EL MUNDO › LA DERECHA BOLIVIANA DESTRABó LA DISCUSIóN DE LA LEY ELECTORAL QUE HABíA PROVOCADO UNA HUELGA DE HAMBRE PRESIDENCIAL

Evo aceptó confeccionar un nuevo padrón

Evo deberá usar el dinero que estaba destinado para renovar el avión presidencial para la confección de un nuevo padrón. Al mismo tiempo, aceptó bajar de catorce a ocho los escaños para los pueblos originarios en el Congreso.

 Por Sebastián Ochoa

Desde Santa Cruz de la Sierra

Legisladores del oficialismo y la oposición decían que faltaban minutos para reiniciar el debate congresal donde finalmente avalarían la Ley del Régimen Electoral Transitoria. “La derecha radical ya no tiene pretextos”, afirmaban desde el Movimiento al Socialismo (MAS), partido de gobierno que acusa a la oposición de retrasar el llamado a comicios generales del 6 diciembre próximo, cuando el presidente Evo Morales buscará la reelección. Las condiciones de los partidos de derecha para enfrentarse a las urnas hicieron una larga lista que ayer no terminaba, aunque el MAS negoció los 85 artículos de su proyecto de ley, aprobada en grande el viernes pasado. Morales, que pasó el quinto día de huelga de hambre, tuvo que desprenderse hasta de su avión presidencial para satisfacer las exigencias de los opositores. Aceptó realizar un nuevo padrón electoral, cuya elaboración requerirá 35 millones de dólares, para que sus oponentes volvieran al Congreso. Pero los partidos de derecha ayer pedían que se reconocieran los estatutos autonómicos refrendados –ilegalmente según el gobierno– en cuatro departamentos bolivianos.

Aunque el padrón electoral de Bolivia es confiable en un 97 por ciento según la Organización de los Estados Americanos (OEA), la oposición asevera que no sirve porque el MAS lo “contaminó” para beneficiarse en las variadas elecciones. Intentan así desmitificar el éxito de Morales en las urnas. En agosto del año pasado, fue ratificado por el 67,4 por ciento de los votantes. Y su proyecto de nueva Constitución, también pactado con los partidos de derecha, fue avalado por el 61 por ciento del electorado, aunque las mismas agrupaciones opositoras convocaron a votar por el No a ese texto. Sus detractores aseguran que al presidente no le hubiera ido tan bien con un padrón “limpio”.

De nada sirvieron las múltiples concesiones del partido de gobierno a la fuerza minoritaria del Congreso. Sus pretensiones de dar catorce escaños a los pueblos indígenas bajaron a ocho. Su interés por empadronar a los bolivianos en el exterior –al menos 300 mil votantes– se diluyó porque la oposición lo juzgó “técnicamente imposible”. La huelga de hambre que inició Morales junto a catorce dirigentes de organizaciones sociales ya tiene tres mil adherentes en todo el país, pero no ablandó el corazón de la derecha. El presidente tuvo que aceptar la elaboración de un nuevo padrón electoral, condición que habían puesto los opositores para volver a sentarse en el Congreso. Se habían ido ofendidos el pasado Viernes Santo, cuando el MAS aprovechó su “rodillo” (83 legisladores sobre los 157 de ambas cámaras) para aprobar la ley electoral “en grande”.

Ese día, el vicepresidente de Bolivia y presidente del Congreso, Alvaro García Linera, había llamado a votar por el proyecto de ley del MAS. “Es usted un cobarde y lo que hizo fue una mariconada”, dijo el jefe de bancada de Poder Democrático Social (Podemos) en Diputados, Bernardo Montenegro. De inmediato Linera le cortó el micrófono. “Es usted un pobre idiota”, contestó el vicepresidente antes de darle la palabra a otro legislador. A los pocos minutos, los representantes de Podemos, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y Unidad Nacional (UN) abandonaron la sala para –en algunos casos– agarrarse a puñetes con simpatizantes del MAS que esperaban afuera.

La negociación quedó estancada hasta que Morales, desde su lecho de ayuno, aceptó hacer un nuevo padrón. La Corte Nacional Electoral (CNE) había dicho que reempadronar los cuatro millones de electores llevaría “tres o cuatro años”. Pero Morales quiere que las elecciones generales sean sí o sí en diciembre. Para cumplir, la CNE planteó una serie de requisitos, como agilizar la compra de equipos electrónicos por 35 millones de dólares. El presidente –cuya aeronave data de 1970 y sólo vuela tres horas antes de quedar sin combustible– había separado esa suma en el presupuesto para adquirir un avión más moderno.

“El presidente Evo rechazó la compra de un avión, muy necesario para él, porque trabaja viajando, visitando el país, visitando el mundo, haciendo acuerdos que benefician al país. El avión 001 presidencial tiene 30 años de vida, es muy riesgoso. El va a correr ese riesgo”, dijo Linera. El nuevo padrón sería biométrico: incluiría huellas digitales de los diez dedos, fotografía del rostro y reconocimiento de firma. Así se procurará que nadie vote dos veces o más.

De este modo, ambos bandos volvieron a reunirse el domingo en la “mesa de concertación”, integrada por 17 dirigentes de partidos y funcionarios del gobierno. Ayer tenían listo el documento base de lo que sería la ley electoral transitoria. Al cierre de esta edición aún se aguardaba que comenzara el debate –quizá final– en el Congreso. El inicio se retrasaba porque algunos legisladores de derecha ponían nuevas condiciones. Pedían el reconocimiento de los estatutos autonómicos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, aprobados en 2008 al margen del Congreso, que tiene la atribución de convocar a elecciones. Otros exigían la renuncia de José Luis Exeni, presidente de la CNE, por su supuesta “parcialización” a favor de Morales.

“Estamos en espera de que los congresistas traten ese proyecto de ley, que la derecha quiere rechazar porque tiene miedo. Saben que si hay elecciones van a quedar fuera del Congreso. Pero ya no tienen más pretextos. Ahora vienen con exigencias de última hora, como el reconocimiento de sus estatutos autonómicos. Eso no puede ser, lo que hicieron fue ilegal. Así son estos oligarcas y la derecha, que siempre vivieron a costa del pueblo y de los indígenas”, dijo a Página/12 el Jiliri Apu Mallku del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Qollasuyu (Conamaq), Elías Quelca Mamani, de 76 años, que inició la huelga de hambre junto a Morales.

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A la huelga de hambre del presidente Evo Morales ya se habían sumado unas tres mil personas en todo Bolivia.
Imagen: EFE
 
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