EL MUNDO › LA CONDENA DE LA JUSTICIA ESPAÑOLA DESCARTO LA PARTICIPACION DE ETA

Cuarenta mil años de prisión por el 11-M

Los autores materiales del atentado que cobró la vida de 191 personas en 2004 recibieron condenas de varios miles de años, pero no hubo condenas por autoría intelectual. Zapatero dijo que se hizo justicia, pero los familiares de las víctimas no quedaron conformes con las 28 condenas.

 Por Oscar Guisoni
desde Madrid

En medio de un clima de gran expectación y tensión, el tribunal de la Audiencia Nacional madrileña que juzgaba a los 28 imputados por los atentados ocurridos en Madrid el 11 de marzo de 2004 dio a conocer ayer por la mañana la sentencia definitiva que, además de condenar con contundencia a los autores materiales del atentado, despeja muchas de las dudas que aún envolvían al caso y da por tierra con la teoría conspirativa alentada por la derecha y algunos medios de comunicación de la península que insisten todavía en vincular a ETA con la perpetración de los atentados que se cobraron la vida de 191 personas y dejaron 1856 heridos. El tribunal no encontró pruebas suficientes para condenar a los tres acusados de ser los autores intelectuales de los atentados, que terminaron siendo sentenciados sólo por pertenecer a una organización terrorista. Los familiares de las víctimas y las asociaciones que las representan no se quedaron conformes con la sentencia y han anunciado que la recurrirán en forma parcial. El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, compareció horas después de conocido el fallo ante la opinión pública para afirmar que “se ha hecho justicia”.

De los 28 imputados en la causa –originalmente eran 29, pero uno de ellos ya había sido absuelto con anterioridad–, los que se llevaron la peor parte fueron Jamal Zougam y Otman El Gnaoui, considerados autores materiales del ataque, a quienes les cayeron más de 40 mil años de prisión en virtud del curioso sistema judicial español que suma las condenas por cada uno de los delitos cometidos por los acusados, y el ex minero Emilio Suárez Trashorras, a quien se considera cooperador necesario de la masacre y que fue condenado a más de 35 años de cárcel. El resto de los integrantes de la célula islamista que cometió el atentado y los españoles de la llamada “trama asturiana” que proveyeron la dinamita sustraída de la mina Conchita, ubicada en Asturias, sufrieron condenas más leves, mientras que algunos de ellos fueron absueltos porque las pruebas en su contra no eran suficientes, como es el caso de la mujer de Suárez Trashorras, Carmen Toro, y de otros tres de los españoles que se hallaban acusados de haber facilitado el robo del material explosivo y su posterior venta a los islamistas radicales. La principal sorpresa fue la absolución de Rabei Osman, conocido también como “Mohamed El Egipcio”, principal sospechoso de ser uno de los autores intelectuales del ataque. La Audiencia consideró que no había pruebas suficientes para inculparlo y sólo lo consideró responsable de pertenecer a una organización terrorista, un delito por el que ya se lo ha juzgado en Italia. Más allá de la lectura maliciosa de algunos medios conservadores a propósito de este hecho, lo cierto es que la jurisprudencia española determina que no se vuelve a condenar a una persona por un delito por el que ya ha sido juzgada y condenada en otro país.

Como era de esperarse, la sentencia tuvo también enormes repercusiones políticas y acaparó la atención principal de todos los medios de comunicación nacionales a lo largo del día. Al mismo tiempo que Zapatero decidía comparecer en forma inusual en una conferencia en el palacio de La Moncloa para evaluar el fallo, desde la oposición el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, se negaba a tirar la toalla a la hora de dar por cerrado el caso, insistiendo en que todavía quedan muchas dudas “ya que los acusados como autores intelectuales no han sido condenados” y ha anunciado que su partido respaldará cualquier otra posibilidad que se presente de continuar investigando. Los medios de comunicación que habían apoyado la teoría conspirativa, como el matutino El Mundo, prefirieron hacer hincapié en el malestar de los familiares por lo que consideran penas demasiado leves para los integrantes del grupo terrorista y en el hecho de que no se hubiera condenado a los autores intelectuales, aunque no pudieron obviar la contundencia del fallo a la hora de establecer que no se ha encontrado ninguna prueba que sugiera la participación de ETA en los ataques.

Las asociaciones que representan mayoritariamente a las víctimas, entre ellas la que lidera Pilar Manjón, protagonizaron durante la mañana un altercado en la entrada de la Casa de Campo donde se desarrolló el juicio, porque se les habían emitido sólo tres pases para que pudieran presenciar la lectura de la sentencia. Manjón se mostró fastidiada porque habían recibido la misma cantidad de pases que “los conspiradores”, en alusión a la AVT, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, una organización derechista que agrupa a algunas de las víctimas de ETA y que se presentó en el juicio para tratar de introducir la teoría conspirativa en sintonía con el PP, jugando un papel que las demás asociaciones de afectados consideraban bochornoso, ya que en su empeño más de una vez aparecieron como abogados defensores de los acusados más que como partes de la acusación popular. Luego de leído el veredicto, Pilar Manjón anunció que su asociación lo recurrirá parcialmente porque no se considera conforme con la levedad de algunas condenas y las absoluciones de algunos de los imputados. “Hacemos una valoración positiva de los hechos probados. Sabemos lo que estalló y la autoría etarra ha decaído. El fallo nos parece flojo, las condenas nos parecen cortas y recurriremos”, dijo antes de abandonar el tribunal después de una agitada y tensa mañana.

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Los acusados conversan animadamente en una sala contigua a la Audiencia Nacional, donde fueron condenados por el atentado de Atocha.
 
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