EL MUNDO › EN REPUDIO A LA DESAPARICIóN DE 43 ESTUDIANTES TRAS UN ATAQUE POLICIAL EN EL MUNICIPIO DE IGUALA

Fuego en la Casa de Gobierno de Guerrero

Los manifestantes lapidaron las fachadas de los edificios del gobierno estatal y prendieron fuego un edificio de tres pisos que fue afectado en su totalidad por las llamas. En otro inmueble, un incendio pudo ser controlado por los bomberos.

 Por Gerardo Albarrán de Alba

Página/12 En México

Desde México, DF

La violencia en Guerrero tocó nuevamente a las puertas del gobernador Angel Aguirre Rivero, cuando en la tarde del lunes medio millar de estudiantes normalistas y profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg) prendieron fuego al palacio de gobierno y luego la alcaldía de la capital del estado, Chilpancingo, en demanda de la presentación con vida de 43 de sus compañeros desaparecidos desde el 26 de septiembre, luego de ser atacados por la policía municipal de Iguala y sicarios de la organización criminal Guerreros Unidos.

El pasado 4 de octubre, cientos de estudiantes y padres de familia de la normal de Ayotzinapa lanzaron varios cohetes y cinco bombas molotov contra la residencia oficial del gobernador Aguirre Rivero; un vehículo fue volcado e incendiado a las puertas del inmueble.

Este lunes, pasado el mediodía, unos 500 normalistas, profesores del Ceteg y familiares de los normalistas desaparecidos cercaron los cinco accesos al complejo de siete edificios del gobierno estatal; pedían una entrevista con el gobernador, Angel Aguirre, que les fue negada. Y vino el bloqueo, ya nadie pudo entrar o salir.

Más temprano, los manifestantes había intentado ingresar al Congreso del estado, pero fueron repelidos por unos 150 policías antimotines, por lo que se movilizaron hacia el gobierno del estado y ocuparon todos los accesos. Ahí comenzó el enfrentamiento, tras un fallido intento de desalojarlos. Varios cohetes estallaron en el interior del palacio de gobierno. Más de 1500 personas fueron retenidas por los manifestantes, que ya tarde dejaron salir a mujeres y personas discapacitadas. Burócratas y ciudadanos que realizaban trámites lograron salir por la fuerza cerca de las cinco de la tarde. Los manifestantes se replegaron unos cientos de metros, pero no tardaron mucho en regresar al complejo para lapidar las fachadas y prender fuego un edificio de tres pisos que fue afectado en su totalidad por las llamas. En otro inmueble se inició un incendio que pudo ser controlado por los bomberos.

En las primeras horas de la noche, los estudiantes se movilizaron hacia la alcaldía de Chilpancingo, donde rompieron vidrios en la planta baja y el sótano e incendiaron varias oficinas que previamente habían sido desalojadas. La víspera, policías estatales dispararon en Chilpancingo contra una camioneta en la que viajaban 10 estudiantes del Tec de Monterrey, una de las universidades privadas más prestigiosas del país. Cuatro de los jóvenes son extranjeros; uno de ellos, de nacionalidad alemana, fue herido de bala.

Ayer, los principales edificios públicos de Chilpancingo, incluido el Congreso del estado, amanecieron protegidos por agentes antimotines.

El gobernador Angel Aguirre Rivero calificó de “vandalismo” la desesperada respuesta de estudiantes y padres de los 43 normalistas desaparecidos. Según el mandatario estatal, se trató de “una abierta provocación” y advirtió que la escalada podría crecer aún más ante el arribo de cientos de estudiantes de Michoacán, Oaxaca y el Distrito Federal, en apoyo de los normalistas de Ayotzinapa. “Nos vamos a contener hasta donde sea posible (...), tenemos preparado un operativo, pero aquí lo que se está buscando es que entremos en ese momento de confrontación abierta con ellos, pero nosotros vamos a seguir con muchísima prudencia”, dijo el gobernador en la mañana de ayer.

Pese a las voces que por todo el país exigen que se vaya, Aguirre Rivero dijo que no se “empecina” en mantenerse en el cargo, pero anunció que seguirá siendo gobernador hasta que se hayan terminado de investigar los asesinatos y las desapariciones de los normalistas en Iguala.

A las violentas protestas en Chilpancingo se sumaron manifestaciones en los estados de Michoacán, México, Oaxaca y Tamaulipas. Ayer se inició un paro de 48 horas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en la capital del país, en apoyo a los normalistas de Ayotzinapa.

En Iguala, la Procuraduría General de la República (PGR) dio por terminados sus trabajos en las fosas clandestinas localizadas a 20 minutos de esta ciudad. Luego de cuatro días de excavaciones, los peritos de la PGR se retiraron junto con los elementos de la Policía Federal y de la Marina que custodiaban el terreno.

Mientras, en la madrugada de ayer, en el poblado de Jiutepec, del vecino estado de Morelos, la Policía Federal se enfrentó con miembros de una banda criminal y abatió a uno de sus dirigentes, identificado como Benjamín Mondragón, El Benjamón o El Tío. Sicarios de este grupo habrían participado en la desaparición los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y en el asesinato de seis personas en el ataque del 26 de septiembre, en Iguala.

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qBomberos caminan frente a lo que quedó del Palacio de Gobierno de Chilpancingo.
Imagen: AFP
 
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