EL MUNDO › HILLARY PROPUSO UNA DISCUSIóN ADULTA SOBRE SEGURIDAD VS. PRIVACIDAD

Hasta dónde espiar, un debate al rojo vivo

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

Las fisuras están a la vista. La ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, y más que probable candidata presidencial demócrata para 2016, propuso en una conferencia en Londres un “debate adulto” sobre la polémica de “la seguridad nacional versus la privacidad ciudadana” que han rodeado las revelaciones del ex espía de la CIA, Edward Snowden. La propuesta es anatema para buena parte de los republicanos y demócratas que estiman que la seguridad está por encima de cualquier otra consideración.

En Londres, Clinton encontró un escenario político igualmente dividido. Mientras el primer ministro británico David Cameron defendió el derecho de interceptar comunicaciones, su vice, el liberal demócrata Nick Clegg, puso el acento en la necesidad de rever los poderes de los servicios secretos, y otro liberal demócrata, el ministro de Negocios, Vince Cable, fue más lejos al defender abiertamente al matutino The Guardian, que ha estado publicando extractos de los documentos de Snowden desde junio.

En su discurso ante el think tank británico Chatham House, Clinton marcó la diferencia entre un servicio de inteligencia en democracia y otro dictatorial. “En temas de servicios de inteligencia, gracias a Dios tenemos democracias tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido. Tenemos que tener un debate razonable y adulto sobre qué es necesario hacer y cómo hacerlo de una manera tan transparente como sea posible para poder contar con la comprensión de nuestros ciudadanos”, dijo Clinton.

Este lenguaje conciliatorio es sorprendente, teniendo en cuenta que Snowden, quien tiene asilo político temporal en Rusia, está acusado en Estados Unidos de robar propiedad gubernamental y comunicar sin autorización información de defensa e inteligencia clasificada. Sus revelaciones sobre el gigantesco aparato de espionaje electrónico montado por Estados Unidos con el programa Prism y el Reino Unido con un programa gemelo, el Tempora, generaron fuertes tensiones diplomáticas con la Unión Europea, el Medio Oriente, América latina y Asia, y llevaron a la suspensión de la visita a Washington de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

El tema sigue al rojo vivo, como muestra la ofensiva político-mediática lanzada esta semana contra el matutino The Guardian. El martes pasado, el director general del servicio de inteligencia interior británico, Andrew Parker, atacó al matutino por comprometer de manera “irresponsable” la seguridad nacional, haciéndoles un “regalo a los terroristas para que nos ataquen en cualquier momento”. Un día después, el más recalcitrantemente conservador de los diarios británicos, el Daily Mail, publicó un editorial en el que acusaba a The Guardian de “cruzar una frontera con letal irresponsabilidad”, ayudando a los enemigos del Reino Unido.

El problema con las ofensivas de este tenor es que chocan con el derecho a la privacidad, tan arraigado en culturas anglosajonas que ni todo el patriotismo de Estados Unidos impidió que en las encuestas la mayoría rechazara esa potestad de los servicios para leer mails y meterse en el Facebook de los ciudadanos. En el Reino Unido, los mismos lectores del Daily Mail han expresado preocupación ante esta interferencia, y el gobierno de coalición se dividió entre los conservadores que apoyaron al jefe de los servicios secretos, con el primer ministro David Cameron a la cabeza, y sus socios liberal demócratas que moderaron esa posición o directamente elogiaron al matutino. “Yo creo que The Guardian ha prestado un invalorable servicio público. Lo que hicieron como periodistas es totalmente correcto”, dijo el ministro de Negocios, Vince Cable.

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Hillary Clinton en Londres.
Imagen: AFP
 
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