El juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky procesó ayer y confirmó la prisión preventiva de un grupo que se dedicaba a sacar irregularmente contenedores de depósitos fiscales de la Aduana. El delito es el de contrabando y un integrante clave de la organización era Oldemar Barreiro Laborda, quien registró decenas y decenas de llamadas y una reunión con el actual titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión. En su momento, el escándalo en la Aduana se interpretó como una operación de servicios de inteligencia contra Gómez Centurión para intentar desplazarlo. El procesamiento de Aguinsky muestra que el funcionario estaba cerca de una especie de mafia que cometía delitos en la Aduana. Sin embargo, con la ayuda de Elisa Carrió y el propio Mauricio Macri, con el apoyo de los grandes medios, se concretó una especie de blanqueo de Gómez Centurión. Al funcionario lo reintegraron en su puesto, pese a que protagonizó algo bastante similar a que un ministro de Justicia apareciera con una cantidad asombrosa de llamadas con El Gordo Valor. 
Aguinsky describe a lo largo de 205 páginas la operatoria por la cual un grupo de empresarios, respaldados por hombres de la Aduana, iban cambiando la documentación de los contenedores para rescatarlos de los depósitos fiscales. Es decir que se trataba de mercancías sin respaldo documental, pero que se armaban papeles nuevos, con distintos destinatarios y distintos contenidos, armando así un ardid mediante el cual se intentaba retirar los contenedores de los depósitos fiscales. 
Uno de los datos más llamativos es que los involucrados hablaban abiertamente por teléfono, enumerando las maniobras ilegales. La lógica de esos diálogos es que Barreiro Laborda, por su cercanía con Gómez Centurión, le daba impunidad al grupo. Aguinsky va citando en detalle cómo un empresario llama al aduanero y le dice cómo arreglar para sacar el contenedor del depósito. 
En su momento, Gómez Centurión fue denunciado por la ministra Patricia Bullrich sobre la base de escuchas telefónicas que exhibían el cobro de coimas, con Barreiro Laborda como protagonista, por cada uno de los contenedores. Al mismo tiempo, en la denuncia se demostraba el vínculo de Barreiro Laborda con Gómez Centurión, con numerosas llamadas y un encuentro en el centro comercial Buenos Aires Design. 
El juez Ariel Lijo, que evaluó las pruebas, sostuvo que el delito investigado era contrabando, por lo cual se excusó y envió todo al fuero Penal Económico. No dijo que Gómez Centurión no hubiera cometido ningún delito, como se difundió, sino que el delito a investigar no le correspondía al fuero Federal. En el fuero Penal Económico se instruye todavía la denuncia de Bullrich, pero Aguinsky tenía otro expediente en el que también aparecía Barreiro Laborda. Finalmente ayer, después de varios meses, el juez procesó al ex dueño de Lo Jack, a empresarios y aduaneros. 
Por ahora, al menos, Gómez Centurión esquivó la imputación, pero el accionar de Barreiro Laborda sólo se entiende por su relación estrecha con el titular de la Aduana. Además de ser procesado, Barreiro Laborda fue embargado en 22 millones de pesos, tras aparecer en decenas de llamadas haciendo propuestas de coimas para entrar contenedores al país, diciendo que hablaba en nombre de Gomez Centurión. 

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