“No se animó a mentirnos a los familiares en la cara, como hizo en televisión”, dijo Diana Malamud, referente de Memoria Activa, sobre la negativa del ex juez Juan José Galeano a declarar en el juicio por supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA. El destituido magistrado dijo que ya dio explicaciones sobre el tema y que volverá a darlas en el “momento que corresponda”. En tanto, la misma actitud adoptó el ex presidente Carlos Menem, quien participó de la audiencia por videoconferencia desde su casa en La Rioja. “Siguen siendo los mismos delincuentes de porquería, generan expectativas pero no se puede esperar nada de ellos”, sintetizó ante Página/12 Alejandro Rúa, abogado de Memoria Activa. Esto sucedió luego de que los jueces del Tribunal Oral Federal 2 informaran el rechazo de los planteos de las defensas por “extemporáneos” o “improcedentes” en esta etapa del debate del juicio denominado AMIA II.

En la cuarta audiencia del debate, los jueces Jorge Gorini, Karina Perilli y Néstor Costabel dieron a conocer las respuestas a los 16 planteos de las cuestiones preliminares que habían hecho las partes para cuestionar algunos puntos del debate. En ese sentido, el abogado de Menem, Omar Daer, había pedido hace dos semanas la nulidad del procesamiento del ex presidente y advertido sobre los impedimentos de su cliente a la hora de declarar porque la información que tenía podía violar el secreto de Estado y hasta perjudicar la relación de la Argentina con organismos de inteligencia de otros países. Al respecto, el TOF2 dio a conocer que había librado oficio a la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, para que “informe si sobre el ex presidente Menem existe impedimento, limitación o restricción para declarar” que implique una violación a la ley de inteligencia. Y aclaró que en respuesta a ese oficio el Gobierno advirtió que no existía ninguna restricción para que el ex jefe de Estado “declare cuanto conozca” sobre la investigación del atentado contra la AMIA.

También fracasaron en sus planteos las defensas del ex juez Galeano y los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, quienes habían cuestionado la incorporación de dos fiscales ad hoc y la legitimidad de las querellas para acusar por todo, aun por aquello por lo que no hayan sido víctimas directamente.

Menem nunca se había presentado ante el tribunal por problemas de salud, que según el tribunal aún restan verificar, pero ayer tuvo que enfrentar uno de los pasos ineludibles para cualquier acusado al inicio del juicio: la invitación a prestar declaración como acusado. A través del sistema digital Skype, desde La Rioja, Menem, de 85 años, apareció en la pantalla gigante de la sala de audiencias mirando a la cámara. Estaba sentado en un sillón blanco, con un cuadro detrás de una carrera de rally y vestido con una camisa azul y un pulóver a rombos en negro y grises. “¿Va a declarar o se va a negar?”, consultó el juez Gorini, presidente del TOF2, a lo que el ex presidente respondió: “Me niego a declarar, señor”. En consecuencia, el tribunal dispuso que se leyera la declaración que Menem había prestado por escrito durante la instrucción, cuando negó las acusaciones de haber desviado la pista siria en los días posteriores a la voladura de la mutual judía. Entonces, las sospechas apuntaban a un empresario de origen sirio, Alberto Kanoore Edul, cuya familia era oriunda del mismo pueblo que la familia Menem. Según la acusación, hubo un llamado desde la Casa Rosada para frenar los allanamientos que había ordenado Galeano sobre la casa de Kanoore Edul, quien había llamado a Carlos Telleldín el 10 de julio de 1994, día en que se entregó la Trafic que se utilizó como coche-bomba.

“Menem perdió la oportunidad histórica de decir lo que sabe, los secretos en la tumba no le sirven a nadie, ni para nada”, lamentó Diana Malamud, cuyo esposo falleció en el atentado. “Fue nuevamente indignante la posición del ex presidente, el tribunal le dijo que no había ninguna limitación para que diga lo que supuestamente dijo podía aportar si era relevado del secreto de Estado, por tratarse de asuntos que podían afectar las relaciones entre los países, y se negó igual”, dijo el abogado Rúa. “Es claramente su derecho, pero este juego de que sabe algo y luego de 21 años sigue sin decirlo es muy frustrante para las víctimas. Además creemos que no fue una bravuconada, es verdad que sabe sobre claras situaciones vinculadas al encubrimiento que hubiera sido muy interesante poder preguntarle, le respondieron que no rige ningún secreto sobre lo que pueda decir siendo que seguramente afectaría las relaciones internacionales pero decidió seguir callado”, agregó el letrado de Memoria Activa.

Luego, el tribunal llamó al banquillo al ex juez Galeano, quien tuvo en sus manos la causa durante una década y ahora enfrenta cargos como peculado, privación ilegal de la libertad, coacción, falsedad ideológica y prevaricato. “Señor presidente, hace diez años que vengo dando explicaciones sobre este tema. De los 95 o 96 cuerpos que tiene esta causa, un cuarto son declaraciones mías”, dijo Galeano. Luego aclaró que le pedía al tribunal que considerara que en todas las exposiciones anteriores había “negado los hechos”, solicitó que los analizaran en “profundidad” y prometió dar más explicaciones “oportunamente”. Gorini respondió: “Bien, lo tomo como una negativa a declarar en este momento”, y dio paso a una lectura de varias horas con las declaraciones de Galeano, en donde el ex juez insistió en justificar el pago de 400 mil dólares a Telleldin como una “compra de información” en una operación de la SIDE.

Según explicó Rúa, el tribunal “ya se expidió ante un pedido similar de Anzorreguy, el secreto rige para los testigos pero no para los imputados”.