“Si dan respuesta a los problemas de la gente, un paro no es necesario. Pero si no hay respuestas, va a haber un paro contundente”, señaló ayer Carlos Acuña, uno de los tres secretarios generales que tiene la CGT, condicionando la medida de fuerza a la ronda de reuniones que los dirigentes sindicales esperan mantener con el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, y con el presidente Mauricio Macri.

“Tengo la responsabilidad y la obligación de intentar el diálogo”, dijo Acuña, justificando la falta de fecha en la convocatoria al paro que ya fue acordado por los delegados de la CGT en el Comité Central Confederal del viernes pasado. En la misma línea, el líder del sindicato de los trabajadores de estaciones de servicio apuntó que “el Gobierno necesita escuchar a los trabajadores para que después el Presidente marque el equilibrio de lo que tiene que ser un país. Está en manos de ellos, nosotros no gobernamos.”

La crisis económica y social que generaron las políticas macristas y que tiene su eje en los despidos, el tarifazo y la caída del poder adquisitivo de los salarios, conforman el contexto que derivó en la decisión sindical de dejar una huelga general en manos del consejo directivo de la CGT. Las dos CTA y sus gremios, como ATE y los docentes de Ctera (que el martes realizarán una medida de fuerza) ya concretaron varios paros en el año, lo que pone presión sobre los gremios cegetistas a pesar de que la sintonía entre las distintas centrales sindicales goza de buena salud y se prevé que confluirán si la CGT finalmente concreta la huelga.

“El Gobierno tiene un canal de diálogo para que la CGT sea considerada representante de los trabajadores. Estamos esperando respuestas”, aseguró Acuña. Y agregó que “si el Gobierno no da respuestas, uno tiene que recoger el malestar social y llevarlo adelante. La herramienta institucional y constitucional que tenemos es el paro”. El dirigente ligado al gastronómico Luis Barrionuevo explicó que el día en que se hará la medida se definirá “una vez finalizada la ronda con el Gobierno, con el ministro de Hacienda y con el presidente Macri, y si se lo considera necesario”. A la vez, apuntó que el mandatario “tiene una mentalidad de patrón y está bien que la tenga, pero ahora es Presidente de los argentinos, no de los patrones porque habla de las ausencias de los trabajadores y no de las ganancias de las empresas”.