Estados Unidos sumó fuerzas con Francia y el Reino Unido y pidió garantías para que los ataques iniciados ayer por Rusia en Siria tengan únicamente como objetivo a los jihadistas del Estado Islámico (EI) y no a la oposición moderada que combate al gobierno del presidente Bashar al Assad. El gobierno alemán, en tanto, instó al gobierno de Vladimir Putin a aclarar qué protocolos se utilizan en las incursiones en territorio sirio, al tiempo que expresó su preocupación sobre los efectos de la escalada bélica en ese país. Las bases del Partido Laborista británico aprobaron ayer, durante su conferencia anual, una moción que insta a sus diputados a rechazar en el Parlamento bombardeos en Siria sin que exista una resolución clara y sin ambigüedades de Naciones Unidas que respalde los ataques.

En un discurso brindado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, en Nueva York, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry (foto), dijo que si las recientes acciones de Rusia representan un compromiso genuino para derrotar al EI, entonces, “les damos la bienvenida”. El jefe de la diplomacia estadounidense, cuya declaración fue respaldada por sus pares británico y francés, se mostró dispuesto a discutir los detalles de las operaciones militares con Moscú esta misma semana. Mientras la oposición republicana en el Congreso criticaba los ataques, Kerry advirtió que los bombardeos no pueden ir a zonas controladas por la oposición moderada, mensaje que lanzaron también sus homólogos británico, Philip Hammond, y francés, Laurent Fabius.

Los tres jefes diplomáticos intervinieron en una reunión especial sobre terrorismo del Consejo de Seguridad de la ONU, presidida por el ministro ruso, Serguei Lavrov; insistieron en que la ayuda contra el EI es bienvenida, pero aclararon que no puede servir para reforzar la figura de Al Assad, al que consideran responsable, en gran medida, del avance de los jihadistas por su represión contra la población civil y por centrar sus acciones militares contra la oposición moderada.

En Washington, la oposición republicana en el Senado denunció las acciones rusas en Siria. El senador Bob Corker, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara alta, calificó los bombardeos rusos de increíbles y criticó al presidente Barack Obama por no haber adoptado una posición más firme frente a Rusia. El senador republicano John McCain, presidente de la Comisión de Asuntos Militares, dijo que informes iniciales cuya fuente no precisó indicaban que los ataques rusos no habían tenido como blanco zonas controladas por el EI. El oficialismo demócrata en el Capitolio también cuestionó los ataques. Adam Schiff, demócrata de mayor rango en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo que el uso de la fuerza militar de Rusia en Siria agrega un nuevo y problemático factor a la guerra en Siria y arroja un salvavidas a Al Assad.

“Por el momento no tenemos informaciones sólidas sobre los objetivos y métodos utilizados en esos ataques aéreos. Por propio interés, Rusia debe preocuparse en aclararlos lo antes posible”, indicó el ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, en un comunicado. Y recordó que su homólogo ruso, Serguei Lavrov, hizo hincapié ayer, desde Nueva York, en la necesidad de coordinar los esfuerzos internacionales para combatir al grupo jihadista.

Para los afiliados del Partido Laborista es indispensable que una eventual acción militar del Reino Unido en Siria vaya acompañada de un amplio plan europeo para enfrentar el incremento en el número de refugiados que los bombardeos rusos podrían motivar. La decisión de las bases del partido no es vinculante para los diputados, pero puede condicionar la votación sobre una extensión de los actuales ataques británicos en Irak contra el EI, que, se espera, presente en las próximas semanas el primer ministro, David Cameron.