EL MUNDO › DARá NOMBRES DE PRESOS TEMPORALES A LA CRUZ ROJA

Cambio de hábito del Pentágono

El Pentágono empezó a cambiar la política de absoluto secretismo. Desde principio de mes, accedió a facilitar a la Cruz Roja los nombres de los presos de dos campos de detención temporal en Irak y Afganistán, según informó la prensa norteamericana. El periódico The New York Times, que cita a tres funcionarios militares en un artículo publicado ayer, dice que la decisión muestra un cambio frente a la falta de transparencia que hasta ahora ha rodeado las instalaciones del Departamento de Defensa.

A diferencia de las prisiones secretas de la CIA ya clausuradas, el Pentágono sigue operando los campos en Balad (Irak) y Bagram (Afganistán) a cargo de las unidades de Operaciones Especiales del Ejército de EE.UU. Son centros de detención a corto plazo donde se mantiene en prisión a insurgentes que se cree tienen información valiosa o suponen una grave amenaza, aseguraron fuentes anónimas al diario The Washington Post.

Según contaba el Times, las instalaciones iraquíes han albergado a una media de entre 30 y 40 “prisioneros extranjeros”, algo menos en Afganistán. Hasta ahora, la Cruz Roja tenía acceso a todas las cárceles militares, excepto las del programa especial donde se recluye a los sospechosos considerados más peligrosos. Sus condiciones de detención ya fueron denunciada en su momento. El citado periódico reveló en 2006 que soldados de uno de estos centros provisionales Camp Nama, cerca del aeropuerto de Bagdad habían cometido graves abusos contra los detenidos, pegándoles con rifles y escupiéndoles en la cara.

La Cruz Roja ha mantenido una larga batalla para obtener más información sobre esos detenidos pero el ejército había insistido hasta ahora en que la divulgación de datos podría poner en peligro operaciones antiterroristas.

La nueva política se enmarca en el deseo del presidente Barack Obama de sacar a la luz las prácticas de sus predecesores en la “guerra contra el terror”, una voluntad de transparencia que Washington espera impulsar siempre que no interfiera en sus operaciones antiterroristas.

Bajo las nuevas normas, los militares deben informar al Comité Internacional de la Cruz Roja de los nombres y números de identificación de todos los prisioneros en las dos primeras semanas de su captura. Y ya no se puede extender su detención en los centros especiales a más de 14 días. Hasta ahora, esa notificación se producía sólo cuando el detenido había sido transferido a una prisión para su encarcelamiento a más largo plazo. La decisión se suma al previsto cierre de la polémica prisión militar estadounidense en Guantánamo (Cuba).

El Pentágono ha minimizado el impacto del cambio de política. Las organizaciones pro derechos humanos, sin embargo, la avalan, pues aseguran que los prisioneros especiales fueron mantenidos en el limbo del secretismo mucho más tiempo del teóricamente permitido. “Cualquier mejora en la notificación a la Cruz Roja es positiva”, declaró Muhammed Allu, de Human Rights First. La nueva administración estadounidense ha iniciado también una revisión de los procedimientos para interrogar y detener a sospechosos de terrorismo.

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