EL PAíS › LA DEFINICIóN DEL ENJUICIAMIENTO POR MAL DESEMPEñO AL FISCAL CAMPAGNOLI

El juicio político quedó en suspenso

El tribunal todavía no definió si podrá continuar con el proceso a Campagnoli o si deberá comenzar todo de nuevo. También repudió las amenazas que recibieron sus miembros. Ayer hubo una nueva intimidación contra el fiscal Villate.

El juicio político contra José María Campagnoli seguirá en veremos por lo menos hasta el lunes próximo, pero todo indica que va camino a caer y a tener que empezar de nuevo. El detonante de esta situación fue el pedido de licencia médica de una de las integrantes del tribunal de enjuiciamiento, la defensora María Cristina Martínez Córdoba, quien la semana pasada tuvo un pico de presión. Sus pares ayer aceptaron su planteo, suspendieron la audiencia que estaba prevista y convocaron al suplente, el defensor Leonardo Miño. Los jueces se reunieron desde la mañana para discutir los pasos a seguir y, además, redactaron un comunicado en el que dicen que quieren “repudiar categóricamente ciertas expresiones de las que fueron objeto sus miembros, absolutamente inapropiadas para su normal funcionamiento, así como las amenazas” dirigidas a uno de los fiscales, Adolfo Villate, quien recibió advertencias telefónicas y ayer su casa amaneció con una pintada que dice “Todos con Campagnoli”.

Si bien la licencia de Martínez Córdoba fue concedida hasta el 12 de julio, este viernes, 4 de julio, ya se cumplen los diez días que, como máximo, puede estar suspendido un juicio de acuerdo con las leyes procesales. Como la defensora no presentó tampoco la renuncia al tribunal, sus colegas decidieron esperar a que el juicio caiga solo, algo que sólo impediría su regreso anticipado, que es improbable. La mujer tuvo presión alta, arritmia y un cuadro de estrés, un día antes del previsto para los alegatos de la acusación y de la defensa, que ahora quedaron en el aire. El tribunal considera que no puede funcionar con seis miembros y ya convocó al reemplazante de Martínez Córdoba, Miño, cuya participación todavía tampoco se sabe si será aceptada por las partes, que tienen la posibilidad de recusarlo.

Aun suponiendo que Miño se sume al juicio, el tribunal tendrá que tomar una decisión clave: si se puede continuar el proceso en el punto donde había quedado –el inicio de los alegatos– o si hay que empezar de nuevo. La primera opción contemplaría como válida la posibilidad de que el nuevo juez vea las filmaciones de las declaraciones de los testigos y analice la prueba documental. Pero no convence a la mayoría del tribunal, más bien inclinado por hacer todo otra vez. En este caso cabría la posibilidad –dicen allegados al jury– de que los testimonios se incorporen “por lectura” al nuevo juicio para que los testigos no tengan que volver a declarar. Todo esto debería ser resuelto por el tribunal el viernes.

Nadie descarta que en las próximas horas haya importantes planteos de las partes. Defensores y fiscales se reunieron ayer con el tribunal, que les explicó el escenario, y adelantaron que analizan hacer presentaciones. No sería extraño que los abogados de Campagnoli pidan que lo repongan en el cargo, en el que está suspendido desde diciembre. Uno de sus letrados, Ricardo Gil Lavedra, se quejó ayer ante el jurado y dijo que nada de lo que está sucediendo en el juicio es culpa de su representado. Criticó al tribunal, por ejemplo, por no haber exigido la presencia permanente de los jueces suplentes, algo que hubiera subsanado la discusión actual. Dijo que el Estado es el que debe garantizar el proceso. “No es transparente que una de las integrantes tenga estrés 24 horas antes de la sentencia”, se quejó consultado por este diario. Campagnoli también pasó por la procuración y dijo a los periodistas que su juicio es “una farsa”.

La licencia de Martínez Córdoba fue tras la difusión mediática de supuesta información sobre ella y otros miembros del jury. En su caso en particular –que todo indicaba que definiría la votación sobre la destitución o absolución– recibió intimidaciones a través de las redes sociales por la decisión a tomar. Algunas de ellas reproducían frases del periodista Jorge Lanata. En el ínterin, la esposa de Adolfo Villate, una de los que ejerce la acusación contra Campagnoli, recibió una llamada amenazante dirigida a él. Y ayer la fachada de su vivienda amaneció con una pintada: “Todos con Campagnoli” y “sorete”.

El comunicado que difundió el tribunal y lleva la firma de los seis integrantes que están en pie dice: “El Tribunal de Enjuiciamiento de Magistrados del Ministerio Público quiere convocar a todos a ejercer con responsabilidad y objetividad el derecho a informar y ser informado, así como a expresarse libremente”. Remarcó que “el proceso se desarrolla en todo de conformidad con las reglas establecidas a tal efecto y cuenta, asimismo, con instancias de revisión judicial independientes”.

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En la casa de Villate aparecieron pintadas: “sorete” y “todos con Campagnoli”.
 
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