Se esperaba que el flamante primer ministro Mario Monti, encargado de formar el nuevo gobierno en sustitución del presidido por Silvio Berlusconi, diera ayer la lista de los nuevos ministros como resultado de sus consultas políticas. Pero al parecer la tarea fue más lenta de lo que él mismo se imaginaba, pese a la urgencia que viene imponiendo una velocidad inusitada a la toma de decisiones políticas en Italia.

Monti quiere tener muy claro por lo visto no sólo qué tiene que hacer, sino qué podrá realmente conseguir porque, no hay que olvidar, el Parlamento sigue funcionando y será en última instancia el que aprobará o no al nuevo gobierno y cada una de las medidas que él tome.

Toda la jornada de ayer Monti la dedicó a reunirse con los distintos grupos parlamentarios para hacerse una idea de la situación. Pero la Liga Norte, ex aliada de Berlusconi –muchos de cuyos militantes creen que la caída de Il Cavaliere se estaba preparando desde hace tiempo y que fue un verdadero “golpe”– no se presentó a la cita. Su líder, Umberto Bossi, simplemente llamó por teléfono a Monti para decirle que ellos no votarán a favor del nuevo gobierno en el Parlamento y que las medidas que se tomen serán analizadas una por una. En definitiva, el separatista y polémico Bossi no quiere tener nada que ver con el economista Monti al que algunos de su partido indican como representante del mundo bancario.

Aunque se tratará de un gobierno esencialmente técnico, Monti querría poder incluir algunos políticos, de manera que los partidos también se sientan responsables de lo que se vaya haciendo. Pero los partidos, precisamente, quieren lo contrario, aunque no hay una posición unificada en ese sentido. Participar de este gobierno, que tomará medidas muy duras para los italianos –mucho más duras de las que aparecieron en la ley de estabilidad votada hace tres días– podría significar un alto costo político. Y de costos políticos los partidos no quieren saber nada.

“Quisiera que las fuerzas políticas estuviera en el gobierno. Pero puedo entender su rechazo”, dijo Monti en una breve rueda de prensa al concluir los encuentros de ayer. Y añadió que en su programa dará el máximo de atención a los jóvenes.

Pero la mala noticia de ayer fue la marcha de la Bolsa. Se esperaba que el cambio de gobierno en Italia y en Grecia diera nuevo impulso a las Bolsas europeas. Pero si bien comenzaron con mucho optimismo, el resultado al final de la jornada fue negativo. La Bolsa de Milán en efecto cerró a 1,99%. Tampoco fue positiva para los bonos nacionales italianos cuyos intereses aumentaron. “Es normal que también los mercados esperen la formación de un gobierno, la lista de los ministros. Pero les puedo asegurar que el equipo será convincente y eficaz, incluso para tomar medidas incisivas”, dijo Monti. “La impaciencia de los mercados será atemperada por la racionalidad”, agregó, indicando también que el final de su mandato coincidirá con el de la Legislatura en 2013.

Las consultas de Monti con los partidos concluirán hoy, a primeras horas de la tarde, luego de encontrar a las dos principales formaciones partidarias, el berlusconiano Pueblo de la Libertad y el centroizquierda Partido Democrático además de las centrales sindicales. Por la tarde o a lo sumo mañana, se espera la lista de los ministros.