EL MUNDO › LA DERROTA ELECTORAL DE JOSEPH LIEBERMAN

Respaldó a Irak y perdió la banca

 Por Yolanda Monge*
Desde Washington

¿Por qué se han convertido en noticia de primera página en los periódicos de Estados Unidos y han abierto los informativos de televisión las elecciones primarias para elegir candidato demócrata en el minúsculo estado de Connecticut? Pues porque la disputa se ha visto en toda la nación como un barómetro del sentimiento contra la guerra de Irak, como un referéndum sobre la política desarrollada en el país árabe que puede determinar las elecciones legislativas del próximo mes de noviembre, cuando se renueva un tercio de la Cámara –lo que se hace cada dos años para mandatos de seis–.

Justo seis años después de que fuera aclamado por su partido como candidato demócrata a la vicepresidencia del país –hizo historia al ser el primer judío elegido para ello–, Joseph Lieberman era despojado el martes por la noche de su sillón en el Senado de EE.UU. tras ocuparlo durante dieciocho años. No volverá a la Cámara alta para un cuarto mandato, al menos no bajo el Partido Demócrata, porque el todavía senador aseguró tras reconocer su derrota que se presentaría como “independiente” a los comicios del 7 de noviembre. Esta decisión puede hacer mucho daño a un Partido Demócrata que ya se encuentra dividido, al restarle votos. Los analistas señalaban ayer en los periódicos que el triunfo de Lamont confirmaba un giro a la izquierda del partido, que buscará despojar a los republicanos del control del Congreso el próximo otoño.

Lieberman, de 64 años, fue elegido senador en 1988 al desbancar al republicano Lowell Weicker. Ahora ha perdido las primarias de su partido frente a un hombre prácticamente nuevo en política, Ned Lamont, 52 años, desconocido hace sólo tres meses para nueve de cada diez demócratas, pero que ha tenido un apoyo determinante de los blogs de Internet. Irak se perfilaba como un argumento político de peso en la campaña y la victoria de Lamont –con un 52 por ciento de los votos frente al 48 de Lieberman– lo ha probado. Personaje absolutamente desconocido, que ha amasado una fortuna con el negocio de las telecomunicaciones, Lamont basó su campaña en un duro mensaje contrario a la guerra de Irak y atacó a Lieberman por haberla defendido. Según los críticos del “dinosaurio” demócrata, Lieberman es el mejor aliado del presidente George W. Bush. La hostilidad hacia Bush dentro de las filas demócratas ha cobrado su precio a través del veterano político.

Lamont, quien había tratado sin éxito de conseguir la postulación senatorial por Connecticut en los comicios de 1990, acusó a Lieberman de ser “un perro faldero” de Bush y afirmó que un voto de rechazo a su candidatura sería un mensaje “contra la guerra en Irak”. Desde la guerra de Vietnam, nunca antes un asunto de política internacional había tenido tanto peso en unas elecciones estadounidenses.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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