EL PAíS › CAMPAGNOLI VOLVIó A LA FISCALíA QUE ESTá DE FERIA

Un regreso simbólico

Luego de la decisión del jury de enjuiciamiento, Campagnoli volvió ayer a la fiscalía de Saavedra. Con los medios esperándolo en la puerta, tuvo mucho de puesta en escena.

Cuando empezaba ayer la feria judicial, el fiscal José María Campagnoli hizo un regreso simbólico a la fiscalía de Saavedra, donde fue repuesto por decisión de una mayoría del tribunal de enjuiciamiento, que volverá a hacer el juicio político en su contra en agosto. La reaparición de Campagnoli estuvo rodeada de tensión, ya que en la fiscalía coexisten un grupo de viejos empleados leales a él y otros que fueron incorporados en los últimos meses, a quienes ayer les impidieron trabajar.

“Veré con qué me encuentro, pasaron más de siete meses”, dijo Campagnoli a los periodistas que lo esperaban en su oficina ayer a la mañana. Anunció que iba a analizar “qué personal quedó y de qué oficinas”. Esto se debe a que durante el período de su suspensión hubo personal que fue mudado a otras dependencias. Entre ellos, quienes trabajaban en la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE), de donde la procuradora general, Alejandra Gils Carbó, ya había apartado a Campagnoli. Pero también fueron reasignadas a otros lugares algunas personas de la fiscalía de Saavedra. Fue después de que la fiscal que subrogaba, Cristina Caamaño, presentara un informe de la situación de la fiscalía que daba cuenta, por ejemplo, de que en el sistema figuraba un número falso de causas en trámite: aparecían 3900, pero ella verificó que eran sólo 389.

La evaluación de Caamaño también señalaba la utilización de un álbum de fotos de familias humildes de Barrio Mitre, que les mostraban a quienes denunciaban delitos para que señalaran a un culpable. Ese álbum forma parte de un expediente que tramita aparte y que no está descartado que se sume al nuevo juicio político. Pero Caamaño también había señalado que ciertos empleados se ausentaban sin aviso ni permiso para ir al jury y que cuando ella llamaba desde la fiscalía donde es titular, no le atendían el teléfono y se mostraban reticentes a trabajar bajo sus órdenes.

Así las cosas, en la fiscalía quedaron nueve de los empleados históricos de Campaganoli y otros siete nuevos. Estos últimos tuvieron dificultades para trabajar ayer, ya que no les dejaban atender el teléfono ni ver expedientes. El fiscal enjuiciado dijo que él reclama que le reintegren “once colaboradores”. “Entiendo que tengo una dotación mínima, pero para mí es muy importante contar con el personal que yo formé”, sostuvo. Caamaño había dicho que tenía el doble de personal que cualquier fiscalía. La vuelta de Campagnoli tuvo más de puesta en escena que otra cosa, ya que no puede tomar decisiones en las causas ahora en vacaciones. Igual, les anunció a los medios que se iba a poner a ver las causas en trámite. Volvió a defender ante los micrófonos su actuación para investigar a Lázaro Báez en una causa que, en sus orígenes, estaba dirigida contra el financista Federico Elaskar, quien devino víctima.

Campagnoli dijo que cree que su juicio político no debería reanudarse y que todo se trata de un “intento de disciplinar a los fiscales y amedrentarlos para que no continúen con las investigaciones”.

El Tribunal de Enjuiciamiento se volverá a reunir después de la feria judicial y el 5 de agosto definirá una nueva agenda para rehacer el juicio por mal desempeño. Si bien el proceso se repetirá, por lo pronto lo que acordaron los miembros del jurado es que incorporarán por lectura todos los testimonios recibidos. El juicio no debería durar más de cuatro días, a menos que se incorpore algún nuevo cargo en su contra derivado de la veintena de denuncias que tramitan contra Campagnoli en la Procuración.

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José María Campagnoli, ayer, en la puerta de la fiscalía de Saavedra.
Imagen: DyN
 
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