EL PAíS › EL GOBIERNO RECHAZó UNA DENUNCIA SOBRE COIMAS PARA HACER NEGOCIOS CON VENEZUELA

Cruces por los dichos de un ex embajador

Empresarios involucrados negaron haber recibido pedidos de soborno para participar de negocios en Caracas. El Gobierno dice que la acusación se refiere a un fideicomiso que no existió. El juez analiza citar a las personas mencionadas por el diplomático.

 Por Raúl Kollmann

Las respuestas a la denuncia del ex embajador de Argentina en Venezuela Eduardo Sadous, quien afirmó que empresarios argentinos le dijeron que les pidieron coimas para hacer negocios en Caracas, recorrieron ayer distintos andariveles. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sostuvo que cualquier denuncia de corrupción debe ser investigada. Por otro lado, tres hombres de negocios señalados por Sadous negaron que el intento de soborno hubiera existido. Uno señaló que ni siquiera conoce a Sadous. Los abogados del Gobierno que siguen el expediente aseguran que Sadous se refiere a maniobras con un fideicomiso que nunca existió porque los venezolanos argumentaron que el dinero para las compras proveniente de las ventas de combustibles era de ellos y que no tenían por qué compartir con la Argentina un fideicomiso con esos fondos.

Sadous, que fue secretario de Domingo Cavallo cuando el economista fue canciller de Carlos Menem, declaró el martes ante el juez Julián Ercolini y el fiscal Gerardo Policita en una causa que se inició con una denuncia de la Coalición Cívica por asociación ilícita contra Néstor Kirchner, Julio De Vido, Claudio Uberti y Ricardo Jaime. En el expediente se incluyó una serie de cables de la Cancillería, emitidos desde Venezuela por Sadous, en los que se alertaba sobre la desaparición de un fideicomiso de 90 millones de dólares constituido a partir de una compra argentina de fuel oil. Llamado a declarar, el ex embajador admitió que el dinero que no aparecía no era de la Argentina, sino de Venezuela, y que su reclamo era porque se estaban demorando pagos a proveedores argentinos.

En un principio, la idea era que con los fondos de la compra de combustibles realizada por la Argentina se constituiría un fideicomiso manejado por los dos países y destinado a que los venezolanos adquirieran productos argentinos. Pero el fideicomiso nunca se constituyó porque el gobierno de Venezuela argumentó que el dinero era de Pdvsa y que no tenía por qué ser administrado en forma conjunta por los dos países. Sadous insistió a través de cables internos de la Cancillería en que el dinero para pagarles a los proveedores argentinos no estaba y que los pagos se estaban demorando. El gobierno venezolano le hizo saber al argentino su disconformidad con Sadous por dos razones:

- La primera –y más importante– es que se reunía con referentes de la oposición venezolana. Señalaban a Sadous como vocero de las posturas norteamericanas.

- La segunda es que Sadous reclamaba por un fondo que provenía de la venta venezolana de combustibles y que, por lo tanto, sólo era de competencia de Venezuela. El embajador –según el argumento de Caracas– no tenía por qué meterse en cómo se manejaba ese dinero.

Hay algo que llama la atención: que Pdvsa pidiera que el pago se hiciera en Nueva York. Los venezolanos argumentaron que eso agilizaba sus compras, por cuanto el dinero se utilizaría para transacciones internacionales. Otros sostienen que se buscó cambiar los dólares en el mercado paralelo, que existe en Venezuela, logrando alguna diferencia de cambio. Pero en cualquier caso se trata de una cuestión de la órbita venezolana.

Sobre la base de los reclamos de Caracas, Sadous fue desplazado de su cargo en 2005, algo que lo enfrentó con el gobierno de Néstor Kirchner. Los abogados del Ejecutivo argumentan que eso tiñe su declaración, al punto de que mencionó supuestas coimas pedidas hace unos cinco años. Del lado de Sadous se dice que nunca tuvo pruebas, sólo comentarios y por ello no hizo la denuncia en su momento.

Los dichos de Sadous no serán fáciles de probar. En primer lugar, los empresarios que mencionó desmintieron que se les haya pedido una coima (ver aparte). Eso incluye a Eduardo Cabana, que no concretó ninguna operación y que, por lo tanto, no incurriría en cohecho activo si admitiera que recibió el pedido. Los funcionarios del Gobierno señalarán que no tenían poder de decisión sobre las compras venezolanas y que, por ello, no tiene sentido que hayan querido cobrar coimas.

El ministro de Planificación, Julio De Vido, sostuvo ayer que la declaración de Sadous “es injuriosa, calumniosa y falta de pruebas. Las compras a empresas argentinas las hizo el Estado venezolano sin que este ministerio tuviera ninguna injerencia”. Por su parte, el canciller Jorge Taiana señaló que “a lo largo de todos estos años no hay registro ni constancia ni actuación alguna en la que el embajador Sadous haya manifestado alguna afectación a empresas argentinas. En el año 2005, el embajador señaló un atraso en los pagos, sobre todo al Invap, pero eso se solucionó en breve término. Esa preocupación de Sadous motivó los cables que ahora están incluidos en el expediente del doctor Ercolini. Seguiremos colaborando con él”. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, manifestó que “cualquier denuncia específica, hay que investigarla. Esperemos a ver cómo avanza el expediente”. Según fuentes judiciales, Ercolini está estudiando la citación de los empresarios y funcionarios mencionados por Sadous.

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Eduardo Sadous fue desplazado de su cargo en 2005 por quejas del gobierno venezolano.
 
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