El presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, formalizó ayer la reducción del aumento de algunos adicionales a los salarios de los legisladores, dispuesto por ambas cámaras del Congreso. Por el momento se trata de una resolución sólo de la Cámara Baja, en tanto sigue pendiente el pronunciamiento del Senado, donde se demora la convocatoria de la vicepresidenta Gabriela Michetti para tratar el “dietazo”. El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, intentó justificar ayer el incremento al afirmar que fue “del 18 por ciento en el sueldo de bolsillo” porque “casi todo se lo lleva el impuesto a las Ganancias”. Desde los gremios docentes salieron a retrucarle.
El senador macrista Pinedo se quejó ayer porque “el aumento total de bolsillo es del 18 por ciento con una inflación del 35 por ciento”. “Se dijo que habían aumentado el 47 por ciento, pero aumentó 18 en bolsillo porque casi todo se lo lleva el impuesto a las Ganancias”, lamentó. Informó que gana 83 mil pesos “por una suma de conceptos, lo mismo que todos los senadores”, e insistió en que “con una inflación del 35 por ciento es difícil” ya que “muchos vivimos de eso y es difícil cuando te aumentan los precios”. “Los secretarios de Estado del Poder Ejecutivo ganan más. Los directores del Senado ganan más y no me parece que tenga una lógica”, pataleó.
La polémica por el aumento que se autoconcedieron los legisladores nacionales se inició la semana pasada cuando los diputados de la izquierda revelaron que el incremento total había trepado hasta el 47 por ciento debido a que al 31 por ciento acordado en paritarias para la categoría más alta de empleados del Congreso –que se traslada automáticamente a diputados y senadores– se sumó el aumento de gastos de representación y viajes. Pese al revuelo que originó la noticia, el reflejo de las autoridades macristas de ambas cámaras fue ratificar el aumento. Pero, luego, Monzó se vio obligado a anunciar que en Diputados suspendían las subas para los gastos de representación y viáticos.
La resolución de ayer, que firmaron Monzó y la secretaria administrativa Florencia Romano, señaló que “la modificación de los montos de la compensación por concepto de gastos de representación de los señores legisladores nacionales y por concepto de dedicación funcional de las autoridades superiores de esta Honorable Cámara” queda sin efecto a partir del 1º de noviembre porque “se ha evidenciado la necesidad de suspender” la actualización, original fórmula para describir el rechazo que generó el aumento. Precisó que “la compensación por gastos de representación será de 10 mil pesos” y no de 20 mil como se dispuso originalmente. La resolución, sin embargo, nada dijo sobre los pasajes aéreos y terrestres. 
En tanto, todavía no se sabe si en el Senado la vicepresidenta Gabriela Michetti adoptará la misma decisión. Pinedo, quien funciona como su mano derecha en la Cámara, no sólo salió ayer a defender el incremento sino que se quejó de lo escaso que resultaba debido a la alta inflación y al porcentaje que le quitaba el impuesto a las Ganancias, todas cuestiones achacables al gobierno del que forma parte. 
Los argumentos de Pinedo encendieron a los gremios docentes que vienen reclamando infructuosamente por la reapertura de paritarias. “La Unión Docentes Argentinos reclama al gobierno que escuche al senador del PRO Federico Pinedo quien afirmó que no puede vivir con 83 mil pesos por mes, ya que, mucho menos puede hacerlo un docente cuyo salario inicial se encuentra por debajo de la línea de la pobreza con 9072 pesos”, expresaron en un comunicado. El gremio dio un paso más. “Los reclamos de Pinedo coinciden con los reclamos de los trabajadores de la educación (bajos salarios, inflación, impuesto a las ganancias, etc.) por lo que la UDA invita al senador Pinedo a sumarse a la lucha docente para lograr estos objetivos comunes, ahora que se ha avenido a reclamar lo mismo que los trabajadores”, concluyeron irónicamente.