EL PAíS › MOHAMED ALI SEINELDIN Y ENRIQUE
GORRIARAN MERLO QUEDARAN EN LIBERTAD

Duhalde le pondrá la firma a los indultos

El presidente saliente Eduardo Duhalde anunció ayer que antes de entregar el mando a Kirchner indultará al ex jefe del ERP y al carapintada. El presidente electo criticó la medida que es reclamada desde hace años por los defensores de ambos presos.

 Por Victoria Ginzberg

El presidente Eduardo Duhalde firmará el papel que les devolverá la libertad al líder del Movimiento Todos por la Patria (MTP), Enrique Gorriarán Merlo, y al carapintada Mohamed Alí Seineldín. Funcionarios de primera línea confirmaron a Página/12 que se está trabajando en la redacción del indulto y que la medida sería anunciada entre hoy y el jueves. “Ya no existe en la Argentina esa política con armas en la mano, con enfrentamientos. Es una historia pasada, nosotros debemos clausurar la etapa de esta forma y por eso he tomado la determinación”, anunció ayer el presidente Eduardo Duhalde. Desde Santa Cruz su sucesor lo criticó. “Cuando se produjo el indulto del ex presidente (Carlos) Menem yo, como muchos argentinos, no estuve de acuerdo”, dijo Néstor Kirchner.
La primera señal de que el proyecto estaba avanzando la dio el mismo Presidente cuando ayer al mediodía afirmó que “no descartaba” perdonar al ex dirigente del ERP, quien inició una nueva huelga de hambre hace quince días. Luego, precisó por televisión que la decisión era “inminente”. Casi al mismo tiempo de que Duhalde dejara entrever que indultará al dirigente del MTP que, en 1989, encabezó la toma del cuartel de La Tablada, una de las hijas del detenido le dejó una carta en la mesa de entradas de la Casa de Gobierno.
“Desde que usted asumió la Presidencia hemos mantenido conversaciones con funcionarios de su gobierno, quienes en todo momento manifestaron su voluntad y real posibilidad de resolver el problema. Y decimos real porque en gobiernos anteriores, específicamente el de Menem, todos los años ilusionaron a la familia con un indulto que nunca se dio”, escribió Adriana Gorriarán.
A fines de 2000 el entonces presidente Fernando de la Rúa conmutó las penas de los atacantes al cuartel de La Tablada en base a un pedido de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que señalaba que a los miembros del MTP no se les había garantizado el derecho a una segunda instancia judicial. Pero esta decisión, tomada después de que los presos hicieran una huelga de hambre durante 116 días, no abarcó a Gorriarán Merlo. Con el mismo argumento, sumado al hecho de que el ex líder del ERP fue detenido en México y traído a Argentina sin que mediara un juicio de extradición, sus abogados y allegados mantuvieron el reclamo y dialogaron sobre el tema con funcionarios de este gobierno.
La última vez que se habló sobre la posibilidad de que se produjera el perdón presidencial fue a mediados del año pasado. Ayer, los decretos se estaban terminando de redactar en la misma oficina en la que quedaron en junio, en la del secretario de Legal y Técnica, Daniel Arcuri. Pero los papeles no son los mismos. “Hay que agregar cosas que cambiaron en este año, como el estado de salud”, afirmó un funcionario en referencia a Gorriarán Merlo.
El deterioro físico del ex líder del ERP será uno de los fundamentos de la medida. Otros, serán la referencia a una etapa que concluye y el reiterado argumento de la “pacificación nacional”. Algo similar decía la carta de la hija de Gorriarán, que planteó que este “momento histórico hacia una nueva institucionalización del país” no sería “completo si se persistiese en trasladar problemas del pasado con la existencia de presos políticos”.
“Lo vienen pidiendo hace tiempo los familiares de Gorriarán Merlo y familiares y amigos de Seineldín, dos hombres que creo que estaban equivocados en el pasado. La violencia siempre es mala consejera”, fue la justificación explícita de Duhalde. La presencia del carapintada que encabezó el alzamiento de 1990 –cuya mujer también hizo el reclamo oficial de indulto– como compañero de libertad de Gorriarán Merlo no genera problemas entre los allegados al dirigente del MTP. “Aunque estamos en las antípodas de Seineldín estamos a favor de que salga. Creemos que hay que mirar para adelante. Hace tiempo decimos que la discusión de los’70 es anacrónica y hay que mirar hacia el futuro, a excepción de los delitos de lesa humanidad, que deben ser condenados”, explicó uno de los voceros del MTP.
La primera crítica a la decisión de Duhalde provino del presidente electo. Kirchner aclaró que no estaba enterado del tema y dijo que estaba en contra de la medida, de la misma forma que se había opuesto a los indultos menemistas de 1989. También el obispo de Morón, monseñor Justo Laguna, se declaró “enemigo histórico” de los indultos.
Los miembros del MTP, en cambio, destacaron diferentes adhesiones que pudieron colectar, como las del cardenal Jorge Bergoglio, los premios Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y de Literatura, José Saramago, y los presidentes Luiz Lula da Silva, de Brasil, y Vicente Fox, de México. Las Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, señalaron que Gorriarán Merlo debía asumir su responsabilidad legal y política por el copamiento del cuartel de La Tablada pero que el Estado debía brindarle los mismos derechos que al resto de los condenados por ese hecho.

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