EL PAíS › EL TRIBUNAL DECIDIRá HOY LOS PEDIDOS DE EXCARCELACIóN DE PEDRAZA Y OTROS CUATRO IMPUTADOS

“Lluvia de piedras mezcladas con balas”

Los defensores de los dirigentes de la Unión Ferroviaria y de parte de la patota acusada de disparar contra Mariano Ferreyra pidieron la libertad de los imputados. Declararon cuatro testigos que acompañaron en la movilización al joven asesinado.

 Por Irina Hauser

La mañana comenzó recargada en el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra. Los defensores que llevan la voz cantante desparramaron una artillería de nuevos pedidos de nulidad, reclamaron suspender las audiencias y hasta se jugaron a pedir la libertad del líder de la Unión Ferroviaria (UF) José Pedraza, de su número dos, Juan Carlos “Gallego” Fernández, Jorge González, Guillermo Uño y de Gabriel Sánchez, uno de los acusados de disparar. Para eso invocaron contradicciones de un testigo que declaró el martes último con su relato en la etapa de instrucción de la causa. El Tribunal Oral Criminal 21 (TOC21) resolverá hoy los planteos de excarcelación y el resto cuando dicte sentencia. Ayer declararon cuatro testigos que integraban la manifestación de apoyo a los tercerizados el día que mataron al militante del Partido Obrero (PO). Tres de ellos refirieron haber visto a alguien disparar. A Arnaldo Esteban Duré Duarte, que había estado junto a Ferreyra en la movilización, se le quebró la voz al decir que se reprocha no haber hecho “algo más por él”, como sacarlo del lugar donde caía una “lluvia de piedras” que se entremezclaron con balas.

La mayoría de los detenidos por el homicidio de Ferreyra ya pidió varias veces ser excarcelados. Pero ni en primera instancia, ni en la Cámara del Crimen ni en la de Casación ni en el propio tribunal oral tuvieron éxito. La mayoría de las veces los jueces no sólo consideraron la gravedad del hecho, sino las amenazas a testigos y los presuntos intentos por obstaculizar la investigación, con un perito denunciado por golpear y alterar la bala que mató a Mariano y supuestos intentos de sobornos a jueces de Casación. Los defensores han ido alternando argumentos para pedir excarcelaciones. Esta vez se aferraron a lo que declaró Gustavo Mendieta, abogado de los tercerizados, cuando le señalaron el martes que su descripción en el juicio oral no coincidía con la que dio en la etapa de instrucción, y él sugirió que esta última no reflejaba sus palabras. Señaló, por ejemplo, que no quiso decir que él vio a dos tiradores en el lugar, sino que le contaron. Los letrados dicen que sus clientes están detenidos en base a pruebas “viciadas”. El TOC21 anunció que para hoy resolverá los pedidos de libertad, no así las nulidades y pedidos de suspensión y las denuncias por falso testimonio y falsedad ideológica, que quedan para fin del juicio.

Los testigos que se presentaron ayer habían participado de la protesta por la regularización de trabajadores tercerizados. Las preguntas, en especial de los abogados de Pedraza, Fernández, Díaz y González, apuntaban a que dijeran que ellos tiraron piedras contra la patota de la UF, y que llevaban palos y gomeras. “Fue un ataque, no fue un enfrentamiento”, dejó en claro Federico Lugo, militante del PO, ante el interrogatorio. Recordó que Nelson Aguirre, uno de los heridos, se agarraba la pierna y gritaba “son balas de plomo”, por lo que venía del lado de la patota. Ellos tiraron piedras, dijo, para defenderse.

La teoría de la riña es la que alimentan las defensas como intento de salvar a los acusados de una pena de prisión perpetua, prevista por el homicidio calificado. El abogado Alejandro Freeland llegó a preguntarle a otro testigo, Emiliano Bonfiglio: “¿Usted tenía un palo para tocar el bombo?”. “El bombo se toca con un palo”, fue la respuesta. “¿De quién era el bombo?”, se sumó otro defensor. “¿Qué tiene que ver?”, se enojó la fiscal María Luz Jalbert, contra su tendencia a apoyar a las defensas.

–El bombo no, doctor –se metió con mordacidad el presidente del TOC, Horacio Días. Reaccionó con fastidio cuando Freeland llegó a preguntarle a Arnaldo Duré Duarte, un amigo de Mariano Ferreyra, cuántas botellas había visto que arrojaron desde el lado de la patota. El chico, angustiado, había aclarado que estaba muy afectado por los hechos. Era amigo de Ferreyra y había estado junto a él ese día, incluso cuando comenzó el ataque de los matones, a quienes vio “venir corriendo” y generar una “lluvia de piedras”. Como él recibió un cascotazo en la cabeza explicó que se refugió detrás de un árbol. Escuchó disparos “cinco, o seis”, dijo, pero creyó “que era pirotecnia”, “fue un momento confuso”. “Pensé que todos se habían refugiado (...) pienso que podría haber hecho algo más por él”, sollozó en alusión a Mariano.

Lugo, Bonfiglio y también Miguel Espeche describieron un tirador que apuntaba empuñando un arma, hacia el lado de los tercerizados y a las agrupaciones que los acompañaban. Los dos primeros hablaron de alguien robusto, de remera oscura que apuntaba agazapado, rasgos que coinciden con los del barrabrava Cristian Favale. Espeche dijo que era un hombre alto y de camisa blanca. Algunos defensores acusaron a Lugo y Duré Duarte de falso testimonio. Maximiliano Medina, abogado de la querella del CELS, dijo: “Quieren seguir dilatando el proceso y culpabilizar a las víctimas”.

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El Tribunal Oral Criminal 21 ratificó que decidirá los pedidos de nulidad al final del proceso.
Imagen: Rafael yohai
 
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