EL MUNDO › DIALOGO CON ALOIZIO MERCADANTE, MINISTRO BRASILEÑO DE EDUCACION

“La Argentina y Brasil pueden enfrentar la crisis”

Dirigente clave del Partido de los Trabajadores y miembro del gabinete de Dilma Rousseff, Mercadante habló con Página/12 del huracán mundial, dijo que Brasil seguirá creciendo y apostó a una mayor integración.

 Por Martín Granovsky

Visitó Buenos Aires para una reunión de ministros de Educación del Mercosur. Economista y cofundador del Partido de los Trabajadores, Aloizio Mercadante, 58, economista, fue candidato a vicepresidente con Lula en 1994, diputado, senador por San Pablo, jefe de la bancada oficialista en el Senado en los ocho años de Lula, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación con Dilma y ahora ocupa la cartera educativa. Dio una conferencia en la Universidad de Tres de Febrero y luego aceptó dialogar con Página/12.

“La Argentina y Brasil están en condiciones de enfrentar la crisis mundial porque pueden desplegar políticas anticíclicas como el aumento del gasto y la inversión, incluso en medio de la turbulencia que agita al mundo”, dijo.

–¿Cuál es la estimación de crecimiento para 2012 y para 2013?

–Para este año un cálculo realista indica que estaremos entre un tres y un tres y medio por ciento. Esto es porque la situación mejorará en el segundo semestre debido a la baja de tasa de interés, a la competitividad mayor y la baja de importaciones, a las exenciones impositivas y a la política más agresiva de compras públicas. Nuestro objetivo es superar el año que viene una tasa de crecimiento del 4 por ciento.

El análisis de Mercadante es que América latina crecerá, pero sufrirá en parte los efectos de la desaceleración mundial. De todos modos, el cuadro de situación que explicó en la Argentina incluye algunos matices que compensan el costado más negro de la crisis:

- “Los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) crecieron a una media del 5,6 por ciento entre 2008, cuando se desató la crisis de Lehman Brothers, y 2011. En el mismo período los Estados Unidos llegaron sólo al 0,2 por ciento, Europa cero y América latina en particular 3,3.”

- “La crisis afecta a los países de manera diferenciada.”

- “Los países desarrollados tienen menor espacio para una política anticíclica, que compense los efectos de la crisis, porque la tasa de interés ya es muy baja y la deuda es alta. Según el Fondo Monetario Internacional, Japón terminará el año con 235,8 por ciento de deuda líquida del sector público respecto del PBI, mientras que en Brasil el porcentaje es del 37,5 por ciento.”

- “Brasil vivió una etapa de nacionaldesarrollismo desde la década de 1950. Desde 2003, cuando asumió Lula, estamos viviendo una etapa de nuevo desarrollismo. Se caracteriza por un compromiso con la estabilidad, con el control de la inflación como prioridad estratégica, con un límite al endeudamiento que nos transformó en acreedores del Fondo Monetario por seis mil millones de dólares que le prestamos, con el cuidado para evitar el efecto de las crisis cíclicas, con la alternancia en el poder que hizo que, por ejemplo, Dilma se presentara después de dos períodos de Lula, con una democracia en la que un valor es saber esperar, con el cambio de política exterior hacia la vertiente Sur-Sur que fortaleció la relación con la Argentina, con los vecinos y con el continente africano. También un compromiso con el aumento de reservas y con el mantenimiento de un encaje financiero especial para casos de crisis aguda.”

- “Ninguna corrección económica puede hacerse sobre la base de vulnerar los derechos de los trabajadores y sus condiciones de empleo.”

- “Uno de los objetivos de la política científica es que la investigación se convierta cada vez más en patentes y más patentes. Miré mucho el caso chino. Empezaron copiando, después crearon y ahora compiten con las primeras marcas de otros países.”

- “Lula no tiene título universitario, pero creó 14 universidades y 214 centros de enseñanza técnica.”

- “La ola privatizadora en Brasil no llegó ni a Petrobras ni al Banco Nacional de Desarrollo y tampoco a la Caja Económica Federal. El Bndes hoy dispone de créditos por 160 mil millones de dólares. Más que el Banco Mundial. Si no se puede crecer tanto hacia afuera hay que crecer más hacia adentro.”

–¿El crecimiento del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil significa que su país impulsará el Banco del Sur?

–Acompañé a la presidenta Dilma a reuniones de Unasur y me consta el compromiso de compartir políticas conjuntas de financiamiento. Hay una fuerte decisión política al respecto y se manifiesta a todo nivel, tanto en Unasur como en el plano de los Brics. La crisis mundial puede agravarse, pero no por ello debemos perder nuestros objetivos de integración. Como acompañamiento para seguir estos temas vamos a crear un instituto del Mercosur en Brasil y otro en la Argentina.

–En octubre hay elecciones municipales. ¿Cómo es la estrategia del Partido de los Trabajadores?

