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El ex jefe de Gabinete de Eduardo Duhalde, Alfredo Atanasof, milita ahora en las filas de Francisco de Narváez y aprueba los tiempos políticos que su nuevo jefe político le impone a su tropa. Sostiene que “todavía es temprano” para definir si el empresario será candidato a presidente o a gobernador bonaerense, aunque pone más condiciones que suspenso a la hora de hablar sobre si De Narváez dará batalla por alguna de esas candidaturas en la interna del PJ. Como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja, Atanasof avaló el encuentro de los diputados opositores con los embajadores de los países de la Unión Europea (UE), donde compartieron el cuestionamiento al “intento del Gobierno de cerrar la frontera” a los alimentos de la UE “con quienes vamos a sellar un tratado de libre comercio, creando el acuerdo birregional más importante del planeta”.

–La Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados avaló el ingreso de Argentina a la Unasur, pero evitó cualquier respaldo a la designación de Néstor Kirchner como secretario general del organismo regional. ¿Por qué?

–Haber aprobado el ingreso al tratado de la Unasur, que une a la Comunidad de Naciones Andinas y al Mercosur, es una decisión correcta en política internacional para la región. Así lo entendieron por unanimidad los diputados de todas las bancadas. Sobre la designación de Kirchner, había expresiones encontradas que no se pudieron consensuar. Pero con muy buen criterio, se decidió retirar ambas posturas, ya que cualquier pronunciamiento a favor o en contra de la Cámara de Diputados no tiene ningún efecto vinculante con la decisión que tomaron doce presidentes de la Unasur.

–¿Cómo evalúa que diputados opositores se reunieran con los embajadores de la UE en el Congreso y hasta se plegaran a sus quejas sobre una decisión económica que podría tomar el gobierno nacional y que podría afectar los intereses de esos países?

–Fue un encuentro programado con antelación, que tenía como objetivo debatir el acuerdo entre la UE y el Mercosur y para el lanzamiento de un tratado de libre comercio, que se discutirá el 18 de este mes en Madrid y que constituirá el bloque birregional más importante del mundo.

–Pero el tema de las posibles restricciones al ingreso de alimentos importados fue uno de los ejes del encuentro.

–La decisión que adoptaría el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, de cerrar las fronteras para alimentos de otros países se metió en el medio. Hubo coincidencias entre los embajadores y los diputados argentinos en que, de confirmarse esa decisión, no sería el camino correcto ni el más eficiente en momentos que se avanza en profundizar un acuerdo birregional como éste. Pero también se debatió el Tratado de Lisboa, donde la UE reconoce los territorios de ultramar de sus integrantes.

–Un tema que involucra a Malvinas. ¿Que les dijeron a los embajadores?

–Que colaboraran para acercar posiciones para que el Reino Unido y la Argentina avancen en las negociaciones bilaterales y en los organismos internacionales para dar una solución pacífica y definitiva sobre Malvinas. Lógicamente, le hemos señalado la reivindicación de nuestro derecho soberano sobre esas tierras.

–Usted es ahora un referente político de De Narváez. ¿Abandonó definitivamente el duhaldismo?

–Mi referencia política es con De Narváez.

–¿Habló con ustedes si va a ser candidato a presidente o a gobernador?

–De Narváez ha dicho claramente que su base política y territorial es la provincia de Buenos Aires, como correlato de haber derrotado allí a Néstor Kirchner con el voto peronista. Sabe que no existe éxito para la provincia si no cambia la situación nacional, por eso se dio la tarea de recorrer el país. Pero también ha dicho que no es el momento para tomar una determinación, falta mucho para las elecciones.

–Pero ahora, para atribuirse el voto peronista, tendrá que disputar la interna del PJ. ¿De Narváez va a dar pelea en la interna o irá por afuera?

–Está claro que el PJ está en crisis por la conducción de Kirchner y necesita un fuerte debate interno. Pero todavía falta reglamentar la ley de internas abiertas, simultáneas y obligatorias. Si no hay certezas y reglas claras para que todos puedan participar en igualdad de condiciones y con garantías para que eso se cumpla, va a ser difícil.