EL PAíS › EL RADICALISMO EMPLAZó AL SOCIALISMO PARA LLEGAR A UN ACUERDO, PERO EL PS ESTá ESPANTADO CON DE NARVáEZ

La UCR, con pocas armas para seducir a Binner

El senador Gerardo Morales dijo que le dieron unos días a los socialistas para que se sumen con miras a trabajar en la fórmula presidencial. El jefe del PS santafesino, Miguel Lifschitz, advirtió que “el PRO y el Peronismo Federal no entran en su esquema”.

 Por Sebastian Abrevaya

“Nosotros cumplimos, designamos tres representantes para armar una mesa institucional y esperamos que ellos se sumen. Quedaron en respondernos en los próximos días. Si no, seguimos armando por nuestra cuenta, y si se quieren sumar después, que se sumen.” El ultimátum proviene del jefe de la bancada de senadores, Gerardo Morales, quien el martes se reunió junto al presidente del partido, Angel Rozas, con una comitiva que representaba al gobernador socialista, Hermes Binner. El fracaso de esa conversación ya tuvo una consecuencia política contundente. Desde el socialismo santafesino mandaron una señal al socialismo porteño para que acuerde con Proyecto Sur y el GEN, lo que dejó solo a los radicales. Sin dejar dudas, el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, le dijo a Página/12 que si las negociaciones entre la UCR con De Narváez derivan en un pacto electoral, “no hay chances de ir juntos en las presidenciales. El socialismo es un partido de centroizquierda y nuestro esquema de construcción política está vinculado a las fuerzas progresistas. Ni el PRO ni el Peronismo Federal encajan en ese esquema”.

A pesar de que en el círculo más íntimo de Ricardo Alfonsín insisten en que se va a concretar la alianza con el partido de Binner, la relación entre la UCR y el socialismo está en su peor momento. Las negociaciones del radicalismo con el diputado del peronismo disidente Francisco de Narváez y los obstáculos del socialismo producto de la interna santafesina dejaron al borde de la disolución al todavía no constituido Frente Progresista, que también involucra al GEN de Margarita Stolbizer.

Hacia el seno del alfonsinismo se produce una interna entre los que plantean romper ya con los socialistas y consolidar un acuerdo con De Narváez en la provincia de Buenos Aires y los que priorizan acordar primero con los socialistas y ver si posteriormente se puede sumar o no una colectora del Colorado. “Acá el que conduce es Alfonsín y él quiere un acuerdo con el socialismo y lo va a hacer. Todo lo demás es secundario”, sentencia uno de los hombres más cercanos al candidato presidencial, en un intento de frenar los rumores de ruptura. “No está definido que vayamos sí o sí juntos”, sostiene en cambio el titular del Comité Nacional, Angel Rozas.

Mientras tanto, las conversaciones con el espacio de De Narváez siguen avanzando, a pesar de la resistencia pública de Stolbizer y el PS. Incluso, la situación amenaza con generar un conflicto interno en el radicalismo. “Estamos recogiendo un gran descontento en la militancia y nosotros no vamos a acompañar un acuerdo que desnaturaliza la identidad del radicalismo”, aseguró ayer el miembro de la ex Coordinadora Nacional Federico Storani, dirigente opositor al alfonsinismo. Sectores de la UCR bonaerense analizan incluso anunciar en los próximos días su apoyo a una candidatura presidencial de Binner si es que el alfosinismo acuerda con el Colorado y el gobernador santafesino finalmente se decide a liderar una alternativa de centroizquierda.

Stolbizer, por su parte, alienta a Binner a que se lance como candidato presidencial, y ante el avance de las negociaciones radicales con el PJ disidente comenzó a analizar otras alternativas, como un eventual acercamiento a la Coalición Cívica de Elisa Carrió.

En el encuentro del martes que se produjo en Rosario, Rozas y Morales se fueron con las manos casi vacías. Apenas consiguieron un compromiso de los socialistas para presentar un programa de gobierno conjunto el 31 de mayo. En verdad, lo que los radicales fueron a plantear fue la necesidad de apurar los tiempos y generar un hecho político que consolide la alianza. “No podemos tomar ninguna definición antes del 22 de mayo”, les replicó el senador Juan Carlos Zabalza, mano derecha de Binner. Estaba acompañado por el apoderado del socialismo, Raúl Lamberto, y por la diputada Alicia Ciciliani.

El 22 de mayo se elige en primarias abiertas el candidato a gobernador de Santa Fe, donde compiten el delfín de Binner, Antonio Bonfatti; el senador y presidente del PS, Rubén Giustiniani, y el radical Mario Barletta. Cuando arrancó la campaña, Giustiniani aventajaba a Bonfatti por varios puntos, pero en las últimas semanas la brecha se acortó, aumentando la incertidumbre respecto del futuro político del gobernador.

Hasta que no se defina si Bonfatti gana o no la interna, Binner aseguró que no puede tomar ninguna decisión respecto de su futuro nacional. Y en caso de perder, ayer ratificó que declinaría una candidatura a nivel nacional. “Pero claro, quedaría con una moneda muy devaluada”, sostuvo en declaraciones radiales.

Al participar de una exposición junto al cordobés Luis Juez, Binner consideró que es “un tiempo de cambio” y que “hay muchos nombres que de un día para el otro se están borrando en el escenario político argentino y hay que esperar. Estos cambios se están dando porque cambia el escenario”. El temor del radicalismo es que en caso de que Bonfatti resulte vencedor, Binner aspire a liderar él un Frente Progresista que incluya a Fernando “Pino” Solanas, Juez, Stolbizer y que finalmente los deje afuera.

Córdoba es otro escenario de conflicto entre el PS y la UCR. Allí el candidato radical Oscar Aguad tiene la peor de las relaciones con Juez. Está descartado que ambos compartan un frente común a nivel local. Aguad, incluso, se mostró con Mauricio Macri en días pasados y amaga con sumar al peronista disidente Eduardo Mondino como eventual compañero de fórmula.

A estas disputas en dos de los distritos más grandes del país se le sumó ayer la ruptura en la Capital Federal, en el cierre de presentación de alianzas. En este distrito, Proyecto Sur consiguió dejar de lado a los radicales y terminó asociándose con el GEN y el socialismo. Según relataron desde la UCR y el PS, hubo mensajes del socialismo santafesino para que el partido avance en ese sentido, lo que continuó limando el vínculo entre ambos partidos. Esta decisión cayó pésimo en las filas de la UCR nacional, aunque intentaron disimularlo.

“De nada sirve ir hacia un rejunte de partidos para sumar votos y llegar a una segunda vuelta con el kirchnerismo si la oferta no es creíble por falta de coincidencias programáticas”, advirtió Lifschitz, la máxima autoridad del socialismo en Santa Fe, y abundó en que “la verdad, el escenario de acuerdo hoy con el radicalismo a nivel nacional, por cómo ellos están avanzando con su marco de alianzas, lo veo muy complejo”.

Los próximos días serán decisivos para el futuro de la UCR y el socialismo. Y a medida que pasa el tiempo, la relación se deteriora cada vez más.

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