EL PAíS › GRITOS Y CHICANAS EN LA REUNIóN DE LOS LEGISLADORES QUE DEBEN INVESTIGAR A MACRI

Una comisión que no tiene paz

Los cinco legisladores macristas cuestionaron la elección de las autoridades de la comisión investigadora y se retiraron cuando no les aprobaron un artículo del reglamento. La próxima reunión será el martes.

 Por Werner Pertot

La comisión investigadora especial sobre las escuchas ilegales (CIE) aprobó su reglamento y avanzará la semana próxima con la lista de testigos. Lo que podría haber sido una sesión entre tranquila y tediosa se convirtió en un concierto de gritos y chicanas. Una vez más, el show estuvo a cargo de los cinco legisladores macristas, quienes cuestionaron la legitimidad de las autoridades de la CIE, sostuvieron que nunca se eligió a la secretaria y amenazaron con pedir la nulidad de todo lo actuado. Tras tres horas de escenas, se retiraron teatralmente cuando no les aprobaron uno de los artículos del reglamento. Eso sí, luego volvieron para hablar delante de las cámaras de televisión.

La sesión comenzó con un compás de espera que reclamó el PRO para poder llegar a un consenso sobre el reglamento: fueron varios cuartos intermedios que llevaron dos horas. Luego, los macristas votaron en contra de buena parte de los artículos. Sin embargo, los cinco defensores de Macri llegaron con un plan mediático: aseguraron que no figuraba en la versión taquigráfica la aprobación de Gabriela Cerruti como secretaria de la CIE. “O bien votamos al secretario o lo suprimimos. A nuestro entender, las autoridades de la comisión carecen de legitimidad”, comenzó la discusión Martín Borrelli, quien volvió sobre el argumento de que no se podía asentir, sino que se tenía que votar a las autoridades. “Las proclamaciones son propias de las monarquías: Napoleón Bonaparte se proclamó emperador”, le apuntó al presidente de la CIE, Martín Hourest.

“Les quiero leer la versión taquigráfica de la comisión de Cromañón en 2005, donde la presidenta, diputada (Fernanda) Ferrero, propuso a Borrelli como secretario”, contraatacó el socialista Julián D’Angelo, quien leyó: “Si no hay otra propuesta, designaremos a Borelli como secretario. Si hay asentimiento, queda designado”. Así se proclamó a Borrelli.

El jefe del bloque PRO, Cristian Ritondo, volvió a insistir con que a Cerruti nunca se la llegó a votar y el macrista Martín Ocampo alertó sobre que “se puede dar un caso de usurpación o funcionaria de facto”. “Me da pena que el bloque PRO trate por todos los mecanismos de embarrar la cancha –indicó Fabio Basteiro, de Proyecto Sur–. La derecha argentina dio muestras sobradas de prácticas anticonstitucionales...”

–¡Leé la versión taquigráfica! –gritó Borrelli mientras sacudía papeles.

–El señor ‘Bonaparte’ Borrelli nos tiene acostumbrados a sus mecanismos autoritarios –respondió Basteiro.

“Llevamos muchos días demorados por una persistente actitud de boicotear la comisión”, advirtió el ibarrista Eduardo Epszteyn, quien pidió una moción de orden para que se pasara a discutir el reglamento. El macrista Fernando de Andreis interpretó que “sin reglamento, no corre la moción”, y todos los legisladores del PRO gritaron a la vez durante unos cuantos minutos. Hourest los llamó al orden interminables veces y, tras un buen rato de esquivar la votación, el PRO volvió a perder. De todas maneras, analizan llevar la “ilegitimidad” de la asunción de Cerruti a la Junta de Interpretación y Reglamento, que preside el macrista Alejandro García.

La interminable discusión del reglamento de la CIE tuvo varios puntos álgidos. En general, el PRO no estuvo de acuerdo con nada. Para empezar, reclamaron que el presidente de la CIE no tuviera voto doble para desempatar. “Sería demasiado. Ya nosotros tenemos una situación de desmejora. Que vote doble el vicepresidente, así equiparan lo que nos birlaron en el recinto”, propuso Ocampo, a la sazón el vice de la CIE. “Esta fórmula está en todos los reglamentos de esta casa y propongo sostenerla”, replicó Fernando Sánchez, de la Coalición Cívica. Los opositores ganaron por diez votos contra cinco.

Los macristas también propusieron que alguna de las reuniones pueda ser declarada secreta. “Como característica general deben ser públicas, pero en algún caso debemos poder darle garantías a un testigo por su derecho a la privacidad”, indicó Ritondo. La única oposición provino del legislador del MST, Marcelo Parrilli, quien pidió que todo fuera público. Finalmente, se aprobó que se podrán declarar reservadas algunas sesiones con el voto de la mayoría absoluta de la CIE (esto es, nueve legisladores). También podrán decidir que alguna declaración sea por escrito, como sucedería si le piden su testimonio a Jorge “Fino” Palacios o Ciro James.

La última discusión ocurrió cuando Ocampo propuso que se usara el Código Procesal Penal en forma supletoria cuando el reglamento no contemple una situación. Parrilli advirtió que, con esa herramienta, podrían intentar recusar a los opositores por prejuzgamiento, por lo que el PRO nuevamente perdió la votación. “Me equivoqué cuando dije que ésta era una comisión lijadora: es amoladora”, sostuvo Ritondo. “Nos vamos a retirar”, anunció el legislador de Mataderos y salieron de escena los cinco macristas. Los opositores terminaron de votar rápidamente y fijaron una reunión para el martes a las 10. Apenas terminó la sesión, los macristas volvieron a entrar al salón. ¿La razón? Las cámaras estaban del lado de adentro.

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La sesión se demoró con varios cuartos intermedios que reclamaron los legisladores macristas.
Imagen: Télam
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