EL PAíS › EL PJ DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES MOVILIZO SUS BASES

Cancha llena para Kirchner en River

Con la presencia de Chiche Duhalde, la más ovacionada, el candidato presidencial Néstor Kirchner arengó ayer a una multitud reunida en el estadio de River Plate. Su vice Daniel Scioli, la plana mayor del duhaldismo y seis gobernadores estuvieron en el palco.

 Por Fernando Cibeira

“En la Argentina hay que elegir un presidente no sólo por lo que es capaz de hacer, sino también por lo que es capaz de no hacer. Acá hay que hacer un nuevo contrato moral”, sostuvo ayer el candidato presidencial Néstor Kirchner ante una multitud en el estadio de River, en lo que se convirtió el primer gran acto de una campaña electoral que hasta ahora se caracterizó por lo desanimada. En su discurso, de fuerte tono ético pronunciado al borde de la afonía en una noche fresca, el santacruceño colocó siempre como punto de referencia al ex presidente Carlos Menem. “Dicen que en los discursos no menciono a Perón y Evita: estoy cansado de los discursos en los que se habla de Perón y Evita y luego, cuando se llega al Gobierno, se olvidan de sus principios”, agregó. Además de convocar a una importante cantidad de gente –los organizadores hablaban de 50 mil personas– en un marco siempre complicado como es River, Kirchner exhibió el apoyo del Gobierno y de seis gobernadores del PJ.
Al candidato le tocó el cierre del acto en el que también hablaron el gobernador jujeño Eduardo Fellner –en representación del interior del país–, el bonaerense Felipe Solá –en nombre de la provincia, el distrito que le puso el cuerpo al acto– y el candidato a vicepresidente, Daniel Scioli. “No pueden volver los que quebraron la Argentina, los que la llenaron de corrupción. Todos saben quiénes son”, pidió Kirchner.
El acto se convirtió casi en una prueba de resistencia. Es que hubo gente que llegó al estadio a las cinco de la tarde y Kirchner comenzó a hablar pasadas las 10 de la noche, con tiempo destemplado. En las tribunas podía identificarse claramente cada sector según los carteles del dirigente bonaerense al que respondía: así se veía la platea Belgrano copada por la gente del intendente de Lanús, Manolo Quindimil, a un costado los de Avellaneda de Baldomero “Cacho” Alvarez, al otro los de Quilmes de Aníbal Fernández y así sucesivamente. En los alrededores del Monumental había estacionadas filas y filas de micros con trayecto ida y vuelta hacia el conurbano.
El corazoncito de los participantes del acto quedó en claro cuando anunciaron por los parlantes la presencia de Hilda “Chiche” Duhalde y se llevó la primera gran ovación de la tarde. La primera dama no habló pero se sentó en la primera fila del escenario, al lado de su amiga y candidata a vicegobernadora Graciela Giannettasio. También en primera fila se sentaron Fellner, Solá y su mujer, el gobernador tucumano Julio Miranda, el formoseño Gildo Insfrán, el misionero Carlos Rovira y el candidato a gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid. Los dos integrantes de la fórmula se ubicaron junto a sus esposas, la senadora Cristina Fernández de Kirchner y la ex modelo Karina Rabollini, con quienes se mostraban cariñosos.
El enorme escenario fue ubicado sobre la platea San Martín, con un gran cartel que proclamaba la fórmula “Frente de la Victoria. Néstor Kirchner-Daniel Scioli”, con la bandera argentina de fondo. A los costados se colocaron dos pantallas para que todos pudieran ver bien mientras que el atril de los oradores quedó al final de una pasarela de unos veinte metros. Para los que llegaron cuando todavía había sol, hubo un espectáculo para amenizar la espera. En realidad, cuando tocaron los bailanteros Daniel Agostini y el grupo Aventura la espera se volvió eterna, algo que cambió cuando apareció el folklorista Peteco Carabajal.
El estadio de River no sólo tiene el inconveniente de una gran capacidad a llenar sino que es difícil también para lograr contagiar el clima. Solo cuando los bailanteros pedían que bailen los hinchas de Boca o de River la gente respondía. Finalmente, los candidatos y Solá aparecieron por una entrada lateral y dieron una vuelta olímpica saludando a la gente. A veces, las respuesta del público llegaba en momentos inesperados. Fellner tuvo que esperar para empezar a hablar que las tribunas se calmaran, porque se habían entusiasmado con “el que no salta es un inglés”, con el que respondieron a la entonación del Himno. El jujeño le dio a su discurso una impronta regional, explicando lo bien que le irá al país si, por caso, se reemplazaran las bananas de Ecuador por las de Formosa. Pero la ovación bajó cuando dijo “queremos el vino de San Juan y de Mendoza”. También cuando pidió que se mantengan los planes para Jefas y Jefes de Hogar Desocupados.
Dado que se realizó el 2 de abril, todo el acto tuvo una impronta malvinera. Solá inició recordando lo sucedido en Malvinas para luego dedicarle un párrafo “al horror y la locura” de la guerra en Irak. El gobernador, uniformado con delarruista campera de gamuza, dijo que Kirchner y Scioli eran “compañeros honestos y militantes”. “Con ellos no vamos a resignar nada, con ellos somos más libres”, imaginó. Solá pareció querer cerrar en público el compromiso de Kirchner para que, en el caso que llegue a la Presidencia, le devuelvan siete puntos de coparticipación federal a la provincia de Buenos Aires, algo que es resistido por los gobernadores de los distritos más pobres del país. “Kirchner me lo ha dicho: va a solucionar esto”, lo comprometió el gobernador.
Scioli tenía simpatizantes con banderas suyas en las tribunas. “Ni medio paso atrás”, pidió el secretario de Turismo en referencia a la posible vuelta de Menem, el eje de casi todos sus discursos. Colocó la elección del 27 de abril como una puja “entre los que impulsamos la industria nacional y quienes nos asfixiaron”. Scioli, quien también estuvo algo disfónico, agregó: “No es un problema de izquierda o de derecha, es un problema de ir hacia adelante o para atrás. Elegimos entre el pasado de frustración o el futuro de esperanza”. El ex motonauta se consideró parte de “la fórmula joven, de la esperanza” y se refirió a Menem y su slogan publicitario en su frase final. “Nuestra mejor marca registrada es la República Argentina”, sostuvo.
En los discursos de Kirchner y Scioli hay términos que se repiten: esperanza, futuro y seriedad. El lema de lo “serio” ante lo que podría ser la frivolidad menemista o la liviandad de Adolfo Rodríguez Saá es medular en el discurso de la fórmula. Anoche, Kirchner le añadió lo de lo ético y la moral. “Ya vimos lo que han hecho, acá se han pasado los límites morales y éticos”, reiteró. Cuando terminaba, en la Belgrano, los de Lanús habían comenzado la retirada y otros comenzaron a imitarlos. Ya habían cumplido con la misión de llenar River, un escenario olvidado para actos políticos por más de una década y que, de repente, cobró nueva vigencia justamente en ésta que debe ser una de las campañas electorales con menos calor que se recuerde.

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Néstor Kirchner, candidato presidencial por el Frente para la Victoria, una de las tres vertientes del PJ.
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