EL PAíS › LA MEDIDA COLAPSO LA CAPACIDAD DE LAS LINEAS DE COLECTIVOS QUE NO DIERON ABASTO PARA ATENDER LA DEMANDA

Hubo supensiones y el gremio paró el Sarmiento

El Ministerio de Transporte suspendió a 64 trabajadores del área de limpieza por haber hecho un paro “arbitrario”. Ante esa decisión, la seccional Oeste de la Unión Ferroviaria que conduce Pollo Sobrero respondió con otro paro. El ministerio lo denunció.

Tras la suspensión de 64 trabajadores, la seccional Oeste de la Unión Ferroviaria paró durante todo el día los servicios del Sarmiento. La huelga en el tren que usan diariamente a 350 mil personas sobrepasó la capacidad transporte de las líneas de colectivos, que no dieron abasto para atender tanta demanda. Para los usuarios, fue un día de largas colas en las paradas de la Plaza Once, con tiempos de viaje impredecibles. El gremio que conduce Rubén “Pollo” Sobrero y el gobierno –que está a cargo del Sarmiento con la empresa estatal Trenes Argentinos– cruzaron acusaciones sobre la responsabilidad del conflicto.

El Ministerio de Transporte denunció penalmente a Sobrero, acusándolo de haber bloqueado el funcionamiento del tren al obstruir las vías en la estación de Castelar. Al mismo tiempo defendió la suspensión de los empleados de limpieza con el argumento de que los sancionó por haber hecho, el 24 de junio, “un paro de actividades arbitrario y sin sustento”.

“A partir de ahora, al que no trabaja se lo suspende”, resumieron desde el ministerio que conduce Guillermo Dietrich.

En respuesta, la seccional rebelde anticipó que presentará también una demanda penal contra Trenes Argentinos por no ocuparse de resolver graves fallas en la seguridad del Sarmiento. Por ejemplo –sostuvo Sobrero– no arregla las barreras, “muchas de las que tienen que ser levantadas a mano por los compañeros” ni implementa el sistema automático de frenos. En este marco, Sobrero aseguró que de no tener respuesta, la semana próxima llamarán a una nueva huelga, esta vez de 48 horas. La denuncia toca un tema muy sensible porque alude directamente a la tragedia de Once, en la que hace cuatro años murieron 52 personas.

El paro había sido votado el martes por una asamblea de la seccional opositora a la conducción de la Unión Ferroviaria. Como en oportunidades anteriores, fue rechazado por la dirección de la UF, que salió a aclarar públicamente que no lo avalaba y mandó una carta documento a los delegados, notificándoles que no los considera habilitados para llamar a un paro (en rigor, atribuyéndose la exclusividad de convocar a este tipo de medidas de acción directa).

El conflicto se originó después de que Trenes Argentinos suspendió por cinco días a empleados de limpieza del depósito de Castelar. “Se juntaron mucha cosas, estos compañeros se negaron a trabajar en un lugar donde no había luz”, dijo ayer Sobrero a este diario. “Después, a las 72 horas de las sanciones, ocurrió un accidente donde un trabajador fue atropellado, perdió una pierna y quedó en estado de coma crítico. Son hechos que sacuden porque están flexibilizando las normas de seguridad. Ponen en riesgo a los que trabajamos y también a los usuarios”, agregó.

Sin embargo, el Ministerio de Transporte –responsable de la empresa– salió a instalar que el problema no tiene que ver con las condiciones del tren sino con el carácter de la Seccional Oeste. “Se negaron a trabajar porque no había luz en un vestuario y no funcionaba una canilla” aseguraban anoche en la cartera.

En un comunicado de prensa, Trenes Argentinos apuntó que “ni el gremio ni los delegados notificaron formalmente el reclamo ni siguieron las instancias obligatorias de conciliación para la resolución del conflicto. Frente a esta situación, se determinó la aplicación de las suspensiones”.

Los cruces no sólo tuvieron un voltaje muy alto, sino que transmitieron versiones con casi ningún opunto de contacto sobre lo que realmente está pasando en el Sarmiento. Sobre el tema de la seguridad, por ejemplo, el dirigente gremial advirtió que Trenes Argentinos “tiene una total desidia, no implementó todavía un sistema de frenos automático que está instalado, no mantiene las barreras y mientras tanto prioriza la compra de pantallas de tv para adornar las estaciones”. En Transporte dijeron que las barreras funcionan bien. “Es todo una mentira para desviar el conflicto. No hay falta se seguridad estamos trabajando en un plan de seguirda como no lo hubo en los últimos 40 años, ellos lo saben porque se lo presentamos”. La respuesta sobre el sistema de frenos, en cambio, suena a más discursiva, ya que en Transporte no dicen exactamente que esté instalado, sino que “ya” comenzaron “a trabajar en él”.

Entre los pasajeros varados en Once hubo previsibles caras largas, pero también señales del cambio en el humor social que se va volviendo cada vez más evidente. “Como trabajador, lo comprendo”. “Tendrán sus motivos”. “Son 64 familias que quedan en la calle”, fueron algunos de los testimonios escuchados en las filas de los que hacían cola esperando caber en los abarrotados micros, sin demasiada información sobre los motivos del conflicto pero no ajenos a la existencia de un escenario hostil para los que trabajan. Otros contaron que les esperaban viajes de tres horas combinando tres y hasta cuatro líneas de colectivos. De Once a Moreno –el trayecto más intensamente utilizado– el Samiento cubre 36,3 kilómetros, y hay 61 kilómetros más para los que se desplazan, por ejemplo, hasta Mercedes.

El paro se extendió desde la medianoche del jueves hasta las 0 hora de hoy. La denuncia penal fue radicada en el Juzgado Federal Número 3 de Morón.

La lectura del acatamiento a la protesta también fue exactamente opuesta. Mientras que el gobierno consideraron que los servicios fueron paralizados sólo por un pequeño grupo que bloqueó las vías a la altura de Castelar, en el gremio sostuvieron que lograron un acatamiento del 90 por ciento de la seccional Oeste.

“Prefiero que me insulten porque no hay trenes y no porque se produzca otra tragedia por no haber denunciado falta de seguridad en el servicio”, dijo Sobrero. También aseguró que de no obtener respuestas a los reclamos, los ferroviarios de la seccional a su cargo evaluarán “otro paro de 48 horas, después uno de 72 y finalmente una huelga por tiempo indeterminado”.

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El gremio y el ministerio que encabeza Guillermo Dietrich cruzaron todo el día acusaciones sobre la responsabilidad del conflicto.
Imagen: Bernardino Avila
 
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