EL MUNDO › OPINION

La caída libre de Toledo

 Por Carlos Noriega

Página/12
en Perú
Desde Lima

El debilitado gobierno del presidente Alejandro Toledo enfrenta uno de sus más graves momentos luego de la renuncia de Raúl Diez Canseco, uno de los dos vicepresidentes del país, y la puesta en arresto domiciliario del ex jefe de inteligencia César Almeyda. Las dos caídas ocurrieron después de que se denunciaran dos negociaciones en secreto con dos importantes militares integrantes de la mafia de Vladimiro Montesinos.
Una de las negociaciones está plenamente confirmada. Se trata de las reuniones secretas que sostuvieron César Almeyda, abogado de Toledo, ex asesor presidencial y ex jefe de los servicios de inteligencia durante el actual gobierno, y el ya fallecido general Oscar Villanueva, quien tuvo un rol clave en la compra de armamentos y pertrechos para la policía y el ejército durante la década fujimorista, una de las principales fuentes de la corrupción montesinista, y al que se le conoció como “el cajero de Montesinos”. La otra negociación se habría efectuado, según el testimonio de un personaje que asegura haber actuado como intermediario, entre el ex ministro de Justicia, actual embajador en España y líder del Frente Independiente Moralizador (FIM), pequeño partido aliado del gobierno, Fernando Olivera, y el encarcelado brazo derecho de Montesinos, el coronel Roberto Huamán.
Los encuentros entre Almeyda y Villanueva tuvieron lugar en un restaurante de comida china. Y, sin que Almeyda lo supiera, las conversaciones fueron grabadas. La cinta con los diálogos fue entregada al diario Correo por Miguel Salas, un antiguo colaborador del general Villanueva. Del diálogo queda claro que Almeyda le ofreció a Villanueva, a quien llamaba “Osquitar”, ayudarlo en los procesos penales que tenía por su participación en el cobro de coimas ilegales en las compras para la policía y el ejército y por otros delitos derivados de su estrecha relación con Montesinos. En uno de los pasajes más comprometedores para Almeyda, se le escucha decir: “Yo le he evitado (a Montesinos) por todos lados lo del tema del narcotráfico”. La situación amenaza con comprometer seriamente al gobierno de Toledo, cuya popularidad bordea apenas el 10 por ciento.
En reemplazo de Diez Canseco queda el vicepresidente segundo, David Waisman, congresista y secretario general del oficialista Perú Posible. Waisman tiene reputación de ser un político poco serio, al extremo que se le conoce como “payasito”.

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