EL MUNDO › UN JET QUE LLEVO PRISIONEROS A GUANTANAMO CAYO LLENO DE COCAINA

CIA y narcos comparten avión

El avión se estrelló en Yucatán con 3,7 toneladas de droga pertenecientes al Cartel de Sinaloa. El Parlamento Europeo descubrió que la aeronave había sido utilizada para realizar vuelos clandestinos de la CIA. No es el único caso.

La CIA lo usaba para transportar a prisioneros clandestinos a Guantánamo y los narcos mexicanos, droga a Estados Unidos. El jet de lujo estadounidense que se estrelló en Yucatán en septiembre de 2007 con 3,7 toneladas de cocaína había sido utilizado por la agencia de inteligencia norteamericana durante los dos años previos para llevar a supuestos terroristas a la base militar en la isla cubana, según una investigación del Parlamento Europeo sobre los vuelos secretos de la CIA divulgada ayer por el diario mexicano El Universal. A casi un año del accidente todavía no se sabe quién era realmente el propietario del jet o si existe un vínculo directo entre la CIA y el narcotráfico en la región. Sin embargo, no es la primera vez que una de las cárceles aéreas de la agencia norteamericana pasa por la región.

El 24 de septiembre pasado la policía del estado mexicano de Yucatán fue informada de que un avión privado se había estrellado en el medio de una zona boscosa, supuestamente interceptado por la fuerza aérea por violar el espacio aéreo. Cuando llegaron al lugar vieron un lujoso jet estadounidense abandonado. Adentro, entre medio de los 21 asientos, había 132 paquetes con 3,7 toneladas de cocaína. La investigación de la Procuraduría mexicana demostró que el avión había salido de Fort Lauderdale, Florida, había parado en Cancún y luego en Río Negro, una ciudad colombiana a 40 kilómetros de Medellín. Según DF, la cocaína sería entregada en Cancún al Cartel de Sinaloa, el más poderoso del país.

No se sabe con certeza si el destino final era Estados Unidos, pero la Administración Federal Aeronáutica (FAA, según sus siglas en inglés), la agencia estatal que registra todos los vuelos que pasan por el país, informó que el jet Grumman Gulfstream II solía hacer viajes de Florida a Cancún y viceversa. A pesar de señalar al Cartel de Sinaloa, la Procuraduría nunca llegó hasta el propietario legal del avión.

El rastro empieza en Nueva York. Según el diario New York Post, el avión perteneció a William Achenbaum, un millonario de los bienes raíces, hasta agosto de 2007 cuando lo vendió a Donna Blue Aircraft Inc., una empresa con base en Coconut Creek, Florida. Una semana después de que el jet se estrellara en México, un periodista de la agencia de noticias estadounidense AP intentó contactar a los dueños de la compañía, pero sólo encontró una oficina vacía.

“En vez de comprar directamente los aviones, la CIA usa empresas fantasmas cuyos nombres sólo aparecen en los registros de la FAA. Pero si uno escarba un poco se vuelve claro que las compañías sólo tienen casillas postales o direcciones de oficinas de abogados”, explicaba en 2005 el New York Times en una investigación sobre los vuelos secretos de la agencia de espionaje.

Meses después de que cayera el jet estadounidense en la península de Yucatán, la FAA encontró un recibo de venta fechado dos días antes de que el avión partiera hacia Cancún. Según el documento, la empresa de Florida había vendido la nave a un piloto de ese mismo estado, Clyde O’Connor. No hay registros de que la Procuraduría mexicana o la Justicia norteamericana lo hayan llamado a declarar. El único procesado en el caso es el supuesto piloto del avión, un mexicano identificado como Edick Muñoz Sánchez, quien fue capturado días después.

Para Trevor Plagen, autor de Taxi Torture, una de las investigaciones más extensas sobre los vuelos secretos de la CIA hecha en Estados Unidos, es muy probable que la agencia de inteligencia no tuviera nada que ver con los negocios del cartel mexicano. “La CIA vende sus aviones no declarados todo el tiempo”, le dijo a este diario. “Una de sus empresas fantasma le vendió uno al MGM Grand Casino. Durante meses investigamos para ver si la venta era sólo una fachada, pero fue una transacción legal. No sabían nada y ahora lo usan sin saber lo que pasó allí.”

Aun así, no es la primera vez que una de las cárceles aéreas de la CIA se detiene en la región. En noviembre de 2004, mucho antes que se destapara el escándalo de las prisiones clandestinas, la policía nicaragüense detuvo un avión que presuntamente habría descargado más de una tonelada de cocaína en el país. Hasta hacía un mes, la nave era propiedad de Devon Holding and Leasing Inc., una de las empresas que según el Parlamento Europeo la CIA utiliza como fachada para conducir sus operaciones clandestinas.

Según la investigación europea, el avión detenido en Nicaragua también había sido utilizado para transportar clandestinamente a prisioneros a la cárcel de Guantánamo. Tenía el mismo número de matrícula, N168D. Como en el caso del jet de las 3,7 toneladas de cocaína, el avión demorado en Centroamérica había sido vendido poco antes de emprender su viaje a América latina. Pero el asunto no llegó a mayores porque la droga nunca apareció y el avión fue liberado.

Dos años después, otro jet de matrícula estadounidense fue detenido en América latina en una operación antinarcóticos. Esta vez, la droga estaba dentro del avión. El 10 de abril de 2006 la policía mexicana incautó 5,5 toneladas de cocaína dentro de un avión, pintado con los colores de la bandera estadounidense y con un logo muy parecido al del Departamento de Seguridad Interna. El águila y el fondo eran los mismos, pero la leyenda era otra: “SkyWays Aircraft – Protection of American Skies”. La empresa, también con base en Florida, alquila jets privados a compañías o empresarios alrededor del mundo. En 1999, uno de sus aviones fue detenido en París. Además de transportar al príncipe saudita Nayif Fawwaz al Shaalan al Saud y a otros miembros de la realeza del país, llevaba a bordo más de 800 kilos de cocaína.

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Soldados mexicanos vigilan los restos del avión y las bolsas llenas de cocaína, en Yucatán.
Imagen: AFP
 
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