EL MUNDO › OPINIóN

La manipulación de “El País”

 Por Emir Sader

Penosos fueron los intentos de explicación de El País de lo que caracterizó como “error” al publicar la falsa foto de Hugo Chávez. Todo fue dicho, menos lo esencial.

La decisión pasó por muchas manos, no hubo prácticamente dudas (ni siquiera se preguntaron por qué su competidor, El Mundo, al que también le ofrecieron la imagen, la había rechazado). Dicen que buscaron más información en Internet y que no vieron que la farsa ya había sido denunciada en Venezuela el día anterior. Que actuaron con rapidez al ver las reacciones en contra y luego supieron que era una manipulación.

Reiteraron, penosamente, que gastaron 225 mil euros (todo se mide en dinero en un medio mercantil) para rectificar el “error, demostrando los sacrificios con que pagaron el error”.

No abordan lo esencial: ¿por qué con Hugo Chávez? ¿Por qué no sucedió con Ariel Sharon, que está en estado de coma desde hace años? ¿Por qué no sucedió con Hillary Clinton, que estuvo hospitalizada hace poco por razones poco explicadas?

Ahí está la llave de la cuestión no explicada por El País, ni siquiera abordada por el periódico con sus penitentes periodistas.

Quien lee el diario con frecuencia sabe la obsesión que el medio tiene con Hugo Chávez. Y como el rey –un cobarde asesino de elefantes– expresó ese sentimiento con aquel exabrupto a Hugo Chávez, conmemorado por el propio El País.

Chávez, como uno de los dirigentes de gobiernos progresistas de América latina, incomoda a la derecha tradicional española y a la nueva derecha. Al final fue el PSOE, el partido de El País, que comenzó con la austeridad en España, el que está llevando al país a la peor debacle económica y social de su historia, mientras que Chávez y los gobernantes progresistas de América latina avanzan por un camino diferente, antineoliberal, y evitan que los efectos de la catástrofe europea caigan sobre nosotros.

Con la foto, los magnates de la decadente prensa española golpean la imagen de Hugo Chávez, supuestamente revelando el verdadero estado del presidente de Venezuela, al mismo tiempo que estarían denunciando las versiones del gobierno venezolano y demostrando la capacidad de violar el control de la información de Cuba.

Fracasaron rotundamente. Revelaron cómo actúa un partido de derecha, manipulando informaciones a favor de sus preferencias políticas, desenmascarando definitivamente la supuesta objetividad periodística de un medio mercantil.

Los medios brasileños constataron el “error” y las autocríticas de un diario que la prensa de aquí toma como modelo. Ninguno estuvo siquiera a la altura de la autocrítica de El País, que afirma que fue el mayor “error” de la historia del diario. Fueron sorprendidos in fraganti, lo cual debería avergonzarlos a ellos y a quienes todavía pensaban que hacían un buen periodismo.

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Imagen: DyN
 
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