EL PAíS › LOS FAMILIARES DE LAS MUJERES MUERTAS

El dolor presente

Fueron los únicos que tuvieron un lugar asignado frente al escenario. Aquí, la historia de Karen, un femicidio reciente.

 Por Carlos Rodríguez

María Reynoso le dice a Página/12 que es la primera vez que participa de una marcha de estas características. Acompañada por su esposo, José Norberto Arias, juntos llevan en alto un cartel en el que piden justicia por el femicidio de su hija Karen, de 16 años, ocurrido el 21 de abril de este año en la localidad de Ciudad Evita, en el partido de La Matanza. Al principio, el autor del hecho mintió ante las autoridades policiales y dio una versión falsa sobre lo sucedido. Dijo que dos hombres los habían asaltado y uno de ellos le había disparado a Karen, que falleció en el acto. El disparo, que impactó en la cabeza de la joven, fue hecho por Facundo, su novio golpeador, luego de una discusión. “Nosotros no sabíamos que él le pegaba, ella nunca nos dijo nada, y tampoco los vecinos de la casa del novio, que después de la muerte de Karen me contaron que lo habían visto golpeándola”, dice María con una voz chiquita que casi se pierde entre el ruido de la multitud.

Ayer, los padres de Karen sumaron su angustia –y su energía también– a un movimiento de padres dolientes pero decididos a reclamar justicia hasta lograrla, que se unieron con sus pancartas, en un gesto multitudinario, en el vallado que se montó en torno del escenario ubicado de espaldas al Congreso. Allí estaban, entre muchos otros, los familiares de Wanda Taddei, Marita Verón, Angeles Rawson, Lola Chomnalez, Candela Rodríguez, Daiana García, Soledad Bargna, Chiara Páez, Lucila Yaconis y varios centenares de nombres de mujeres que llenaron las calles de la ciudad bajo la consigna “Ni una menos”.

Los padres de Karen Arias, uno de los casos de femicidio más recientes, le dijeron a este diario que el hecho ocurrió en la casa del novio de Karen, en el barrio 22 de Enero de Ciudad Evita, en ausencia de los padres de él. “Hacía nueve meses que estaban saliendo, eran novios, no estaban viviendo juntos, y a él nosotros lo conocíamos muy poco, parecía un chico bueno, amable, pero...”. El “pero” de María lo dice todo. Luego de la mentira inicial, el autor del femicidio confesó su crimen y está detenido, pero los padres de Karen saben muy poco sobre la marcha de la investigación. Todavía no tienen abogado que los represente porque “a todos los que fuimos nos piden mucho dinero y no podemos afrontarlo”.

“Por suerte –agrega María–, las autoridades del colegio donde iba Karen nos están ayudando mucho y este viernes tenemos que ir a una reunión en la que prometieron presentarnos a un abogado que nos va a representar” sin pretensiones económicas. El novio de Karen había dicho al principio que dos hombres los asaltaron cuando estaban en la puerta de la casa y que hicieron “cinco disparos”, uno de los cuales impactó en el rostro de Karen. Los peritajes en el lugar determinaron que no había rastros de la supuesta balacera y el 23 de abril el novio confesó.

El padre de Karen dice estar “muy sorprendido” por la multitud reunida en Congreso, pero a la vez confiesa que en los personal “nunca pensé que íbamos a estar en una marcha para pedir justicia por la muerte de una hija. Tenemos otros cinco hijos y la muerte de Karen fue para nosotros un golpe inesperado; muchas veces vimos por televisión lo que le pasaba a otra gente y nos parecía que era algo que nunca nos iba a pasar a nosotros. El día que me tocó a mí, se me rompió el corazón”.

Los padres de Karen repiten, una y otra vez: “Nunca pensamos que Facundo sería capaz de una cosa así, parecía una buena persona y nadie nos avisó que la golpeaba. Nosotros, siempre que lo vimos, era muy calladito, muy buenito en apariencia, pero resultó todo lo contrario”.

El matrimonio Arias es acompañado por Claudia Llanos, docente de la Escuela Secundaria 8 de Ciudad Evita. “Yo fui profesora de las hermanas de Karen, pero a ella también la conocía porque la veía siempre en el colegio. Era una chica tan alegre que le decíamos que era una ‘campanita’ porque siempre se estaba alegre, riéndose, era una nena que estaba en lo mejor de su vida.” Para corroborar lo que dice señala la foto de la pancarta que levantan hoy sus padres reclamando justicia: “Siempre estaba así, risueña, feliz, es imperdonable lo que pasó”.

Llanos confirma que “nunca la vimos triste o llorando, ninguna de nosotras, las profesoras, y las alumnas tampoco supieron que era golpeada por su novio. Desde el colegio estamos haciendo un trabajo entre todos, junto con las compañeras de Karen, para ayudar a una familia muy humilde, trabajadora, que no cuenta con los medios necesarios para afrontar lo que le está pasando. No vamos a parar hasta que se haga justicia”. Facundo, el novio de 19 años, hoy está preso acusado de “homicidio doloso agravado por el vínculo y por tenencia ilegal de armas”.

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Imagen: Bernardino Avila
 
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