EL MUNDO › NO RENUNCIA PESE AL INFORME SOBRE DE MENEZES

El otro Blair, en la cuerda floja

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

El jefe de la Scotland Yard, Sir Ian Blair, indicó que no renunciaría a su cargo después de que se conociera el informe de la Comisión Independiente de Quejas sobre la Policía (IPCC) sobre la muerte del electricista brasileño Jean Charles de Menezes en Londres en 2005. El director de la IPCC, Nick Hardwick, acusó a Blair de obstaculizar la investigación sobre el asesinato a balazos de De Menezes en un vagón de subte durante un operativo de la unidad antiterrorista de la policía. El gobierno laborista de Gordon Brown reiteró su confianza en el jefe de Scotland Yard. “El jefe de la policía metropolitana sigue al frente de la lucha contra la delincuencia y el terrorismo. Tiene todo nuestro apoyo y agradecimiento por el trabajo que está haciendo”, dijo la ministra del Interior, Jacqui Smith.

A pesar del respaldo del gobierno, Sir Ian Blair está en la cuerda floja. El miércoles la Asamblea de Londres votó a favor de una moción de censura de Blair. La semana pasada la Justicia condenó a la policía metropolitana por 19 errores que pusieron en peligro la “seguridad de los londinenses” durante el operativo. La condena tuvo un alto valor simbólico y político. Aunque no se estaba juzgando a nadie en particular por los siete disparos que recibió De Menezes el 22 de julio de 2005, la Justicia halló que la fuerza en su conjunto era responsable de violar la Ley de Seguridad e Higiene en el Trabajo, una oscura norma de 1974 por la que la policía tiene que velar por la seguridad de sus empleados y de la población en su conjunto. Los dos principales partidos de oposición, el Conservador y el Liberal Demócrata, pidieron la dimisión de Sir Ian Blair y buena parte de la prensa británica lo atacó duramente por negarse a abandonar su cargo.

Ayer, en su informe, el IPCC reveló una serie de errores básicos en el operativo. Jean Charles de Menezes tuvo la desgracia de vivir en el mismo edificio de departamentos que Hussain Osman, uno de los responsables de los atentados fallidos del día anterior, el 21 de julio. Los agentes encargados de la vigilancia y seguimiento no chequearon bien su identidad y permitieron que De Menezes abordara un autobús y el subte, a pesar de que se sospechaba que era un terrorista. Similares errores de comunicación se produjeron entre el comando central a cargo de Cressida Dick y la unidad especial antiterrorista que operaba bajo la polémica política de “tirar a matar” en caso de que se sospechara la presencia de un atacante suicida. Entre otras cosas, nadie pareció entender que la orden de Dick era “parar” a De Menezes antes de que entrara al subte y no matarlo una vez dentro.

Lo cierto es que Sir Ian Blair todavía tiene que enfrentar un posible juicio civil e incluso una apelación para que haya un juicio criminal si se considera que el informe del IPCC contiene suficientes nuevos elementos como para reconsiderar la decisión anterior de acusar a la fuerza en general y no a ningún miembro específico. Nadie apuesta por su suerte.

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