EL PAíS › LA INVESTIGACION POR EL HUNDIMIENTO DEL BUQUE SANTISIMA TRINIDAD

Puricelli separó a dos marinos

El ministro de Defensa ordenó el pase a disponibilidad del jefe de Mantenimiento y Arsenales y del jefe del Grupo de Desafectación hasta que se esclarezca el motivo del hundimiento del buque en Puerto Belgrano.

El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, dispuso ayer separar de sus cargos a dos oficiales de la Armada con el objetivo de garantizar la transparencia de la investigación sobre el hundimiento del buque Santísima Trinidad, que estaba amarrado en la base naval de Puerto Belgrano. La medida alcanzó al jefe de Mantenimiento y Arsenales de la Armada, contraalmirante Alberto García Grigioni, y al jefe del Grupo de Desafectación de la fuerza (organismo que depende del anterior y que tiene a su cargo todos los “medios” que salieron de funcionamiento), capitán de navío Lorenzo Veccia. El objetivo de la decisión es “favorecer el curso de la investigación” por el hundimiento del buque, radiado del servicio hace casi dos décadas, y “garantizar la transparencia y objetividad de lo actuado”, según explicó el ministro en una nota al jefe de la Armada, almirante Daniel Martín.

El destructor Santísima Trinidad comenzó a escorarse el domingo y el lunes quedó semihundido, a casi noventa grados, en un sector de la mayor base naval del país, ubicada en Punta Alta, a 30 kilómetros de Bahía Blanca. Según la explicación oficial de la Armada, la embarcación presentó “una escora a babor debido a una avería sufrida en el casco”. De la primera evaluación, a cargo de personal del Servicio de Salvamento y Buceo, surgió que “la escora fue producida como consecuencia de la rotura de una tubería de seis pulgadas, lo cual produjo un importante ingreso de agua”. El motivo de la rotura se está investigando, explicaron ayer desde la Armada y evitaron arriesgar cualquier hipótesis.

La investigación ordenada por Puricelli, que el jueves se reunió con la presidenta Cristina Kirchner, se divide en dos partes, explicaron los marinos. Por un lado la disciplinaria, que incluye la colección de información, el estudio de planos y la toma de declaraciones al personal vinculado con la embarcación, y por otro la técnica, que abarca peritajes de buzos navales. Defensa designó para ambas investigaciones a personal destinado en Puerto Belgrano pero sin relación directa con el área de responsabilidad sobre los buques fuera de uso, para garantizar “independencia de criterio y transparencia”, informó la Armada.

En ese contexto se dispuso la separación de sus cargos del contraalmirante García Grigioni y del capitán Veccia, el primero a cargo del mantenimiento de todas las unidades de la Armada, el segundo de las que fueron desafectadas por distintos motivos. El ministro señaló en su nota al jefe de la Armada que la decisión “será de cumplimiento inmediato y con el debido resguardo de la información, sea en soporte papel o digital, obrante en los despachos de los causantes”. También le aclaró que “deberá garantizar la absoluta restricción de tránsito y acceso al sector donde se encuentra el buque, abarcando tanto al personal civil o como militar ajeno a la investigación, con independencia del nivel jerárquico que ostente, a excepción de aquellos expresamente autorizados por este ministerio o usted –le informó a Martín–, el cual deberá ser registrado por la guardia de prevención en cada visita que realice”.

El Santísima Trinidad fue el buque que el 2 de abril de 1982, tres meses después de su incorporación a la Armada, transportó al grupo de infantes que desembarcó cerca de Puerto Argentino con el objetivo de tomar la casa del gobernador de Malvinas y otros puntos estratégicos. Hizo su último viaje en 1989. Muchas de sus piezas fueron luego desmontadas y usadas como repuesto de su mellizo, el destructor Hércules, y la Armada tenía previsto destinarlo a un museo flotante sobre la guerra de Malvinas. “Tenía la esperanza de que fuera convertido en museo”, declaró el capitán retirado José Luis Tejo, ex comandante del barco en 1982. “Me siento mal, es una cosa tremendamente triste”, confesó al diario naval La Nueva Provincia.

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El buque Santísima Trinidad quedó semihundido en el puerto. En 2004 dejó de estar operativo.
Imagen: DyN
 
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