EL PAíS › UNAS 300 MIL PERSONAS PRACTICARON CON EL NUEVO VOTO ELECTRóNICO

Las dudas frente a la compu

Un operativo organizado por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad distribuyó mil máquinas para que los electores se capacitaran con el sistema que se pondrá en marcha a partir de la elección del 5 de julio.

 Por Alejandra Dandan

Pasadas las dos de la tarde, Sergio Ricardo García tomó su boleta. Una máquina acababa de expulsarla, con candidatos seleccionados y escogidos en un raro menú. Los nombres pertenecían a un ignoto Partido de las Ciencias, de la Enfermería, un partido de las Lámparas y hasta había un partido del Pop Art en este mundo de simulaciones. Sergio Ricardo García escuchó lo que escuchó. Agarró la boleta impresa. Agradeció. “Ahora hay que aclarar una cosa”, dijo, reflexivo, antes de abandonar la escuela, la Petronila Rodriguez en Urquiza. “La mitad de votantes van a venir y van a volver a la mesa o porque no entendieron o porque las máquinas no van a andar. Hay escasa difusión en todo esto. Yo vine acá, y las chicas me instruyeron muy bien, pero en difusión, más allá de esto, vamos cero, coma cero.”

Con el voto de las PASO, la ciudad de Buenos Aires puso ayer en funcionamiento un ensayo de la “boleta única electrónica”. La Defensoría de Pueblo porteña quedó a cargo de esta capacitación. Distribuyó unas mil terminales en el 95 por ciento de las escuelas y centros de votación. Hasta las cuatro de la tarde, pasaron unas 300 mil personas a aleccionarse frente a las máquinas. El titular del organismo, Alejandro Amor, entendió que el operativo fue un “éxito”. Hubo dudas, preguntas que dan cuenta de cierta preocupación en torno de la protección de los datos. Los ciudadanos convertidos aquí en votantes electrónicos no saben bien si lo que tienen en frente es una PC con memoria como cualquiera o lo que realmente dicen que es: una máquina parecida a una impresora espacial que no almacena datos sino que sólo imprime votos.

–Señora, su voto queda grabado en un chip –dice Milagros Beri, 19 años, la joven instructora de ocasión, misma escuela, cinco minutos más tarde.

–Ajá –dice Maria Rosa Logreca.

–Usted puede comprobar ahora que lo que quedó grabado en el chip es lo que usted voto.

–¡Ajá! Bárbaro.

–Si está todo bien, dobla el papelito y se acerca a la mesa de las autoridades de mesa. Lleva el papelito a la urna.

–Bárbaro –vuelve a decir María Rosa.

–Y ahí espera que le entreguen el troquel como el que le entregan ahora.

–Perfecto. Bárbaro. Te agradezco.

A esa altura, Milagros había perdido el número de a cuántos instruyó. Entre las escenas, se acordó de una anciana que se acercó con su hija. Milagros hizo explicación. Primera pantalla. Pone la boleta. Segunda pantalla, despliegue de un menú de dos opciones táctil: voto por categoría o voto por lista completa. Pantalla tres. Opciones. De pronto, la hija se puso a explicarle a la madre hasta que la anciana la paró: “¡Un momentito! –dijo–: ¡dejá que me explique la chica!”.

Inés, docente, 42 años. Su hijo, no más de 15. Ella escucha. El tiene cara de protesta. Milagros habla. La mujer pregunta. Pantalla 1. Milagros ya conoce de antemano preguntas y fantasmas. Les dice que se pueden equivocar todo lo que quieran y siempre pueden volver a empezar. Inés, encantada. Cuando todo parece terminar, Inés se queda, ¿pero seguro que no queda guardada toda esta información mía para el que viene después?

–No queda nada –dice Milagros–. Los datos aparecen grabados una sola vez y después se van de la pantalla.

–O sea que se queda por segundos, ¿y después se va?

–Exacto.

“Me encanta”, dice, por fin, Inés. “Pero es como decía hoy en la tele Martín Lousteau, hay que ver la seriedad no sòlo la seguridad. Por un lado lo veo positivo y por otro hay que ver si todos están preparados.”

El sistema de las BUE fue aprobado por la Legislatura porteña e iba a entrar en funcionamiento en estas PASO. Una alerta temprana por las dificultades de alfabetización digital, lo evitó. La Defensoría del Pueblo asumió esta capacitación a pedido del Tribunal Superior de Justicia y de la Legislatura. En las horas de trabajo relevaron dificultades de las máquinas, preocupaciones y dudas de los ciudadanos. Al final del día, el titular del área definió el operativo como un éxito. “Los resultados analizados arrojaron que el simulacro se realizó de manera exitosa en la mayoría de las escuelas porteñas y contó con buena recepción por parte de los vecinos, quienes consideraron muy bueno el trabajo realizado y vieron a la BUE como una avance en el sistema electoral.” Pero en el comunicado también agregó uno de los asuntos pendientes: “Para que se den las condiciones óptimas para utilizar la BUE” para el 5 de julio como está previsto “se necesita un esfuerzo conjunto de todos los poderes del Estado: el Gobierno de la Ciudad, el Tribunal Superior de Justicia, la Legislatura y la Defensoría del Pueblo deberán trabajar para capacitar en 40 días hábiles a los 2 millones y medio de votantes de la Ciudad”.

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Las máquinas estaban cargadas con partidos y candidatos ficticios para que la gente practicara.
Imagen: Télam
 
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