ECONOMíA › CUALES SON LOS PROBLEMAS QUE ENFRENTA GENERAL MOTORS

Las consecuencias de sus decisiones

La automotriz General Motors redujo en los últimos meses sus operaciones regionales, producto de una contracción de la demanda y una estrategia comercial que tuvo escasos resultados. El presidente de la compañía para el área sudamericana, Jaime Ardila, informó esta semana que la filial argentina suspendió temporalmente la importación de vehículos desde Brasil. El argumento fue que las restricciones a la compra de moneda extranjera para importaciones los obligaba a elegir entre comprar en el exterior insumos o unidades terminadas. No obstante, la reducción en sus importaciones viene desde antes, pues en lo que va del año cayeron 41 por ciento interanual, tanto en vehículos como en autopartes. Esta situación se explica porque la multinacional está reduciendo sus negocios en toda la región. Además, en la Argentina la retracción de la demanda es mayor porque los modelos que comercializan son relativamente viejos comparados con los lanzamientos de otras automotrices.

El directivo de la marca del moño a nivel regional afirmó el jueves que la filial argentina General Motors no importará vehículos porque el Banco Central no le está vendiendo los dólares para poder hacerlo. Por lo tanto, traería sólo autopartes para mantener la producción local. GM produce en su planta de Rosario el Chevrolet Classic y el Agile. Desde Brasil importan al mercado argentino los modelos Onix y Prisma y la pick-up S-10, los cuales no ingresarán al menos hasta principio del año próximo. Ardila vinculó también esa decisión con el litigio que enfrenta el país con los fondos buitre, por una escasez de divisas ante la imposibilidad de que el país salga al mercado a buscar financiamiento externo.

“Han tenido una fuerte caída en los niveles de demanda externa, pero las declaraciones emanadas de sus respectivos directivos no dicen que efectivamente van a tener dificultades en el funcionamiento en el país”, señaló Capitanich en su conferencia de prensa, donde recordó que el Estado nacional la asistió durante 2009 con más de 200 millones de dólares de financiamiento.

El jefe de ministros explicó que la caída del mercado brasileño complica a las terminales locales, porque la mitad de su producción tiene como destino la exportación y 86 por ciento de los envíos se dirige al país vecino. En este caso, la estrategia de GM profundizó los problemas de baja demanda. La empresa mantiene la producción del Classic (ex Corsa), un modelo que nació en 1994 y desde entonces no sufrió grandes cambios como hicieron otras terminales. Una situación similar sucede con el Volkswagen Gol. Esto hizo perder terreno a la compañía en el segmento. Lo mismo le sucede con la S-10 que ingresa al país, la cual perdió posiciones respecto de modelos con más tecnología.

Las cifras están en sintonía con la previsión que realizó Ardila, con la caída de 10 por ciento en el mercado brasileño y de 30 por ciento en el argentino. “No se está achicando a nivel regional por problemas en el país, sino por mayores inconvenientes en Brasil”, explicaron fuentes del Ministerio de Industria. En mayo de este año, la empresa otorgó vacaciones colectivas por 21 días a 400 empleados de la planta de San Pablo. En julio, 5300 empleados de la planta de San José dos Campos fueron obligados a tomarse vacaciones colectivas por 16 días. Finalmente, el mes pasado la empresa anunció la suspensión de contratos a 930 trabajadores por cinco meses también en San José.

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