EL PAíS › AGUSTIN ROSSI SE ANOTA FORMALMENTE COMO PRECANDIDATO PARA EL 2015

“Voy a ser un candidato con K”

En vuelo de regreso de su visita a los Cascos Azules en Chipre, el ministro de Defensa contó que “ya está, estoy anotado” y que espera unas PASO dentro del kirchnerismo en las que se “debatan ideas y no frases hechas”.

 Por Santiago Rodríguez

Agustín Rossi cuenta que tuvo la idea después de las elecciones de octubre pasado, pero que antes de definirse se tomó unos meses para pensar y también para hablar con militantes y dirigentes. De un tiempo a esta parte empezó a manifestar su voluntad de postularse a presidente por el Frente para la Victoria en 2015 y ahora decidió que llegó el momento de lanzarse formalmente. “Ya está, estoy anotado, soy candidato”, anunció ante Página/12 el ministro de Defensa.

Como político que en campaña no se toma respiro, Rossi volvió ayer a la mañana de visitar a los Cascos Azules en Chipre y poco después de aterrizar en Ezeiza se fue a Avellaneda a un congreso metropolitano de la Corriente Peronista Descamisados. A la tarde viajó a Mendoza para participar de un encuentro de Unidos y Organizados. De sus aspiraciones presidenciales habló con este diario, en la sala de preembarque del aeropuerto chipriota de Lárnaca mientras esperaba el avión que lo trajo de regreso a la Argentina.

–¿Qué lo llevó a tomar la decisión de postularse?

–Una multiplicidad de causas. La primera es el fuerte compromiso ideológico, de militancia y de pertenencia con este proyecto político y con los valores y el sujeto social que defiende. Siempre me acuerdo de un reportaje que dio Cristina en Página/12 antes de asumir su primer mandato en 2007 en el que decía “yo voy a ser la Presidenta de todos los argentinos, pero voy a defender a los que menos tienen”, frase con la cual que me identifico claramente. La segunda es las ganas de que haya continuidad de este proyecto político más allá de 2015 y en tercer lugar que me siento capacitado para afrontar un desafío de esas características. Por último, la cuarta razón es que desde que empecé a pensar en la idea de postularme encontré muchísimos militantes que me transmiten “defiendan a Cristina”, “apoyen a la Presidenta”.

–¿Le sorprende que a un año y medio de las elecciones haya tantos precandidatos?

–Los tiempos electorales están adelantados. Por eso ninguna fotografía del escenario electoral que se quiera presentar hoy puede extrapolarse a lo que va a suceder el año que viene; todavía falta un buen camino por recorrer.

–¿Y por qué cree que se aceleraron los tiempos?

–Porque la Presidenta no tiene reelección. Si no existiera el impedimento constitucional y si la Presidenta hubiese manifestado voluntad de ser candidata, ella sería nuestra candidata y ganaría las elecciones. A partir de que la Presidenta ejerce un liderazgo totalizador en el conjunto del Frente para la Victoria, que en nuestro espacio aparezcan tantos candidatos refleja que ninguno representa la totalidad.

–¿En ese contexto, que haya tantos candidatos es positivo o negativo?

–Creo que positivo. El problema de los espacios políticos es que nadie quiera ser candidato porque se presupone que ese espacio tiene poca potencialidad electoral. La multiplicidad de candidatos del Frente para la Victoria responde a la ausencia electoral de Cristina y a que todos los prencandidatos presuponemos que hay una potencialidad muy fuerte y que estamos en condiciones de ganar las elecciones en 2015.

–¿Está conforme con que en el congreso del PJ se haya puesto en un pie de igualdad a todos los precandidatos?

–Sí. Me sentí agradecido y orgulloso de que los compañeros de todo el país hayan pensado en mí como una de las alternativas para el 2015. La frase del presidente del partido en su discurso de que “acá están todos nuestros precandidatos, los vamos a apoyar a todos por igual” muestra un signo de muchísima madurez y da un marco al escenario donde se tiene que dar el debate lógico de las primarias.

–¿Seguirá la buena convivencia a medida que se acerquen las elecciones?

–Dependerá de los dirigentes. Nosotros debemos hacer unas PASO que permitan que los adherentes al Frente para la Victoria elijan al que crean que está en mejores condiciones para representarnos en las elecciones del 2015, pero que al mismo tiempo no se sometan a algunas situaciones que se dan en la política argentina y que habría que tratar de evitar.

–¿Por ejemplo?

