EL PAíS › CARLOS SUSEVICH, REPRESENTANTE DE FAMILIARES DE LAS VICTIMAS DE LA EMBAJADA DE ISRAEL

“No nos creemos la versión oficial”

Perdió a su hija en el atentado y hoy hablará en el acto por los veinte años del ataque a la embajada. Rechaza la hipótesis de que Irán o Hezbolá son los responsables y asegura que hay que buscar entre carapintadas y nacionalistas locales.

“Por supuesto, no estamos conformes. No nos creemos la versión oficial. Ni Irán ni Hezbolá tenían capacidad militar para perpetrar el atentado contra la Embajada de Israel. Se buscó una salida política para cerrar la causa, pero no lo permití. Hoy en día, Irán y Hezbolá son peligrosos, xenófobos, en aquel tiempo no tenían capacidad. Sí creemos que el atentado se concretó con un coche bomba, que intervino algún brasileño, pero firmemente analizamos la mano de carapintadas, nacionalistas locales.” Desde hace 20 años, Carlos Susevich es la voz cantante de los familiares de las víctimas del atentado contra la Embajada de Israel. Perdió a su hija, Liliana Graciela Susevich de Levinson. Y en este aniversario tan fuerte se lo nota indignado. Es que en 20 años nunca hubo un detenido, ni siquiera un sospechoso de haber participado del atentado o de haber dado el apoyo a la masacre.

Susevich será el orador por parte de los familiares en el acto que se realiza hoy a las 14.30 en el lugar donde estaba la embajada, Suipacha y Arroyo. Allí hay hoy una plaza seca que tiene grabados los nombres de las 22 víctimas. En el fondo, esa lista es una especie de prueba de la vergüenza. Tras el atentado, el gobierno de Carlos Menem debía investigar el ataque, aunque el expediente judicial quedó en la órbita de la Corte Suprema menemista, ya que se trataba de un ataque contra otro país, Israel. La Corte de aquel entonces ni siquiera contó como corresponde la cantidad de muertos: fijó la cantidad en 29. Siete años más tarde, se resolvió poner un secretario penal de la Corte, Esteban Canevari, a impulsar el expediente. Fue el primero que les puso nombre y apellido a las víctimas y las contó: terminaron siendo 22.

Hubo algunos avances recientes, detalla Susevich. Esta Corte nos recibió. La anterior, la menemista, ni siquiera nos convocó para conocernos ni escucharnos. El gobierno actual, el de Cristina, propuso y todos los bloques del Parlamento votaron por unanimidad la Ley de Resarcimiento, el pago de una indemnización a las víctimas. Les agradecemos a todos. Pero en el terreno de la investigación nosotros estamos muy enojados: no aceptamos la historia oficial que nos quieren imponer.

–¿Usted cree, de todas maneras, que el atentado se cometió con una camioneta? –preguntó este diario. Por lo que se sabe, hubo una camioneta Ford 100, que fue utilizada como coche bomba. El vehículo se compró con un documento brasileño en una agencia de la avenida Juan B. Justo. Estuvo estacionada en una playa de estacionamiento cerca de la 9 de Julio hasta la mañana del ataque.

–Sí, sin dudas, creo que hubo camioneta usada como coche bomba. El cráter y el caño que estaba debajo de la vereda, que quedó destrozado, y el agua saliendo como si fuera un salto son pruebas indudables. Hay sectores casi nazis que decían que explotó un arsenal. Hasta mencionaban que había tres misiles dentro de la embajada. Yo estaba día por medio allí de reuniones. Todas esas versiones fueron ridículas, de cuño antisemita.

–¿Y usted cree que actuó algún grupo fundamentalista islámico de Brasil?

–Mire, tal vez participaron, colaboraron y hasta financiaron. Pero me parece que hay que mirar por el lado de los grupos nacionalistas, carapintadas de la Argentina. En estos días se va a publicar un libro sobre los soldados judíos en la guerra de Malvinas. Ahí está pintado el ambiente antisemita que existe en esos sectores militares y carapintadas. Me parece que de ese tronco salieron los protagonistas principales del atentado. Esto debió ser planteado por los que en estos 20 años debieron ser querellantes, el Estado de Israel. Creo que no se quisieron pelear con el gobierno de Carlos Menem y por eso no fueron querellantes como correspondía. Terminé yo siendo aceptado oficialmente como querellante. Y aunque hayan pasado 20 años yo sigo teniendo esperanzas.

–En otras palabras, usted no acepta la versión oficial de que el atentado fue obra del grupo libanés pro iraní Hezbolá y el gobierno de Irán.

–No, de ninguna manera. Yo creo que el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, y Hezbolá son peligrosos. Sin dudas son xenófobos. Pero en aquel tiempo no tenían estructura ni poder militar para concretar un atentado como el de Buenos Aires. Y la prueba está en que no hubo otros atentados del mismo estilo en todos esos años. Nos quisieron vender una especie de solución política, pero yo no lo acepto. No acepto que traten de cerrar la causa de esa manera. Por razones de salud, en los últimos cuatro años no pude hablar en el acto conmemorativo. Redacté los discursos, pero no estaba en condiciones de hablar yo. Esta vez estaré ahí y hablaré.

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“Yo sigo teniendo esperanzas”, dice Carlos Susevich.
 
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