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Bush despachó otro portaaviones para patrullar el Golfo Pérsico

Mientras, crece la presión de la oposición en el Congreso para que empiece la retirada de tropas de Irak y Teherán envía señales de buscar un acercamiento.

La tensión aumentó entre Estados Unidos e Irán, luego de que la marina estadounidense enviara durante el fin de semana un tercer portaaviones al Golfo Pérsico con poder nuclear y numerosos marines. Pero en medio de un descenso de la imagen de Bush entre la población norteamericana, las fuerzas militares extranjeras apostadas frente a la costa iraní podrían ser reducidas a una única nave durante las próximas semanas, dijeron ayer funcionarios de Defensa de Estados Unidos a la prensa local. La posible retirada se anunció después de que la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, calificó el viernes al país de Medio Oriente como “crecientemente peligroso”.

Desde comienzos de este año, la marina estadounidense mantuvo dos portaaviones de guerra y duplicó los ejercicios en el Golfo Pérsico, en una demostración de fuerza hacia Irán. Ahora, Estados Unidos decidió el sábado enviar a esa zona caliente al “Enterprise”, una embarcación con reactores nucleares, cazabombarderos, misiles destructores, un submarino de rápido ataque, helicópteros de combate y que puede albergar hasta 7500 tripulantes.

A pesar de la escalada bélica, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, afirmó ayer que Teherán está dispuesto a mantener más conversaciones con Estados Unidos acerca de la estabilización de Irak. “Estamos preparados para ofrecer cualquier ayuda que podamos para preservar la unidad y establecer la paz y la seguridad en Irak”, indicó Ahmadinejad.

Estados Unidos e Irán ya mantuvieron conversaciones al respecto –aunque sólo a nivel de embajadores– el pasado 28 de mayo en Bagdad, pero desde entonces las tensiones entre los dos países aumentaron debido a la detención en el país persa de cuatro académicos y activistas americanoiraníes.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, defendió nuevamente ayer su política en Irak, luego de que la oposición anunciara una nueva ofensiva legislativa contra la guerra y de que un nuevo sondeo mostrara niveles record en la impopularidad del mandatario y del conflicto.

“Entiendo plenamente que ésta es una guerra difícil, pero una vez más explicaré las consecuencias de un fracaso”, dijo el mandatario en Ohio.

La administración Bush tiene previsto difundir esta semana un informe que afirma que el gobierno iraquí no cumplió con las metas que se le fijaron cuando el presidente estadounidense ordenó desplegar a unos 30.000 soldados norteamericanos más en el país en guerra.

Luego de que los resultados del informe fueran anticipados hoy por la prensa, el presidente de la Comisión de Defensa del Senado, el demócrata Carl Levin, propuso una ley que le exija a Bush iniciar la retirada militar de Irak en 120 días y poner fin a las operaciones de combate para el 30 de abril de 2008.

Mientras tanto, una encuesta mostró ayer que el apoyo a la guerra y la popularidad de Bush cayeron a niveles sin precedentes en cuatro años y medio de una contienda que, iniciada en marzo de 2003, ya dejó más de 3000 soldados estadounidenses muertos y costó cientos de miles de millones de dólares.

Siete de cada diez estadounidenses se pronunciaron a favor de retirar las tropas de Irak para abril, según este sondeo del diario USA Today, elaborado por la consultora Gallup. En cuanto a Bush, el apoyo a su gestión cayó al 29 por ciento, del 33 por ciento que registró en una encuesta similar del mes pasado.

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Un avión aterriza en el portaaviones Dwight S. Eisenhower, uno de los buques de la flota norteamericana, que aumentó su presencia en el Golfo Pérsico.
 
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