Lo primero que ve el que entra al despacho de Gabriela Cerruti en la Legislatura porteña es una foto de Cristina Fernández de Kirchner con la leyenda “Avanti morocha”. Como si lo tomara como un mantra personal, la legisladora avanza con su candidatura a jefa de Gobierno y presentará hoy su libro Vivir bien en la ciudad. “Soy la candidata de Nuevo Encuentro”, afirma Cerruti, en diálogo con Página/12.

–Tiene que ver con cómo hacemos para volver a vivir en Buenos Aires como una comunidad. Esto es vivir en barrios, volver a tener no sólo derechos, sino también responsabilidades. El Estado te arregla una plaza, pero el cuidado de esa plaza tiene que ser un tema de la comunidad. Esto se relaciona con la idea de una ciudad más femenina. Creo que la violencia y la agresividad que hay en la ciudad tienen que ver con un modelo machista. El transporte en la ciudad está básicamente pensado para los autos. Está mal un modelo económico que te propone únicamente comprarte un auto.

–Hay que pensar en qué tipo de calidad de PBI queremos, si nos vuelve menos sustentable la vida en su conjunto. Hay términos como la búsqueda de la felicidad que tienen que estar en la discusión política.

–En que la de él son globitos de colores. Si ves cómo está la ciudad de Buenos Aires te das cuenta de que no está preparada para que tengamos mejor calidad de vida. Están las bicisendas, pero los ciclistas se insultan con peatones o con los que van en los autos. Falta un propósito y eso no lo puede impulsar un gobierno que lo que vino a hacer es plataforma para tener una candidatura nacional y no tuvo nunca un proyecto de ciudad.

–Tenemos que volver a sentarnos a tomar mate al lado del río. Macri no puede hablar de Ciudad Verde, si no se recuperó un metro de costa. Hay que recuperar las veredas, hacerlas anchas, con luminarias, con bancos, pero también que en el barrio elijas al comisario del barrio, al delegado del barrio. Creo que habría que reformar la ley de comunas.

–Hay barrios, como Caballito o Palermo, donde no se pueden habilitar más edificios. La edificación tiene que tener una contrapartida del Estado: si habilitás un edificio nuevo, un piso de ese edificio es para el Estado. Es el piso social, el piso para la tercera edad.

–Todas las ciudades de Latinoamérica fueron hacia las bicisendas y el metrobús, pero esto se hizo sin proyecto y sin trama. Los metrobús empiezan y terminan en ningún lado. No hay playas de transferencia al subte. Del subte no se hicieron las líneas que tenían que hacerse. Hay temas que a Macri no le importaron: la vivienda se la dejó a la especulación inmobiliaria y a las constructoras, que son sus socios.

–El de Juan B. Justo está bien; el de la 9 de Julio es inservible; el de Paseo Colón no lo haría. Pero pondría colectivos articulados, ecológicos.

–En la ciudad de Buenos Aires hay dos fuerzas políticas: el PRO y el kirchnerismo, que tiene una base militante enorme.

–Unen es ese engendro donde Carrió lo lleva a Lousteau encima como si fuera La Republiquita. ¿Por qué se supone que el radicalismo va a hacer lo que Carrió diga? Carrió tiene una capacidad destructiva importante. Los porteños no saben qué es el Unen y no tiene militancia.

–Soy la candidata de Nuevo Encuentro. Eso ya está definido. Me alegra ser la candidata de una fuerza política, porque es distinto a ser sola. Puede haber otros compañeros que quieran presentarse. En ese caso, iremos a una interna.

–Siempre pensamos que está bueno que sean separadas, para discutir lo que es un alcalde. Al mismo tiempo, es cierto que tendríamos seis elecciones y que Macri es candidato presidencial y se van a mezclar irremediablemente. No tengo una posición tomada. Es raro tener a toda la ciudadanía esperando lo que es una especulación, en función de su propia interna.