EL PAíS › FEDERICO FAGGIONATO MARQUEZ FUE DESTITUIDO POR UNANIMIDAD POR EL JURADO DE ENJUICIAMIENTO

Mala cosecha para un magistrado

El tribunal lo encontró culpable de cuatro cargos. Señaló que fue “parcial” y “arbitrario” en numerosas causas y que se quedaba con investigaciones que lo involucraban a él mismo, a menudo en connivencia con un grupo de policías supuestamente corruptos.

 Por Irina Hauser

Federico Faggionato Márquez fue destituido ayer por una decisión unánime del jurado de enjuiciamiento que lo encontró culpable de “mal desempeño”. La sentencia fue leída en una sala repleta de público, pero con Faggionato ausente. El tribunal, a través de cuatro cargos, lo acusó de haber sido “parcial” y “arbitrario” en numerosas causas que manejaba su juzgado. Y mostró que tenía un curioso patrón de comportamiento, que consistía en hacer acrobacias procesales para quedarse con las investigaciones que lo involucraban a él mismo y –a menudo– en connivencia con un grupo de policías corruptos.

La decisión de echar a Faggionato, dijo el jury, es “en resguardo de la administración de justicia” y de “la efectiva vigencia de la Constitución”. Quizá la más insólita de las acusaciones es la que responsabiliza al (ahora) ex juez de Zárate-Campana del desvío de una cosecha de soja en connivencia con policías bonaerenses. Ese hecho, señaló el jurado, fue el punto de partida de otra cadena de irregularidades, como haberse quedado al frente de la causa donde él mismo estaba sospechado de haberse apropiado del fruto de la plantación. La resolución señala otros tres casos donde hizo todo lo posible por apropiarse de investigaciones que lo implicaban, hasta en casos de extorsión y cohecho.

Un secretario del jurado leyó las conclusiones donde se repetían frases que le achacaban “falta de imparcialidad”, “desapego a los procedimientos legales” y “omisión del deber de excusarse”. La forma técnica, más pomposa, de decir que el ex juez actuó en provecho de sus intereses y los de sus amigos policías, incluso a través de maniobras en las que no se descarta (la Justicia dirá) algún delito. Uno de los tramos finales afirma que “aprovechándose de su jurisdicción e investidura ejerció una serie de arbitrarios actos (...) evidenciando el espurio fin de retener, desnaturalizar o desviar el curso de aquellos procesos que de alguna forma lo relacionaban con los policías de su entorno”.

Aunque en algún momento estuvo en duda el voto del abogado Daniel Medah, al final, la destitución fue apoyada por todo el jurado, también integrado por los jueces Juan Facundo Giúdice Bravo –que lo presidió– y Jorge Luis Villada, los senadores Marina Riofrío (FpV-San Juan) y Juan Marino (UCR-La Pampa) y los diputados Juan Irrazábal (FpV-Misiones) y Rubén Lanceta (UCR-Buenos Aires).

Uno de los jurados llegó una hora tarde por culpa –dijeron– de un accidente de tránsito. En la sala había unas cien personas, entre gente del Consejo de la Magistratura, abogados curiosos y periodistas. Detrás del jury, un crucifijo y una larga cortina americana. El abogado defensor, Marcelo Brito, escuchó el veredicto en soledad. Del lado opuesto estaban el senador Ernesto Sanz (UCR) y el camarista Luis Cabral, como fiscales del juicio. Sólo uno de los cargos que habían promovido fue rechazado por falta de pruebas.

Los radicales celebraron la destitución casi como un logro propio, con abrazos y palmadas. “A los buenos jueces, que los hay, les decimos que se puede trabajar. Y a los malos jueces, que pongan las barbas en remojo, porque la Justicia tarda en llegar, pero llega”, advirtió Sanz, exultante. El diputado Lanceta, aseguró que el jury –del cual participó– fue “independiente” y “quedó muy claro que se sacó a un mal juez”. Cabral, el primer juez que actúa como acusador de otro magistrado, dijo con cara de satisfacción por el resultado, que Faggionato Márquez “desprestigiaba al Poder Judicial”.

