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El menemismo sospecha que Duhalde

En el bunker del riojano acusaron el golpe del Congreso. Amenazan con impugnarlo. Su mayor problema no es el nuevo calendario, sino la sospecha de que Duhalde lo manipulará hasta que tenga candidato.

 Por Diego Schurman

Incrédulo, Daniel Hadad lanzó el desafío.
–Te apuesto una Cherokee a que Duhalde no se va en mayo.
José Pampuro lo tomó en sorna. Y le respondió con el casete. “Se va el 25 de mayo. Se va.” El secretario general de la Presidencia repitió ante los menemistas exactamente lo mismo que le aseguró al dueño de Canal 9. Pero tampoco le creyeron. Más aún: se mostraron convencidos de que mientras el Presidente no tenga un candidato bien posicionado no habrá ningún tipo de puja en las urnas, a no ser que la Justicia decida lo contrario.
El comando de campaña de Carlos Menem, luego de una prolongada reunión en el Hotel Presidente, plasmó la postura en un comunicado: “La política del gobierno nacional es borrar con el codo las mismas fechas electorales que escribió con las manos”.
En esa “política oficial” también encuadraron la interna del 19 de enero aprobada ayer en el congreso partidario de Obras Sanitarias. “Por un lado el aparato duhaldista fija el 19 de enero, pero simultáneamente el propio Presidente está propiciando en la Justicia la posibilidad de que se vuelva a alterar el cronograma electoral”, señaló a Página/12 Javier Mouriño.
Se refería a un inminente fallo de la Cámara Electoral que –revocando lo dispuesto por la jueza María Romilda Servini de Cubría– podría autorizar las internas abiertas y simultáneas para todos los partidos. Ese tribunal de alzada debe emitir su dictamen en base a la apelación que efectivamente presentó el Gobierno.
Sea como fuese, en las filas menemistas sintieron el impacto del acto duhaldista. Por eso pusieron esmero en desacreditarlo como fuera. Muy cerca de Eduardo Bauzá y Alberto Kohan apelaron a los cuestionamientos de legitimidad. En especial por la ausencia de “los tres que mejor miden en el PJ”, en alusión a Menem, Adolfo Rodríguez Saá y Carlos Reutemann. Se olvidaron de señalar que el trío no fue por voluntad propia y no por falta de invitación. De hecho, el ex presidente estuvo a un tris de concurrir, de acuerdo a lo que sus propios laderos informaron el fin de semana.
“Duhalde sabe que, hoy por hoy, en una interna nadie le gana a Menem y por eso embarra la cancha”, se quejó un menemista todo terreno, sobre una actitud que apunta a evitar las internas y, eventualmente, las generales del 30 de marzo.
En la Casa Rosada reconocen la carencia de candidato propio. No parece fácil aún convencer a Néstor Kirchner y José Manuel de la Sota para que compartan una fórmula. Ninguno de los dos se muestra dispuesto a ceder el primer lugar.
Sin embargo, según pudo saber Página/12, Duhalde volverá sobre el tema durante un encuentro reservado que hoy por la mañana mantendrá con todos los gobernadores que se hicieron presentes en Obras Sanitarias.
El mandatario no quiere que las dificultades para armar una boleta terminen desdibujando el frente antimenemista consolidado ayer. Insiste en que tiene de su lado un “dream team” (equipo de los sueños) en el que sólo resta definir qué puesto le corresponderá a cada uno.
La idea es también homogeneizar las posturas ante lo que imaginan una inminente avanzada menemista. Duhalde no duda en mostrarse abierto para negociar un nuevo cambio de fecha de las internas –obviamente siempre que sea para después del 19 de enero–, pero desecha toda posibilidad de dar marcha atrás con la elección simultánea de autoridades partidarias.
Esa es la carta de triunfo del Gobierno. El propio Duhalde piensa en promoverse como candidato a nuevo titular del PJ y así traccionar los votos que recibiría de su distrito, la populosa provincia de Buenos Aires, hacia el candidato a presidente de la Nación que más lo convenza.
No es por nada que Menem analizaba anoche la posibilidad de impugnar el congreso duhaldista. No tanto por la fecha establecida para la interna -que al fin y al cabo no está tan lejos del 15 de diciembre que pretendía– como por la decisión de desplazarlo de la jefatura del Consejo del PJ conuna elección. “El congreso puede intervenir el Consejo pero nunca modificar la fecha del vencimiento del mandato”, dijo un asesor legal carta orgánica en mano.
“Nos atendremos a la Justicia”, sentenció anoche Kohan, dando a entender por dónde transitará de ahora en más la puja partidaria. Casi al mismo tiempo, otro menemista de pura cepa señalaba el riesgo de que un fallo judicial termine habilitando a Duhalde para quedarse en la Rosada hasta el 2003. No sabía, sin embargo, de una jugada más arriesgada que ya pergeña el Presidente: dejar su despacho el 25 de mayo, que un senador se haga cargo de una nueva transición hasta diciembre, y volver a pelear por el sillón de Rivadavia a fin del 2003 (ver asimismo página 2). En ese caso habría una única certeza: Pampuro se ganaría una cuatro por cuatro.

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Julio Piumato y Jorge Rachid, dos operadores de Rodríguez Saá que se reunieron con los menemistas.
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