La existencia del Destacamento 101 de Inteligencia de La Plata y la importancia de su desempeño en los secuestros ilegales, la desaparición de personas y la sustracción de bebés durante la última dictadura, así como el último testimonio ofrecido a la Justicia por Jorge Julio López en 2006, desaparecido desde entonces, fueron los temas principales de la segunda audiencia del juicio que se les sigue en La Plata a 26 represores que actuaron en cinco centros clandestinos de detención del denominado Circuito Camps. La narración de López sirvió para condenar al ex jefe de policía durante el golpe de 1976, Miguel Etchecolatz, quien en esta ocasión vuelve a sentarse en el banquillo de los acusados. Ambas informaciones figuran en la elevación a juicio, que el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata comenzó a leer el lunes y que continuó ayer.

Según la acusación, el destacamento de inteligencia platense que dirigía Alejandro Arias Duval “prestó un apoyo imprescindible en la implementación y desarrollo de la represión clandestina”. A Arias Duval se le imputa la participación en la privación ilegal de la libertad de más de 80 personas y en la sustracción, retención y ocultamiento de cuatro menores de 10 años.

“Los organismos dedicados a recolectar, almacenar, administrar y entregar la información desempeñaban un rol esencial en el impulso de los mecanismos de funcionamiento del aparato organizado de poder”, precisa la elevación a juicio y destaca que “los titulares de las dependencias militares de inteligencia no sólo estaban al tanto del plan de represión ilegal que se cernía sobre esta región y el resto del país, sino que el área que dirigían era un eje fundamental en la estructura criminal organizada”.

El Tribunal también leyó el testimonio de López en el proceso por los hechos cometidos en la comisaría quinta de La Plata y por los que Etchecolatz fue condenado. López reconoció haber estado allí y al ex director de investigaciones de la policía como uno de los hombres que lo torturaron. También declaró que mientras estuvo detenido en el destacamento de Arana pudo ver cómo Etchecolatz “ajustició” a un detenido.