EL PAíS › EL OFICIALISMO BUSCA SACAR DICTAMEN DE COMISIóN

Primer test para la reforma política

 Por Miguel Jorquera

Las modificaciones no alcanzaron para sumar nuevas voluntades. De todas maneras, el kirchnerismo avanzará hoy en la firma del dictamen en el plenario de comisiones y llevará mañana la reforma política al recinto de la Cámara de Diputados junto a un puñado de aliados. El radicalismo –que anoche discutía su postura– y la Coalición Cívica votarían en contra, pero apoyarían en la votación en particular algunos de los cambios que el proyecto introduce al régimen electoral y al de los partidos políticos. El macrismo tampoco acompañará el proyecto, igual que el peronismo disidente, aunque podría sufrir algunas deserciones a la hora de votar. Los bloques de centroizquierda se opondrán a la ley.

Ayer por la tarde, diputados del kirchnerismo trabajaban contrarreloj en las negociaciones. El propio jefe de la bancada, Agustín Rossi, más Patricia Fadel y Jorge Landau intentaban alcanzar acuerdos que les permitieran sumar adhesiones. Las novedades no eran alentadoras. Sin embargo, el oficialismo confía en contar con las manos suficientes para aprobar hoy el dictamen de mayoría y mañana para darle media sanción.

Para ello deberá contar con la mayoría especial de la mitad de los miembros de la Cámara, 129 legisladores. No le sobraría mucho. Hasta ahora contaría con el respaldo de sus aliados más fieles: el Frente Cívico santiagueño, los radicales y socialistas K, los neuquinos del MPN, los bloques unipersonales filo-K. Tampoco descartan el apoyo de varios peronistas disidentes y de algunos desprendimientos de bloques de centroizquierda, como los ex aristas fueguinos.

Entre los cambios que se incorporarían al proyecto figuran el de bajar las exigencias de la cantidad de votos necesaria en las elecciones para conservar la personería electoral –reclamadas por los llamados partidos chicos–, que pasaría del tres al dos por ciento del padrón electoral. También disponer la publicación de los padrones en la web para mayor transparencia; establecer una fecha exacta para la realización de las internas abiertas, obligatorias y simultáneas, que sería el segundo domingo de agosto previo a las elecciones generales; se eliminaría la sanción con la pérdida de la licencia a los medios de comunicación que infrinjan la ley electoral. Y se establecería en la ley que todas las líneas internas que compitan en las primarias de un partido fueran parte de las juntas electorales que fijan las reglas de esa elección.

El oficialismo sólo estaba dispuesto a ceder algunas concesiones más, aunque ya a cambio del apoyo al proyecto. Todavía estaban en danza el avance sobre algunos controles partidarios sobre la organización del escrutinio de cada elección, además de restricciones para la publicidad oficial. Pero mantendría la implementación de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias y del nuevo sistema de financiamiento y publicidad audiovisual de los partidos, cuyo reparto “para garantizar la igualdad de posibilidades” quedaría en manos del Estado.

El radicalismo pidió el borrador del dictamen que se pondría a debate hoy, a partir de las 15, en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, para definir su posición en la reunión de bloque, que continuaba ayer a altas horas de la noche. Pero desde el oficialismo le agradecieron su curiosidad por los cambios, aunque también le cuestionaron su “falta de predisposición para acompañar un proyecto que en líneas generales no cuestionan”.

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