EL MUNDO › FUERON DADOS DE ALTA OTROS 28 MINEROS Y SOLO QUEDAN DOS INTERNADOS

El regreso más esperado

Ya son 31 los mineros que volvieron a sus hogares. Del hospital salieron de incógnito o en patrulleros para evitar al asedio periodístico. Algunos hablaron brevemente con la prensa. Y se quejaron por las condiciones de trabajo de la minería.

El jueves habían sido tres los mineros dados de alta en el hospital de Copiapó. Ayer fueron 28. Y sólo quedan dos internados. Quedaron en observación, tras el inédito rescate a más de 600 metros de profundidad el miércoles pasado. La experiencia sigue sin ser fácil para ellos: todos los vecinos y amigos quieren saludarlos y el acoso mediático amenaza con volver interminable la pesadilla que vivieron. O que siguen viviendo.

La médica Paola Newman, directora regional de Salud chilena, confirmó el alta de los trabajadores, que en su mayoría dejó el lugar de incógnito, al escapar por las puertas laterales para evitar a los periodistas.

Un grupo más reducido salió en vehículos de la Asociación Chilena de Seguridad, que hacían sonar sus sirenas, mientras los trabajadores filmaban por las ventanillas a los periodistas apostados en el lugar.

Los dos hombres que siguen en observación, uno por un problema de vértigo y otro de salud dental, serán derivados en las próximas horas a dependencias de la Asociación Chilena de Seguridad.

Las autoridades sanitarias no dieron los nombres de ninguno de los mineros dados de alta ni de los que quedaron en observación para “resguardar la privacidad de los hombres y sus familias”, dijo Newman.

Con este escenario, la policía y el gobierno regional de Atacama reforzaron las medidas de seguridad, luego del asedio y los desórdenes registrados el jueves, cuando los primeros tres trabajadores retornaron a sus casas, más de dos meses después de la epopeya vivida bajo tierra. La intendenta de Atacama, Ximena Matas, incluso no descartó poner carabineros en las casas de los 33.

El jueves los mineros Edison Peña, Carlos Illanes y el boliviano Carlos Mamani retornaron a sus hogares en medio del asedio periodístico y de sus vecinos, que los recibieron con una algarabía por momentos descontrolada. Calles adornadas con guirnaldas, globos y banderas chilenas visten los humildes barrios donde viven los mineros.

“Jhimmy (Sánchez), resiste y acumula historias para tus nietos. Ahora los de la U son tus hinchas. Te amamos y esperamos”, se leía en un cartel pegado en la puerta de la casa del minero. Norma Lagues, prima de Jhimmy, contó que “él no tiene idea de lo que está pasando con los periodistas. Le contamos que es famoso, pero él ni se imagina cuánto”.

Otro de los hombres que habló con la prensa desde el hospital fue Osmán Araya (30), quien pidió perdón a Dios por sus errores y aseguró que al salir “su vida cambió al cien por cien”.

Además de estar vivos, un regalo que recibieron contra todo pronóstico, los mineros están siendo colmados de obsequios y homenajes. Recibieron desde invitaciones a viajar a Grecia y Taiwan, hasta entradas para ver partidos en España y Reino Unido y camisetas firmadas por astros del fútbol, pasando por sumas de dinero, títulos honorarios y reconocimientos de todo tipo.

Incluso pueden recibir una pensión de gracia, si prospera una iniciativa aprobada ayer por la Cámara de Diputados de Chile para solicitarle al presidente Sebastián Piñera que les sea concedida. La resolución destaca que la minería es un sector donde los trabajadores obtienen ingresos medios y no cuentan con una red de protección social ni con la cobertura necesaria para disminuir las inseguridades provocadas por las contingencias inesperadas.

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El minero Mario Gómez saluda al llegar a su hogar después de haber sido dado de alta en el hospital de Copiapó.
Imagen: EFE
 
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