–La Argentina tiene tendencia a discutir frases hechas y es poco propensa a llevar adelante un debate de ideas; fundamentalmente porque en muchísimos momentos las expresiones de la derecha terminan ocupando parte del escenario público y a la derecha le cuesta discutir ideas porque tiene ideas que son horribles. Hay que recordar que tuvimos un presidente que alguna vez dijo “si decía todo lo que iba a hacer, no me votaba nadie”. El Frente para la Victoria debe tratar de que se debatan ideas. Por ejemplo, fin de ciclo, ¿qué significa? ¿Significa que van a eliminar la Asignación Universal por Hijo, que van a reprivatizar Aerolíneas y el sistema de jubilaciones y pensiones e YPF? Si van a hacer eso, no lo dicen, y si no lo van a hacer, entonces no hay fin de ciclo porque las políticas fundamentales que se han llevado todo este tiempo van a seguir vigentes. Se instala la frase fin de ciclo pero nadie explica qué se va a debatir en la Argentina. No- sotros generamos seis millones de puestos de trabajo en estos años y bajamos la desocupación a seis y medio y siete por ciento; para mantener la desocupación en ese nivel en los próximos diez años hay que generar otros seis millones de puestos de trabajo y para bajarla al cinco por ciento hay que generar un millón más de puestos de trabajo. No he escuchado a ningún dirigente plantear cómo se generan puestos de trabajo. Otro debate es qué Estado queremos en los próximos diez años. ¿Un Estado capaz de gestionar, de estar donde los privados no están, de reorientar el crédito y alentar a determinados sectores productivos, con fuerte compromiso de inversión en la educación y la ciencia y la tecnología u otro?

–¿No hay posibilidad de que la derecha se esconda dentro del peronismo?

–Esperemos que no. Estoy convencido de que estos doce años de gobierno no van a ser olvidados por el conjunto del pueblo argentino y que aquellos que confíen en el Frente para la Victoria van a tener la suficiente sapiencia de garantizar con su participación la continuidad de este proyecto político. Dependerá, además, de que hacia adentro del Frente para la Victoria nos animemos también a llevar adelante un debate de ideas y de compromiso. De mínima, todos los candidatos del Frente para la Victoria tenemos que comprometernos a nunca menos.

–¿Qué ofrece usted que no tenga otro precandidato del oficialismo?

–Yo voy a ser un candidato con K. Los desafíos que tiene la Argentina en los próximos años se van a resolver con un gobierno que mantenga la misma matriz ideológica que ha existido desde el 2003 a la fecha y que mantenga el mismo sistema de pensamiento y los principales valores con los cuales hemos construido este gobierno. Sobre todo, tiene que estar presente la matriz con la cual abordamos todas estas demandas que sucedieron en la Argentina en estos años porque hay que decir algo: la demanda del 2003 no fue la demanda del 2012. El plan Pro.Cre.Ar. llega en 2012, no en 2003; antes hacíamos los planes federales de vivienda. En el 2003 la gente se movilizaba por un plato de comida y teníamos 26 por ciento de desocupación. Resolvimos eso y generamos trabajo y entonces después nos preocupamos de que fuese trabajo digno y bajamos la informalidad del 49 al 33 por ciento. Después vimos en el 2010 que por más que la economía crecía a un ritmo importante había un sector social que había sido condenado por el neoliberalismo a los niveles más altos de exclusión y que necesitaba una ayuda adicional a la generación de empleo e implementamos la Asignación Universal por Hijo. Cuando una sociedad resuelve una demanda social, enseguida mira para arriba. Esa es la historia del peronismo: resolver las demandas sociales crecientes. La virtud de nuestro espacio político es haber advertido cada una de esas demandas sociales y haber tenido políticas públicas para resolverlas.

–¿Cree que llegarán a las PASO todos los precandidatos anotados?

–Es muy difícil presumir una cuestión de esas características.

–¿Puede llegar a haber un pronunciamiento de la Presidenta a favor de un candidato que evite la primaria?

–Hoy pareciese que la resolución va a ser en las primarias, pero si después la Presidenta toma otra decisión, es la que lidera este espacio político.

–¿Le parecen razonables las encuestas de estos días que muestran primero a Scioli, a Randazzo creciendo y detrás Urribarri?

–No tengo por qué pensar lo contrario. Pero vuelvo a decir: suponer que el escenario político está cristalizado a un año y medio de las elecciones es una equivocación.

–¿Es de prestarles mucha atención a las encuestas?

–Siempre las miro, pero hay otras cuestiones como para ponderar las decisiones políticas.

–¿Qué dice del pronunciamiento de algunos intelectuales de Carta Abierta de que Scioli no los representa?

–Cada uno de los distintos candidatos del Frente para la Victoria representamos distintos matices. Seguramente los compañeros de Carta Abierta encontrarán un candidato que los represente más fielmente. Después habrá que competir en las primarias y aceptar las reglas de juego.

–A usted se lo identifica como uno de los dirigentes que más han defendido los valores de este gobierno. ¿Tener que responder por la permanencia de César Milani al frente el Ejército no lo desperfila políticamente?