–Según las encuestas de estos días, el PT tiene un tercio de las preferencias electorales, mientras que ningún otro partido llega al 10 por ciento. Por un lado, hay que tener en cuenta que las elecciones municipales tienen una dinámica local. Las elecciones locales son específicas, porque también las alianzas lo son, y obviamente los liderazgos. Por otro lado, Dilma y Lula tienen un prestigio popular muy fuerte. Dilma, por ejemplo, es más popular de lo que era Lula al año y medio de gobierno, y mucho más aún que Fernando Henrique Cardoso en el mismo período.

–¿Y en la intendencia de San Pablo?

–Nuestro candidato es Fernando Haddad, ministro de Educación de Lula y Dilma entre 2005 y 2012. Yo lo reemplacé. Es una figura pública que nunca disputó una elección e irá con una alianza de izquierda junto con el Partido Socialista Brasileño de Eduardo Campos, el gobernador de Pernambuco, y el Partido Comunista de Brasil. La disputa es con el Partido Socialdemócrata Brasileño, que tiene la intendencia y la gobernación del Estado desde hace mucho tiempo.

–José Serra es el candidato. Pero ya fue intendente.

–Sí. Renunció en 2005 para enfrentar a Lula en 2006 y perdió. En 2010 perdió contra Dilma. También fue gobernador del Estado de San Pablo. Lo interesante es que para lograr la candidatura a intendente, este año, Serra obtuvo sólo un 52 por ciento. Teniendo en cuenta que antes fue dos veces candidato a presidente, intendente y gobernador de San Pablo, ese 52 por ciento es poco, lo cual revelaría que hay cierta fatiga de materiales. De todos modos, no hay que descuidarse porque la elección es reñida.

–¿Qué ventaja tiene Ha-ddad?

–Es lo nuevo. Será clave lo que suceda a partir de julio, cuando se habiliten los espacios gratuitos de televisión que nos permitirán hacer más conocido a nuestro candidato.

–Cuando el PT la proclamó, en febrero de 2010, Dilma tampoco era conocida. ¿Cuáles son los números actuales de Serra y de Haddad?

–Serra tiene 98 por ciento de conocimiento, una intención de voto del 31 por ciento y un rechazo del 41 por ciento.

–El rechazo es alto, ¿no?

–Sí. Haddad aún tiene un nivel de conocimiento muy bajo, pero no genera rechazo personal. O sea que disponemos de un gran potencial de crecimiento.

–Con Lula, 40 millones de personas se incorporaron al mercado y se hicieron presentes para el Estado. Muchos de ellos integran una nueva clase media. ¿Cómo es el comportamiento electoral previsible de este nuevo sector y cómo es la previsión del PT sobre la clase media típica de San Pablo?

–La ciudad de San Pablo tiene una gran crisis de movilidad urbana. También hay una fuerte demanda de salud pública y de política educacional. Estas son demandas de la población en general, pero en especial son las mejoras que pide la clase media emergente. Por eso el debate programático será importante. Agreguemos algo: Dilma tiene en la clase media un nivel de penetración que Lula nunca tuvo. Es una militante histórica que disputó una elección por primera vez cuando fue electa presidenta y se convirtió en una gran novedad. Dilma tiene apoyo alto y rechazo bajo.

–El economista Luiz Gonzaga Belluzo dijo a este diario en enero que la política del gobierno brasileño en medio de la crisis mundial consistiría en compensar una eventual baja en la inversión privada con mayores niveles de inversión pública. ¿Está en marcha esa política?

–Dilma produjo cambios importantes. El Banco Central bajó la tasa de interés de referencia, la Selic, la tasa de cambio fue modificada para ayudar a una mayor competitividad y ahora el gobierno federal está introduciendo una política de exención fiscal por sectores. El objetivo es mejorar las perspectivas de inversión sobre todo en franjas productivas relacionadas con la aplicación de tecnología. Como la carga impositiva ya era muy elevada, había margen para reducir selectivamente impuestos en el marco de una política anticíclica. Y, a la vez, podemos reducir impuestos porque bajamos las tasas de interés y generamos disponibilidad de fondos por 40 mil millones de reales (alrededor de 20 mil millones de dólares). Aprovechamos la crisis para mejorar, no para empeorar. Otra parte de la estrategia anticíclica es el cambio en la orientación de las compras públicas.

–¿Cómo funciona?

–Dilma encomendó a los ministerios una política de compras públicas diferente. Por ejemplo, en Educación tenemos un programa de ampliación del transporte escolar. Pensábamos comprar tres mil ómnibus. En lugar de reducir las compras, vamos a comprar el doble. En la inversión pública todavía afrontamos restricciones institucionales muy severas, como trámites muy complejos para licitar obras públicas. Un ejemplo: estamos realizando una inversión fuerte en guarderías y jardines de infantes. Pero una intendencia demora seis meses para licitar y dos años para construir. Así se pasa el tiempo y el niño sigue sin guardería. Por eso estamos implementando licitaciones electrónicas y formas premoldeadas de construcción. Queremos que las cosas mejoren rápido.

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Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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