EL PAíS › EL CUESTIONADO MINISTRO DE SALUD PORTEñO, JORGE LEMUS, RENUNCIó Y SERá REEMPLAZADO POR GRACIELA REYBAUD

A Macri le quedó una silla vacía en el gabinete

“Cumplió un ciclo”, aseguraron en el PRO para salir al cruce de quienes atribuyeron su alejamiento a cuestiones como las críticas de Jorge Bergoglio a la reglamentación del aborto no punible. Su reemplazante es una oftalmóloga avalada por los médicos municipales.

 Por Werner Pertot

Renunció Jorge Lemus, el ministro de Salud de Mauricio Macri. La gestión PRO sostuvo que se fue porque “cumplió un ciclo”. En el macrismo corrieron versiones de que lo hizo caer una interna palaciega, la reglamentación del aborto no punible –cuestionada por el cardenal Jorge Bergoglio– o bien dos notas desfavorables en un canal de cable afín al macrismo. Lemus prestó sus servicios al jefe de Gobierno durante cinco años, incluso cuando lo asistió luego de que se atragantara con un bigote mientras imitaba a Freddy Mercuri. Su reemplazante será la oftalmóloga Graciela Reybaud, que tiene la venia de la Asociación de Médicos Municipales. “Es una mujer del sistema hospitalario”, repitieron diversos macristas para asegurar que la nueva ministra les seguirá asegurando la paz social, pese a las críticas a la gestión en salud.

Lemus es uno de los ministros –junto con el de Justicia, Guillermo Montenegro– que más pedidos de renuncia debe haber recibido desde la asunción de Macri en 2007. Las versiones de que iba a dimitir corrieron más de una vez cuando hubo escándalos relativos a su área, pero el jefe de Gobierno siempre lo confirmó en el cargo. Así ocurrió, por ejemplo, cuando a poco de asumir Lemus dijo en una entrevista que evaluaba restringir el ingreso de los bonaerenses a los hospitales porteños. También con los cuestionamientos que tuvo por la falta de insumos en los hospitales y la subejecución permanente del presupuesto de infraestructura, entre otros casos memorables. La pregunta es: ¿por qué renunció ahora?

Una de las versiones que más intentó desmentir la gestión PRO es que su salida estuvo vinculada con la polémica reglamentación del aborto no punible, que les costó en los últimos días críticas de Bergoglio, de la oposición porteña y hasta de sectores gremiales como la Multisectorial de Trabajadores de Salud. En Bolívar 1 señalaban que esa decisión no la tomó Lemus –pese a que firmó la resolución–, sino que provenía de más arriba. Y que, aunque su renuncia llega en medio de las críticas, no tiene relación alguna.

Otra versión vinculaba la salida del ministro con dos informes desfavorables emitidos en un programa de la señal de cable Todo Noticias (TN). Incluso en uno de ellos participó la vicejefa María Eugenia Vidal, quien no habría salido muy contenta del canal. “A Lemus se los cambió Clarín”, era una de las versiones que circulaba por los mentideros políticos. “Si no fue el Grupo, fue Bergoglio”, especulaban.

El comunicado oficial que distribuyó ayer la gestión PRO indicó que Lemus “cumplió una exitosa gestión al frente de la cartera y será designado presidente del Consejo Asesor de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que asesora al jefe de Gobierno en políticas sanitarias”. También anunciaba que retornará a sus funciones académicas en el Hospital Fernández –del que fue director– y conducirá el equipo de salud de la Fundación Pensar, el think tank del PRO.

Nada dice el comunicado, en cambio, sobre las internas que venía sosteniendo Lemus con el subsecretario de Administración del Sistema de Salud, Rodolfo Kirby, un hombre que venía de la empresa Química Estrella y respondía directamente a Macri. Las diferencias entre ambos se habían cobrado ya algunas víctimas, como el subsecretario de Planificación Sanitaria, Néstor Pérez Baliño. Otros sectores asociaban la salida de Lemus a que esa interna se había vuelto insostenible dentro del gabinete. De hecho, Kirby habría presentado su renuncia junto con Lemus.

Lemus siempre le garantizó al macrismo paz social con la Asociación de Médicos Municipales, que no suele hacer medidas de fuerza por las condiciones de los hospitales, pero sí cuando se trata de una disputa entre Ciudad y Nación. La conduce Jorge Girardi, que dio el visto bueno para la designación de Reybaud. “Es del sistema”, fue la respuesta de tres ministros a los que este diario les consultó por la procedencia política de la nueva ministra. Esto significa que les garantiza la misma paz en los hospitales que les proveía Lemus. Otra de las que sonó para el cargo fue la legisladora Carmen Polledo, pero Girardi la vetó. Reybaud asumió hace relativamente poco como subsecretaria de Atención Integrada de Salud y antes fue directora del Hospital Santa Lucía. En la gestión PRO destacaron que será “la primera mujer en ocupar ese cargo en la historia de la ciudad de Buenos Aires”. Macri le tomará juramento el lunes.

“Si bien la política de salud no la va a definir ella, seguramente le puede dar un perfil más democrático y ser más receptiva de las críticas. Lemus estaba muy condicionado por el costo que le significaba una autocrítica”, opinó el ex director del Argerich Donato Spaccavento, que actualmente es gerente de la Superintendencia de Servicios de Salud. “Lo de Lemus es un conjunto muy grande de desaciertos desde que asumió”, recordó el legislador del Socialismo Auténtico Jorge Selser. “Hubo problemas muy serios con la provisión de insumos, tuvo que dar marcha atrás con licitaciones sospechadas de corrupción, después con el intento de cerrar los hospitales Lagleyze, Udaondo y Ferrer y el abandono del Rivadavia”, enumeró el presidente de la Comisión de Salud de la Legislatura. “Con el aborto no punible, Lemus pagó el precio de que Macri no quiso poner la cara. Es un fusible y ha saltado”, interpretó el legislador, que además es cirujano de columna en el Argerich. “A Reybaud le toca asumir un momento muy difícil –advirtió Selser–. Y si continúa en la línea de Lemus, le veo muy mal futuro.”

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