EL MUNDO › PRESENTó UNA REFLEXIóN PROGRAMáTICA SOBRE SU ACTUALIDAD

Despertó el PS francés

Tras tres derrotas electorales consecutivas, un nuevo documento del PS, donde desaparece el concepto de revolución, aparece el interés por la ecología y cambia la postura ante la economía de mercado.

 Por Eduardo Febbro

Desde París

El Partido Socialista francés se acordó de que existía como corriente política y de que podía existir más allá de las patéticas disputas entre sus líderes por tomar las riendas del siempre aplazado proceso de renovación. Después de tres derrotas consecutivas en las elecciones presidenciales, dos en las legislativas y cuando faltan siete meses para el congreso del PS, la formación política francesa presentó ayer una suerte de preproyecto, llamado “cédula de identidad”, que sirve como base de reflexión programática hacia el futuro. Este texto de 21 artículos es una suerte de declaración de principios socialistas que renueva los conceptos de las dos anteriores: la de 1971 y la de 1989, adoptada en 1990, inmediatamente después de la caída del Muro de Berlín.

Las novedades de esta declaración de principios giran en torno de tres ejes: la desaparición de la palabra “revolución”, la inclusión de la ecología y un cambio sensible en la manera en que se evalúa la economía de mercado. La fórmula de 1990 defendía la economía mixta y reconocía las reglas del mercado.

La actual opta por “una economía de mercado regulada por la potencia pública”. El lector podrá preguntarse con legítimo azoramiento: ¿qué es entonces ser socialista en la actualidad? Pregunta a la cual el primer artículo de la declaración de principios responde así: “Ser socialista consiste en no satisfacerse con el mundo tal como es (...) La idea socialista corresponde a la vez a una revuelta contra las injusticias y a la esperanza de una vida mejor. La meta de la acción socialista es la emancipación completa de la persona humana y la salvaguarda del planeta”.

Sin dudas, un adolescente hubiese escrito algo más elaborado y serio, pero hay que comprender que los socialistas franceses han perdido en estos años de derrotas el miedo al ridículo.

Los artículos siguientes definen los criterios económicos y doctrinales. Excepto en la mención a la Revolución Francesa, la palabra “revolución” y toda referencia a la “lucha de clases” han sido borradas del texto revelado ayer. Detalle relevante: la palabra “obrero” sólo figura una vez. Hay muchos obreros en el mundo y también en Francia, pero no existe más que uno en la “cédula de identidad” del PS. Los socialistas modernos no se reproyectan más como un movimiento revolucionario, sino como “un partido reformista” partidario “de una economía social y ecológica del mercado”.

El PS reitera su crítica “histórica al capitalismo, creador de desigualdades, portador de irracionalidad, factor de crisis”, pero también aclara que anhela “una economía mixta”, con un “sector privado dinámico”.

Se acabó la revolución y se viene la reforma, tal podría ser la consigna del PS actual. La declaración de principios es el fruto del trabajo de una comisión compuesta por quince miembros oriundos de todas las tendencias. El texto deberá ser aprobado el 14 de junio en el curso de la convención nacional del PS y luego servirá de guía para el congreso del próximo mes de noviembre.

Uno de los secretarios nacionales del PS francés, Alain Bergounioux, explicó que el texto no era “ni un proyecto político ni un programa, son ideas fuertes que esbozan un marco común de pensamiento”. Así, a diferencia de las otras declaraciones en las que el PS se proponía sustituir el sistema capitalista, ahora se declarara dispuesto a impulsar “una sociedad nueva que sobrepase las contradicciones del capitalismo”.

Los 21 artículos de este documento son una suerte de zócalo común y en él figuran en palabras muchas de las expresiones que atraviesan el PS: “Democracia participativa” o “economía social y ecológica de mercado”, por ejemplo. En el último artículo de la declaración también se nota un cambio. El PS no aspira ya a unir todas las fuerzas de la izquierda, sino “todas las culturas de la izquierda”.

Esto pasa por abrir los espacios tanto a “la izquierda reformista, a los alter mundialistas” como a “los social cristianos y a los republicanos de progreso”. Vasto espacio que espera una fuerza con credibilidad para conquistarlo.

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Bertrand Delanoë, alcalde de París, referente del PS francés.
 
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