EL PAíS › EL ASESINATO DE SILVIA SUPPO

Confesiones dobles

 Por Juan Carlos Tizziani

Desde Santa Fe

Los dos detenidos por el asesinato de Silvia Suppo, testigo en los juicios contra represores en Santa Fe, confesaron ayer ante la Justicia. Los relatos indican que se trató de un crimen común y no de un encargo, como se pensó. Sosita –como medio Rafaela conoce a Rodrigo Sosa– un muchacho de 19 años que se ganaba la vida lavando autos, y su primo, Rodolfo Cóceres, de 22, dijeron ante el juez de Instrucción Nº 2, Alejandro Mognaschi, que ingresaron al negocio de artesanías y cueros de Silvia, en Sargento Cabral al 200, para robarle, pero que después la mataron para que no los reconociera.

Sosita dijo que sabía quién era Silvia porque cada tanto solía lavarle el automóvil, pero negó haber actuado por encargo de un tercero. Una confesión que refuerza la presunción del robo que termina en homicidio y relega a un segundo plano la teoría del sicario. “Fue otro gran avance en la causa”, dijo el fiscal Rodolfo Zender, quien sin embargo no descartó ninguna hipótesis. “No las descarto porque se trata de un hecho repulsivo y es necesario que no quede ninguna duda y ningún cabo suelto. Vamos a hacer todo lo posible para llegar a la verdad histórica, cualquiera sea”, precisó en un diálogo con Rosario/12.

Ayer, el juez Mognaschi se hizo cargo de la investigación, interrumpió su descanso de Semana Santa y regresó a su despacho de Tribunales, donde recibió el sumario policial y le tomó declaración indagatoria a Sosita y al primo. Los dos ya habían sido interrogados en la comisaría 1ª de Rafaela, donde Sosita se abstuvo de declarar, pero su pariente admitió la autoría del crimen y lo involucró. Ayer, hablaron los dos durante cuatro horas, entre las 8 de la mañana y las 12, asistidos por la defensora pública, Magdalena Santa Cruz.

“No quiero que quede ningún cabo suelto y ninguna duda, sobre todo en los damnificados. Quiero transmitir tranquilidad a los familiares de la víctima que vamos a hacer todo lo posible en la Fiscalía y no me cabe duda que también en el Juzgado para llegar a la verdad histórica, cualquiera sea”, dijo Zender. “Vamos a agotar todas las hipótesis porque si nosotros estamos convencidos, los familiares también podrán decir que se trabajó bien, que hicimos todo lo posible para esclarecer este caso. Por eso es conveniente no apresurarse si al final del camino logramos llegar a la verdad histórica”. Mañana, los hijos de Silvia, Marina y Andrés Destefani, se presentarán como querellantes. Hasta ahora, los hermanos Destéfani no han tenido acceso al expediente que exhibe puntos oscuros y contradicciones.

Por ejemplo, el primo de Sosita dijo que apuñalaron a Silvia en la parte de adelante del negocio y la llevaron al fondo, detrás de un mostrador de madera, donde no se puede ver desde afuera del local. Entre el punto del ataque y el lugar donde una clienta ocasional encontró a Silvia bañada en sangre hay por lo menos ocho metros de distancia. ¿Cómo hicieron para trasladar a la mujer sin que quedara una gota de sangre en el trayecto? también según el primo de Sosita, Silvia Suppo ofreció resistencia al robo y la mataron. El libreto policial repitió la supuesta confesión. “Se resistió y por eso la mataron”, fue su cantinela mediática. Falso. La autopsia revela que Silvia no se resistió, a pesar de que sus agresores la rodearon y la apuñalaron por el pecho y la espalda. “No tiene heridas defensivas y cortantes en las manos y en los brazos”, le informó a la familia Destefani la perito de parte Dolores Perassolo, que participó en la autopsia.

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