En concreto, el jurado dijo que hay cuatro cargos probados:

- Que Faggionato Márquez había puesto a dos policías de la Dirección de Investigaciones Complejas y Narcocriminalidad para custodiar un campo de soja del Consejo Nacional de la Niñez, como si fueran “una dependencia especializada en asuntos agrarios”. Señalado por el desvío de la cosecha, el propio Fa-ggionato intentó quedarse con la investigación que lo implicaba durante tres años, se negó a entregar fotocopias para la auditoría policial y hasta les extendió un certificado a los policías que decía que no estaban imputados. No era cierto, hasta fueron exonerados.

- En una causa sobre falsos testimonios durante un sumario administrativo de la Policía Bonaerense, el ex juez insistió en sostener su competencia, pese a que –por ejemplo– las declaraciones habían ocurrido en La Plata.

- No se excusó en la investigación de la muerte de un detenido en la que él mismo quedó complicado, ya que era el juez que estaba a su cargo y no había efectivizado el arresto domiciliario ordenado por la Cámara.

- Tampoco se apartó en una causa en la que aparecía sospechado y denunciado por dos detenidos en una supuesta maniobra extorsiva y/o de cohecho en combinación con abogados.

El senador Sanz fue quien, desde el Consejo de la Magistratura, estuvo a cargo de la pesquisa sobre la conducta de Faggionato en la mayoría de las denuncias que se fueron acumulando en su contra –cerca de treinta– desde 2005. “En muchos momentos desde algunos lugares del poder se lo protegió, luego se lo dejó de proteger”, regañó el radical. Aludía a un intento del kirchnerismo en octubre del año pasado para frenar el juicio político. Sanz había presentado un dictamen que impulsaba la destitución; la diputada Diana Conti (Frente para la Victoria) elaboró otro que proponía una sanción disciplinaria. En una reunión de Comisión de Acusación, sus integrantes votaron y quedaron tres (kirchneristas) a tres (Sanz, un abogado y el consejero académico). Conti –titular de ese cuerpo– votó doble para desempatar y salió ganando. Una semana después, el escenario se dio vuelta en el plenario: el kirchnerismo faltó y siete de los ocho consejeros restantes votaron por mandarlo a juicio.

La realidad es que el derrotero de los expedientes en el Consejo contra Faggionato nunca fue lineal. Antes de la llegada de Sanz al organismo, estuvieron dos años en el despacho del radical Federico Storani. “En 2006 estaba todo dado para pedir la destitución. Hasta había ánimo del oficialismo para hacerlo”, recordó en diálogo con Página/12 el ex consejero Beinusz Szmukler, quien ahora dirige el Observatorio de la Justicia Argentina. “Pero siempre había alguna mano que frenaba todo”, ironizó. Faggionato había sido nombrado juez en 2001, durante el gobierno de Fernando De la Rúa, impulsado por el radicalismo. Le dieron un juzgado poderoso, con jurisdicción sobre la aduana y el puerto. Tuvo desde la causa sobre la quema de pastizales hasta una sobre escuchas clandestinas de la SIDE.

El año pasado, Sanz puso el pie en el acelerador después de que Faggionato llamó a una fallida indagatoria a De Narváez por la efedrina. El oficialismo le soltó la mano “porque ya era indefendible” –señalaban– y por un impedimento concreto, en sus propias filas, para frenar la acusación: Carlos Kunkel nunca estuvo dispuesto a defenderlo. Incluso denunció al ex juez por el escándalo en un allanamiento en San Miguel, que ya le valió un llamado a indagatoria. Conti le dijo a este diario que “evidentemente se han agregado pruebas que convencieron al jurado de la destitución y eso me parece respetable; hay que tener en cuenta que desde que se lo suspendió cambiaron las circunstancias, porque la propia Justicia avanzó en investigarlo”. Faggionato Márquez es el tercer juez removido desde la reforma K del Consejo, en 2006.

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Fue acusado por el desvío de una cosecha de soja y por haberse apropiado del fruto de la plantación.
Imagen: Rolando Andrade
 
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