–No. Nosotros tomamos la decisión de llevar a Milani a la jefatura del Ejército y en ese momento no había ningún tipo de denuncia ni ninguna observación sobre esa decisión y, de hecho, Milani había sido ascendido en dos oportunidades por el Senado de la Nación. Después aparecieron dos denuncias en dos juzgados, ante los que Milani se presentó voluntariamente y en la Justicia no ha habido en este tiempo modificaciones importantes. El compromiso mío y el de nuestro espacio con la política de derechos humanos se vieron potenciados desde mi gestión al frente del Ministerio de Defensa con el hallazgo en el Edificio Cóndor de toda la documentación sobre las 280 actas secretas de la dictadura. Eso demuestra claramente que nuestra política no se ha desvirtuado ni se ha corrido un ápice de lo que siempre hemos pensado.

–¿Qué haría si fuese Boudou?

–Lo que está haciendo. Es indignante ver las distintas varas con que se califican situaciones similares en la Argentina: que Macri esté procesado hace más de dos años y nadie discuta su capacidad para seguir gobernando la ciudad de Buenos Aires y no sólo eso, porque además es candidato presidencial y que a alguien, como Boudou, que está convocado a indagatoria, que es un instrumento de la defensa, la oposición lo haya utilizado para pedir todo lo que ha pedido, termina generando una situación de muchísima inequidad en el tratamiento del tema.

–¿A qué lo atribuye?

–Nunca elegimos un lugar como para gobernar. Nadie podía suponer que cuando Néstor y Cristina tomaron la decisión de llevar adelante la ley de medios no imaginábamos lo que venía. Boudou soportó más de 300 tapas entre Clarín y La Nación antes de ser llamado a indagatoria, fue sometido a un linchamiento mediático donde no se respeta la presunción de inocencia. Si es un oficialista se lo estigmatiza, pero si es un dirigente de la oposición no pasa nada. Está el caso de Macri o el de Oscar Aguad, que estuvo procesado hasta hace poco tiempo; Sturzzeneger también estaba procesado y nadie decía nada.

–¿Qué opina de Sergio Massa?

–Su propuesta es representar fielmente los intereses de los sectores corporativos. El año pasado, cuando fueron las elecciones, fue a una reunión con empresarios y banqueros y dejó claramente abierta la posibilidad de que vuelvan las AFJP. Se reúne con la Mesa de Enlace y dice que hay que modificar las retenciones. Seguramente va a ir alguna vez a alguna reunión con Adepa y dirá que hay que modificar la ley de medios. Massa no se diferencia mayormente de otras expresiones dentro de la oposición; ése es a mi criterio el mayor problema de la oposición: debe tener un proyecto político alternativo al nuestro, pero no caer en la simplificación de reflejar la demanda de los sectores corporativos.

–¿En líneas generales no hace entonces distinción entre los distintos espacios opositores?

–El Frente Amplio Unen puede llegar a confundir un poco, pero lo que termina definiendo a todos es su nivel de cercanía con las corporaciones. Si un espacio político está preocupado de dejar contento a los sectores corporativos, inevitablemente más temprano que tarde se va a alejar de la defensa del interés general del conjunto del pueblo argentino. La diferencia es que algunos son más brutalmente defensores de los intereses corporativos y otros, menos. Se expresan electoralmente en distintos espacios, pero a la hora de gestionar terminan privilegiando a las corporaciones.

–¿Qué posibilidades le otorga al Frente Amplio Unen?

–Dependerá de cómo sean capaces de conjugar las distintas miradas que tienen dentro de ese sector. Presenta un nivel de divergencia importante. No sé si así pueden llegar a transmitir una de las cosas que más valoran los argentinos que es garantizar la gobernabilidad.

–¿Y si arma una alianza con el PRO de Mauricio Macri?

–Sería un polo antiperonista clásico. Nosotros tenemos que pensar en nosotros mismos y no mirar a los demás; somos como el equipo de fútbol que va primero, dependemos de nosotros mismos. Somos los que gobernamos, tenemos una gestión para reivindicar y un liderazgo como el de Cristina.

–Pero tienen también el desgaste de doce años de gobierno.

–Es difícil ver dónde está el desgaste si después de doce años de gobierno pudimos festejar este 25 de Mayo como lo festejamos. Con la gestión que hemos hecho y ante la falta de propuestas claras de la oposición, tenemos un nivel de capacidad avalado por los hechos de todos estos años.

–¿Y cómo explica el triunfo de Massa en 2013?

–Me parece que fue un momento. Siempre a nosotros las elecciones parlamentarias nos resultaron un poco más difíciles que las ejecutivas. Que hayamos mantenido el rol de primera minoría a nivel nacional no es un mal resultado más allá del resultado puntual de la provincia de Buenos Aires. Ahora se elige quién gobierna la Argentina y recuerdo la frase que dijo Néstor en la reunión de Parque Lezama de Carta Abierta después de las elecciones del 2009: el pueblo argentino no se va a olvidar de lo que hemos hecho durante estos años.

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Imagen: DyN
 
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