EL MUNDO › ENTRE LAS BASES ES INTOCABLE, PERO NO PARA LOS DIPUTADOS LABORISTAS BRITANICOS

Corbyn al frente en la interna laborista

El resultado se anuncia este domingo 24 de septiembre al inicio del Congreso Anual del Laborismo. Cinco días de intensa actividad política televisada que serán una radiografía (penosa) del caos interno que vive este histórico partido.

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

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¿Puede Jeremy Corbyn vencer a los conservadores? ¿Puede su rival en las elecciones del laborismo, Owen Smith, vencer a Corbyn? Antiimperialista en un ex imperio, republicano en un país monárquico, pro-desarme nuclear en una de las potencias nucleares del planeta, Corbyn expresa un pensamiento minoritario importante, pero insuficiente en una elección general. El problema para los laboristas es que la respuesta a la segunda pregunta es también un rotundo “no”: los sondeos le dan una abrumadora ventaja a Corbyn sobre Smith en las elecciones internas.

El resultado se anuncia este domingo 24 de septiembre al inicio del Congreso Anual del Laborismo, cinco días de intensa actividad política televisada en directo que serán una radiografía (penosa) del caos interno que vive este histórico partido. Las encuestas calculan que alrededor del 60% de los más de medio millón de afiliados que tiene el laborismo se inclinarán por Corbyn, refrendando con creces su victoria de hace un año. Si entre las bases y los afiliados Corbyn parece intocable, con los diputados laboristas el divorcio parece irremediable. A fines de junio, en una votación interna del Partido Parlamentario Laborista, que agrupa a los diputados, 172 votaron en contra de Corbyn y solo 40 a favor.

Corbyn siempre estuvo bien a la izquierda del laborismo, tanto que nadie pensó que sería electo para reemplazar a Ed Milliband luego de la derrota electoral de mayo de 2015. En los 90 el “Nuevo Laborismo” de Tony Blair y Gordon Brown había dado un exitoso giro a la derecha coronado por tres victorias electorales consecutivas, algo inédito en los más de 100 años de historia partidaria. Mientras el “Nuevo Laborismo” ganaba elecciones, el giro fue tolerado por los afiliados, pero las derrotas de 2010 y 2015 en medio de la Austeridad Británica y Europea cambiaron las cosas. Cansados de apoyar un discurso moderado en el que no creían, los afiliados votaron con el corazón: Corbyn encarna mejor que nadie un laborismo irreductible a cálculos o componendas electorales.

El tema es que entre los británicos el líder laborista no cosecha la misma confianza. Las encuestas (que como se sabe no son infalibles) le dan una ventaja sideral a la primera ministra conservadora Theresa May tanto a nivel personal (68 a 24 como líder más capaz) como en su reflejo partidario (41 a 30 a favor de los conservadores). Un sondeo poco después que asumiera May mostró que uno de cada tres votantes laboristas pensaban que estaba mejor equipada que Corbyn para lidiar con los grandes desafíos que tiene el Reino Unido.

El referendo europeo del 23 de junio fue la gota que rebalsó el vaso para la derecha laborista que acusó a Corbyn - un conocido euroescéptico - de boicotear en silencio la campaña a favor de permanecer en la Unión Europea. La convocatoria a una nueva elección para líder partidario surgió de este descontento y de la profunda crisis con los parlamentarios laboristas. En un intento de apelar tanto a la izquierda partidaria como a los moderados, Owen Smith, ha reivindicado una lucha frontal contra el programa de austeridad conservador, pero también ha exigido un segundo referendo una vez que se llegue a un acuerdo con la Unión Europea (incierto aún), algo que abriría nuevamente esa caja de Pandora que es el continente europeo para las islas británicas.

Smith consiguió bastante más que los últimos tres candidatos Nuevo Laboristas o ultramoderados que en septiembre del año pasado enfrentaron a Corbyn. En los sondeos llega a tener el 40% de los votos y resulta un político más potable para el conjunto de la sociedad. En el último de los ocho debates públicos, el miércoles pasado, Smith se centró en la elegibilidad de Corbyn y en el riesgo que supone su victoria para la unidad del partido. “Tenemos que volver a ser un partido creíble, competente que pueda ayudar a las comunidades que nos necesitan. Y la realidad es que hoy Jeremy Corbyn no es la figura a la que están siguiendo los británicos ni es la figura que necesita el laborismo para permanecer unido”, señaló Smith.

En teoría una tercera parte de los afiliados no ha decidido todavía su voto. Es la gran esperanza que le queda a Smith: un masivo respaldo de estos votantes. Jason Cowley, editor de un semanario prolaborista, el New Statesman, twiteó un mensaje pesimista en medio del último debate: “una confirmación de que el Laborismo está agonizando”. La aparentemente inevitable victoria de Corbyn abriría un gran interrogante respecto a la unidad del partido y la posibilidad de una escisión en el parlamento. Un altamente improbable triunfo de Smith podría provocar una fuga masiva de los cientos de miles de afiliados corbynistas que sienten que el partido es capaz de venderle el alma al diablo con tal de ser nuevamente elegible. Con este panorama, la primer ministro Theresa May y los conservadores, que no tienen idea de cómo lidiar con el Brexit, pueden respirar tranquilos.

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Corbyn arrasa entre las bases de su partido, pero no sería un candidato ideal.
 
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