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Un Petracchi caliente en la presentación del CELS

La presentación del informe anual del CELS derivó en un diálogo público con el actual presidente de la Corte.

 Por Victoria Ginzberg

“Frente a tantas ideas calientes, yo también me caliento. Pero en este momento debo contenerme porque soy juez.” Así abrió el presidente electo de la Corte Suprema, Enrique Petracchi, su intervención en el panel organizado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en ocasión de la presentación del Informe sobre la situación de los derechos humanos en Argentina y la investigación El Estado frente a la protesta social. El ministro acababa de escuchar las propuestas que había formulado Andrea Pochak, del CELS, para mejorar el funcionamiento del Poder Judicial. Luego, sintetizó el programa que, aseguró, impulsará en su gestión al frente del alto tribunal: transparencia en la circulación de las causas, reducción de los casos a tratar, publicidad de las declaraciones juradas de los jueces y discusión acerca del pago de impuestos a las ganancias. Después de su exposición, los presentes pudieron hacer preguntas, que se dirigieron en especial a Petracchi.
Antes de que comenzara la charla, el periodista Horacio Verbitsky, presidente del CELS, en su rol de moderador de la mesa, explicó que Petracchi había aclarado que no iba a referirse a causas en curso en la Corte. Pero cuando –después de que hablaran Carlos Acuña, Pochak y Petracchi– llegó el momento de las preguntas, la madre de Plaza de Mayo Carmen Lapacó no pudo contenerse. Igual, formuló su inquietud para que el futuro presidente de la Corte no quedara comprometido.
–Quiero saber si tienen fecha para tratar la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final –preguntó y recibió el aplauso de los que llenaban el Cervantes.
–Desgraciadamente todavía no. No hay mayoría ni en un sentido ni en el otro. Mi tarea es buscar consenso lo más pronto posible –respondió Petracchi.
El ministro también fue interrogado –los asistentes hacían fila frente a un micrófono– sobre la incorporación de mujeres en la Corte y el sistema de juicios por jurados. Sobre ambas cosas se pronunció a favor, aunque en la segunda, explicó, no hubo consenso para implementarla. También escuchó reclamos: la madre de Sergio Schiavini pidió que cuando lleguen a la Corte casos como el de su hijo, asesinado en medio de un tiroteo policial, se “tomen en trabajo de leer todo el expediente”. Y un representante de las comunidades indígenas explicó el tratamiento discriminatorio que sufrieron los pueblos autóctonos al ser tratados por el Estado como inmigrantes.
Durante su exposición, Petracchi –que se refirió a los ministros de la mayoría automática como “los menemistas”– informó que ayer había obtenido mayoría su proyecto para que se transparente la circulación de las causas entre los jueces del alto tribunal (ver asimismo página 7). También aseguró que creía que las audiencias concedidas a una parte en un proceso deberían realizarse sólo en presencia de la contraparte.
El presidente electo de la Corte señaló que el Congreso debía ayudar en una reforma para que el máximo tribunal reduzca el número de casos a tratar. Sobre la realización de audiencias públicas en expedientes trascendentes, dijo que apoya la idea, pero que su implementación es resistida hasta por prestigiosos abogados, que no se sienten con agrado exponiendo oralmente. “Hay más tinta que saliva”, dijo. Finalmente, reiteró que impulsará la discusión sobre el pago de impuestos por parte de los jueces y fue tajante al pronunciarse sobre las declaraciones juradas: “Voy a propiciar que se publiquen por internet”, aseguró.

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La presentación se realizó ayer a la tarde en el teatro Cervantes.
 
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