que ofrecieron los financistas para elevar las tasas ya se diluyeron:

- El rendimiento de los plazos fijos mayoristas (de más de un millón de pesos) había descripto un salto del 7,5 al 14,0 por ciento anual. Ahora se ubica en el 11,5, y la expectativa es que la caída se acelere en las próximas jornadas. Esta tasa, denominada Badlar, es relevante ya que sirve como referencia para saber el costo de fondeo de las entidades financieras. A su vez, la tasa interbancaria (call), que había trepado al 20 por ciento anual, se encuentra hoy cerca del 8,3 por ciento.

- Disminuyó abruptamente el volumen de venta de divisas. Tanto empresas como público minorista dejaron de cambiar sus pesos por dólares. En las últimas semanas, la demanda de billetes verdes se había multiplicado por cuatro y ahora volvió a la normalidad.

- También se detuvo la dolarización de los depósitos. En los propios bancos admiten que se frenó el traspaso de plazos fijos en pesos a dólares, tendencia que se había verificado en los últimos dos meses.

- El Banco Central dispuso una batería de medidas de flexibilización monetaria. Volcó liquidez al mercado en forma masiva a tasas cada vez más bajas y lanzó un programa de recompra de Letras y Notas, que están en poder de los bancos. También les dará más tiempo para que cumplan con sus exigencias de requisitos mínimos, de manera de quitarle presión al mercado de dinero.

La única variable que todavía no se normalizó es la posibilidad de las entidades de financiarse en el mercado de capitales. Antes de la crisis, algunos bancos líderes emitían bonos de largo plazo con la garantía de las hipotecas emitidas, pero ahora esa posibilidad no los seduce por los altos rendimientos que reclaman los inversores para suscribir esos papeles.

En algunos bancos consultados por Página/12 admitieron que las tasas de los créditos de mediano y largo plazo recién podrían bajar dentro de un mes, siempre y cuando se mantenga la calma en los mercados. Este comportamiento, según sostienen, tiene solamente lógica comercial sin ningún condimento de especulación política por la inminencia de las elecciones.

El Banco Central lanzó ayer medidas adicionales. Amplió los préstamos a los bancos hasta un mes de plazo y abarató las tasas medio punto. Ahora serán de 10,5 por ciento a 7 días; 10,75 a 14 días y 11 por ciento a 30 días. En forma simultánea, les pagará más por los pases pasivos (préstamos de 1 y 7 días de los bancos al BC), entre 8 y 8,25 por ciento anual “para evitar fluctuaciones excesivas en las tasas”, de acuerdo con lo argumentado por la autoridad monetaria. Según el Central, los bancos se movieron con “excesiva cautela” tras las turbulencias en los mercados.

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Martín Redrado, presidente del Banco Central, lanzó medidas para presionar a una baja de la tasa.
 
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