EL MUNDO › TRAS EL TRIUNFO EN LAS PRESIDENCIALES DEL MES PASADO, ES FAVORITO PARA LAS LEGISLATIVAS DE MAÑANA

El socialismo francés busca hacer un doblete

Con el Senado ya bajo control del socialismo, cerca de 46 millones de franceses están habilitados para elegir entre alguno de los 6603 candidatos para renovar la totalidad de las 577 bancas de la Cámara de Diputados.

Los franceses votarán mañana en la primera vuelta de unas elecciones legislativas a las que el Partido Socialista (PS) del presidente François Hollande llega como favorito para lograr la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y, de esa forma, poder gobernar sin sobresaltos. Un mes después de la elección presidencial, y con el Senado ya bajo control del PS, cerca de 46 millones de franceses están habilitados para votar nuevamente, esta vez para elegir entre alguno de los 6603 candidatos para renovar la totalidad de las 577 bancas de la Cámara de Diputados.

La imagen positiva del nuevo presidente es actualmente del 62 por ciento, mayor que el 58 por ciento que registraba al momento de ser electo, el 6 de mayo pasado, según un sondeo de la consultora Viavoice. No obstante, el mandatario llamó a su partido a no confiarse y a movilizarse para obtener “una gran mayoría, sólida y coherente”. “No lograré conducir el cambio, el que los franceses me pidieron que ponga en marcha, si no poseo una mayoría en la Asamblea Nacional (Diputados)”, subrayó Hollande esta semana.

Por su parte, la conservadora Unión por una Mayoría Popular (UMP) afronta dificultades internas y divisiones que se profundizaron luego de la derrota electoral de su líder y ex presidente Nicolas Sarkozy ante Hollande y su retiro de la política. “Si la izquierda gana durante cinco años no podremos hacer nada para detener su locura”, lanzó ayer el secretario general de la UMP, Jean-François Copé, en un discurso en el sur de Francia.

De ganar la elección legislativa, el PS se encontraría en una inédita situación de poder, al contar con la Presidencia, la mayoría en ambas Cámaras y la gobernación de casi todas las regiones y departamentos y las ciudades más importantes del país. La elección es vital para las aspiraciones de Hollande de implementar su programa de gobierno.

En caso de derrota –algo poco probable según los sondeos–, Hollande se vería obligado a nombrar un primer ministro conservador, dado que el actual premier, Jean-Marc Ayrault, debería renunciar al no ser validado su cargo por los diputados mayoritariamente conservadores.

A ese escenario se llama cohabitación, e históricamente se caracterizó por un estancamiento político. La cohabitación ya tuvo lugar en tres oportunidades: durante el gobierno de François Mitterrand, primero entre 1986-1988, con Jacques Chirac como premier, y luego entre 1993-1995 con Edouard Balladour, y finalmente bajo la presidencia de Chirac, con Lionel Jospin, entre 1997-2000. Sin embargo, las encuestas indican que el PS, en alianza con los Verdes y las formaciones situadas más a su izquierda, lograría una victoria más que suficiente para obtener mayoría absoluta.

Sondeos de las empresas BVA, Ipsos y Harris conocidos esta semana pronosticaron que el partido de Hollande quedará ligeramente por debajo de los 289 escaños necesarios para obtener la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. No obstante, conseguirá esa ansiada meta gracias a los potenciales aliados del PS, quienes obtendrían alrededor de 30 escaños, según un análisis del diario Le Monde. El sondeo de BVA concedió un 32,5 por ciento de votos a los socialistas, que subiría a un 36,5 por ciento con los de los Verdes y a un 44,5 por ciento con los del resto de la izquierda, en tanto que los conservadores de la UMP llegarían a un 33,5 por ciento.

Por su parte, Harris Interactive concedió el 34 por ciento a los socialistas –que llegaría al 46 por ciento con Verdes e izquierdistas– y el 33 por ciento a la UMP. Asimismo, el sondeo de Ipsos –encargado por el diario Le Monde– previó un 31,5 por ciento para el PS –que se redondea hasta un 41 por ciento con izquierdistas y Verdes– y un 34,6 por ciento para la UMP. Según Ipsos, estos resultados pueden traducirse en entre 292 y 346 escaños para la izquierda en su conjunto y entre 231 y 285 para la derecha. El ultraderechista Frente Nacional (FN), que consiguió un inesperadamente alto 17,9 por ciento en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en abril, obtendría entre cero y tres escaños.

La participación se estima mucho menor respecto de la elección presidencial. Los sondeos sitúan la participación en torno del 60 por ciento, es decir un 21 por ciento menos que en los recientes comicios ganados por Hollande. La tasa de participación constituye una de las claves del escrutinio. Para estar presente en la segunda vuelta, un candidato debe superar con sus sufragios el 12,5 por ciento del número de inscriptos en el padrón. Esto dificultaría el acceso a la segunda vuelta de los partidos más chicos, dado que si la participación es del 60 por ciento, cada candidato deberá superar el 21 por ciento de los votos totales para alcanzar la segunda vuelta.

Varias circunscripciones focalizan la atención, en particular la ex ciudad minera de Hening-Beaumont (norte), donde se llevará a cabo la batalla más simbólica y mediática y que no tiene como protagonista a los dos grandes partidos, sino a dos enemigos declarados: la extrema derecha y la extrema izquierda.

Jean-Luc Mélenchon, del Frente de Izquierda, quien sorprendió durante la campaña presidencial con sus actos masivos, desafió a la líder ultraderechista del FN, Marine Le Pen, en un duelo seguido con fervor por los medios galos. Las encuestas sostienen que Le Pen ganará la mayoría de los votos en la primera vuelta de mañana, mientras Mélenchon podría ganar el duelo final el 17 de junio y quedarse con el único escaño en juego.

Entre los más de 6000 candidatos, con perfiles tan distintos que van desde los 18 hasta los 85 años y desde presentadores del tiempo hasta una actriz porno, compiten para la elección 24 ministros del primer gobierno de Hollande, quienes de no ser electos deberán dejar sus cargos. Entretanto, once escaños fueron reservados para los franceses que residen en el exterior y que ya votaron por Internet el pasado fin de semana.

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El presidente del Partido Radical de Izquierda, Jean-Michel Baylet, saluda ayer al presidente francés, Françoise Hollande.
Imagen: EFE
 
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