EL PAíS › LA OPOSICION DEBATE COMO CAPITALIZAR LA PROTESTA CONTRA EL GOBIERNO DE ESTA SEMANA

Las cacerolas y la representación política

Algunos sectores de la oposición plantean la necesidad de buscar alianzas electorales. Francisco de Narváez y Gabriela Michetti proponen acuerdos amplios. Desde el FAP, Victoria Donda rechaza al PRO, pero Hermes Binner habló ayer de “demandas comunes”.

 Por Werner Pertot

Ernesto Sanz, del radicalismo, Hermes Binner, del FAP, y Gabriela Michetti, del PRO.
Imagen: Télam, DyN y Joaquín Salguero.

¿Cómo capitalizar la masiva movilización del 8N? Es la pregunta que se están haciendo, por estos días, los distintos adversarios del gobierno nacional. Tras la concentración de esta semana, algunos espacios volvieron sobre la idea de la unidad de toda la oposición. Es el caso del sector de Francisco de Narváez, que plantea primero acuerdos institucionales y luego electorales. Desde el PRO, Gabriela Michetti lanzó una propuesta para que los diversos partidos hagan acuerdos distritales que prioricen un único candidato de la oposición. “Un lugar donde se podría hacer es en la provincia de Buenos Aires”, deslizó la ex vicejefa porteña, que se negó a ser candidata en provincia. El radicalismo y el FAP, en tanto, le rehúyen a la idea de hacer un acuerdo con el macrismo y sectores afines. El debate está abierto al son de las cacerolas.

La concentración multitudinaria del jueves es un público al que todo opositor sueña con interpelar. El que hizo los esfuerzos más evidentes por ubicarse como referente de la iniciativa fue Mauricio Macri, quien tuiteó a favor del cacerolazo y envió a diversos funcionarios y legisladores a la marcha. Otros sectores de la oposición analizan que al jefe de Gobierno lo ayudó que el kirchnerismo quería dejar pegada al macrismo una movilización que tuvo componentes más diversos.

Sea como sea, el macrismo aprovechó para ganar visibilidad sobre otros partidos opositores. Michetti, conocedora del problema que tienen en provincia, ensayó una interpretación de los reclamos del 8N y la parte que le toca a los opositores. “Habría que buscar una unidad en cuestiones concretas. ¿Qué tenemos en común socialistas, macristas, radicales? Hay que pensar eso y avanzar. Yo voy a seguir con esa idea”, consideró la diputada PRO. “En lo que tengamos diferencias, ofrezcamos soluciones distintas. Pero en las otras cosas no empecemos con el centroizquierda y el centroderecha”, remarcó.

Luego, Michetti lanzó una idea, que aclaró que era “a título personal”: “Me parecería piola para el 2013 que en algunos lugares muy populosos intentáramos entre los partidos de oposición buscar un candidato en común”, señaló. “Busquemos cuál es el mejor candidato, sea del PRO, del GEN, el radicalismo y el socialismo. Hagamos acuerdos para que en ese lugar los partidos sean representados por ese candidato y los otros no se presenten. Sin necesidad de ir a un frente y decir ‘vamos todos juntos en un mamarracho’. Eso sería inteligente”, interpretó. “Eso creo que en la provincia de Buenos Aires se podría hacer. Estamos en tres tercios: el FAP con el radicalismo, el peronismo federal y el PRO, y el kirchnerismo. Si nos juntamos, es una lista muy potente”, afirmó Michetti.

Desde el espacio de Francisco de Narváez, Gustavo Ferrari piensa en una estrategia similar, pero diferenciada en dos etapas: “Lo primero es continuar con algo que se inició después del 13S: una unión de la oposición sin banderías en cuestiones institucionales. Rescato tres: la defensa de Leandro Despouy en la Auditoría, cómo nos abroquelamos por los consejeros perseguidos en el Consejo de la Magistratura y la firma de los senadores y diputados comprometiéndose a no votar la reforma de la Constitución”. “El segundo aspecto, para las elecciones, es ir conformando los frentes de unión electorales”, indicó. Si bien piensa que la idea de Michetti sería lo deseable, Ferrari pone como objetivo de mínima que la oposición no se fragmente en más de dos grandes espacios.

El radical Ernesto Sanz acuerda con el planteo de continuar haciendo acuerdos institucionales, pero cuando se habla de alianzas electorales, ya es otro cantar. “No me parece que para el año que viene sea una necesidad la unidad. No digo atomizar la oposición, pero tampoco buscar frentes que luego se transforman en un boomerang, como ocurrió en el pasado”, dice, y deja flotando en el aire el recuerdo de la alianza entre De Narváez y Ricardo Alfonsín. Sanz diferencia el año próximo del 2015. “Ahí sí es otro escenario y lo que hay que buscar es competitividad y coherencia. Allí sí habrá que buscar acuerdos, pero con coherencia”, insiste.

Sobre las demandas del 8N, el ex gobernador socialista Hermes Binner consideró que “gran parte fueron para la oposición”. “Es posible pensar en integrar más sectores políticos a una demanda común. Con el PRO, por ejemplo, tenemos en común que no queremos que se reforme la Constitución”. Sin embargo, en el FAP no ven con cariño la idea de una unidad electoral. “La derecha plantea la necesidad de que juntarse –señala Victoria Donda–. Eso se intentó hacer el año pasado y hay algunas sumas que restan... Salvo que estés en el poder y sumes a tu proyecto a Gildo Insfrán.” “No me parece positivo que se quiera capitalizar la marcha. Es como sacarle provecho a algo que uno no organizó –aclara Donda–. Sí hay que recepcionar. El FAP tiene que pensar en construir en forma amplia y con muchos sectores.” Para Donda, queda claro que entre esos sectores no está el PRO.

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